Temas
- Aggression
- Kommunikation
- Kollaps
- Kontakt
- Kollektivität
- Individualität
Músicos:
- Daniel Alluno: batería, bongoes, tabla
- Fritz Scheyhing: órgano, mellotron, percusión, sintetizadores
- Conny Veit: guitarras, voz, tabla, sintetizadores
- Walter Wiederkehr: bajo
Gila fue un grupo liderado por el guitarrista Conny Veit que aportó mucho al
movimiento krautrock a inicios de los 70s: después de este grupo, Veit
pasaría a ser un colaborador de ítems tales como Popol Vuh y Guru Guru.
“Free Electric Sound” es el disco debut de Gila, afirmándose como un
testimonio claro y directo de su propuesta. Dicha propuesta se enfila hacia
un punto de cruce entre los jams psicodélicos e hipnóticos ejecutado con
agudeza y fuerza (a lo Amon Düül II) y los despliegues de cariz jazzístico
plasmados con una aureola de distinción (a lo Agitation Free). En efecto,
hay espacio para el desarrollo de extensos solos macizos de guitarra, los
cuales alumbran la esencia nuclear del ensamble, pero a su vez, hay un
cuidado por que esta visceralidad pueda contenerse dinámicamente dentro de
un esquema sonoro bien organizado.
Con ruidos de ventolera y lluvia más un anuncio se da inicio al tema
‘Aggression’, el cual consiste en un jam funky-jazz de tendencias claramente
psicodélicas – el guitarreo de Veit es patentemente hendrixiano, mientras
que la labor de Scheyhing al órgano suena y resuena a los 70s. con sus más
de 12 ¾ minutos de duración, ‘Kommunication’ es la pieza más larga del
disco. Con un compás más lento y un realce del factor jazz-rock, el grupo
adopta un aire que los acerca más a Agitation Free y al Embryo de los
inicios. Los vuelos del bajo a la hora de crear diversidad en medio de su
función rítmica portan una vibración muy especial, mientras que la batería y
el teclado muestran la poderosa influencia que el Pink Floyd de “Ummagumma”
ejerció dentro de la escena rock psicodélica germana. El último minuto y
medio está ocupado por un hermoso epílogo basado en mellotron de flautas y
flotantes efluvios de guitarra slide. ‘Kollaps’ da inicio a la segunda mitad
del disco con una cadencia más lánguida, lo cual ayuda mucho a generar y
mantener un ambiente misterioso que se asienta bien en lo tétrico: el sonido
de llantos de bebé sugiere una actitud de desolación o desconcierto en medio
de un ambiente oscuro. Una vez más, tenemos un ejemplo clásico del esquema
floydiano que fue reciclado y reelaborado tan peculiarmente por los alemanes
– para esta pieza en particular, Gila asume una cierta familiaridad con el
Amon Düül II post-“Phallus Dei”. ‘Kontakt’ tiene un aire muy distinto,
cándido, pues consiste en un jam centrado en la guitarra acústica, donde se
alternan suavemente sonoridades country con otras más tiradas hacia lo
arábigo: no nos dejemos engañar por los raros ruidos del inicio, esta pieza
está diseñada para inspirar una paz mental. Cuando el jam pasa a su fase
eléctrica para convertirse en ‘Kollektivität’, el espíritu sigue igual de
cándido, aunque con la novedad de que lo arábigo se acentúa un poco más,
tanto en los elegantes fraseos de la primera guitarra como en las deliciosas
cortinas de órgano. El clímax del disco llega con el súper-étnico
‘Individualität’, una extravaganza de percusiones encuadradas en un esquema
masivamente tribal, como un ritual celebratorio africano; los adornos de
sintetizador se suman de manera efectiva a las intensas cadencias percusivas
que tienen lugar, creando así un curioso híbrido de Osibisa y Popol Vuh
(primeros dos álbumes).
Este disco de Gila es un auténtico arquetipo del sonido krautrock en su
vertiente más psicodélicamene ambiciosa – de paso, también es una joya
infaltable en toda buena colección progresiva.
César Mendoza
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