Temas
- Please Wait... Forgetting...
- Caesura
- Luna
- Oxymoron
- Bottom
- 4
- Inadeguato
- Tome'
- Cursed Nature (For Caligola)
- Der Stille Entgegen
Integrantes
- Alessandro Seravalle: voz, guitarras, teclados, guitarra e-bow
- Camillo Colleleuori: batería
- Raffaello Indri: guitarras, guitarra sintetizada
- Pino Mechi: Chapman stick
Colaborador – Alessandro Stornelle (guitarra semi-acústica solista en 8)
Con éste, su sexto trabajo discográfico, el combo italiano Garden Wall
reitera y refuerza la vibración radicalmente metálica y perturbadoramente
agresiva que ha convertido desde los tiempos de “Chimica” (y anticipado
desde “The Seduction of Madness”) en su vía musical propia. “Towards the
Silence” es un disco que irradia una magia frenética y oscura, pletórico de
electricidad visceral, la misma que Seravalle asume como un sacerdocio a la
hora de dirigir la línea musical del grupo. Sus tres cómplices operan juntos
como una fuerza sonora compacta. Los múltiples e incesantes juegos de
disonancias que son ejecutados por el trío de dos guitarras y stick se
insertan dentro de unas coordenadas sonoras en las cuales confluyen el
thrash metal, el crimsonismo, el doom, el RIO y el prog metal técnico, con
un predominio (no absoluto) de lo metalero, dentro de la mezcla resultante.
Imaginemos una cruza de Cynic, King Crimson noventero, Mr. Bungle, la faceta
más compleja de Tool, más algunas sazones del aspecto más torturado de
Present. El baterista Colleleuori mantiene un impresionante nivel de
destreza y potencia a la hora de sostener los vendavales sonoros de sus
compañeros y marcar los intrigantes cambios de ritmo que van emergiendo
durante el camino.
El disco comienza con una breve introducción de stick y guitarra acústica
titulada ‘Please Wait... Forgetting...’, la cual anticipa con sus extraños
arpegios el clima perturbador que se va a extender hasta el final del disco.
Las dos siguientes piezas, ‘Caesura’ y ‘Luna’, exhiben la marca de
perturbación opresiva, hiriente e incandescente que opera como regla
general: con sus duraciones de 8+ y 9+ minutos respectivamente, ambos temas
crean y realzan vendavales metálicos estructurados sobre raras progresiones
de acordes, riffs infernales y estructuras complejas. ‘Oxymoron’ tiene un
inicio de psicodelia crimsoniana sutil, pero luego termina aterrizando en
una de las secciones más salvajemente abstrusas del disco, como si el grupo
quisiera tratar de sonar más a punk que a metal en los pasajes eléctricos.
‘Bottom’ es el tema más largo del disco, con sus 10 ½ minutos de duración:
los pasajes más relajados se articulan bajo un esquema de jazz rock (a
propósito, el guitarrista líder Indri aprovecha estos momentos para emular a
Metheny), sobre cadencias rítmicas delicadamente armadas... y una vez más,
las cosas se ponen realmente fieras cuando lo metalero entra a tallar. La
sección final emite una onda de pop-rock psicodélico muy a lo “indie”. ‘4’
ofrece una recapitulación de los diversos matices predominantes que se
hicieron presentes en los cuatro temas anteriores, incluso portando unos
aires inconfundibles a lo King Crimson del “The Construkction of Light”:
casi puede ser considerado como la canción emblema de “Towards the Silence”.
‘Inadeguato’ incorpora alternancias entre metal técnico y funky en su
estructura rítmica, siendo así que el vendaval usual se atenúa de modo tal
que el grupo concentra su polenta en la capacidad de mantener el momentum
del ritmo contagiante y los duetos de guitarra. Algo similar sucede en el
comienzo de ‘Tome’’ (el título original está escrito en letras griegas),
pero las cosas pronto cruzan la frontera del thrash metal, una vez más. Y
por enésima vez se reitera esto en ‘Cursed Nature’, aunque esta vez
solamente como interludio de una pieza más tirada hacia el jazz-rock
psicodélico – esta vez la primera guitarra absorbe la influencia de un
Holdswroth. ‘Der Stellen Entgegen’ cierra el disco con tres minutos de
soundscapes de guitarra sintetizada adornados con toques de piano, con lo
cual se da un broche cósmico al disco: inesperado, e interesante también.
“Towards the Silence” es un disco contundente y fatal, una obra que reafirma
la personalidad ya madura que Garden Wall vino gestando dentro del mundo
progresivo por un espacio de doce años. Lejanos están los días del
sinfonismo estilizado de “Principium” y de la fastuosidad de “Path of
Dreams” – “Towards the Silence” encarna el sello propio de Garden Wall, por
chocante que pueda resultar a varios melómanos progresivos. Y no es de
extrañar, pues este disco está diseñado para ser chocante.
César Mendoza
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