Temas
- Nuestros Secretos Más Hediondos
- Siquiatras
- Último Suspiro
- Ligera
- Bestias
- Esa Húmeda Burbuja
- Tara’n Da
- Dejen Entrar a esas Chicas que Aumentan el Consumo
- Flotante
- Bichos
- Ujú
Integrantes
- Camilo Acevedo Sáiz: guitarra
- Patricio Cortés Estay: guitarra
- Leonardo Cortés Estay: bajo
- Felipe Morros Martel: batería
He tardado mucho en descubrir la obra del cuarteto instrumental chileno
Flotante, una banda que ahora puedo identificar como un importantísimo punto
de referencia para el progresivo de línea fuerte que tanto se cultiva en el
país sudamericano. Ahora paso a reseñar su homónimo disco debut. El material
fue grabado en dos ocasiones en vivo, los días 7-jun-2001 y 4-abr-2002 en la
sala Musicámara de la Dirección de Extensión y Comunicación de la Univ. de
Valparaíso: las piezas grabadas en la primera sesión cuentan con una
producción de sonido más deficiente, pero el disco en general transmite la
energía y visión experimental que el grupo ostenta como bandera. La
vibración incandescente y directa de un concierto se hace patente en los
viajes instrumentales de la banda, pero el uso de trucos cibernéticos para
filtrar de manera ingeniosa los sonidos de guitarra ayuda crucialmente a la
elaboración de una sofisticación plena y aguda, y esto último se condice
bastante con las aspiraciones estéticas a las que apunta Flotante. De
entrada, se nota que el cuarteto recibe influencias de sus compatriotas de
Exsimio y Tryo (en la dimensión rockera), así como de Primus, el King
Crimson con Belew, con la adición de estándares del math-rock (Don
Caballero) y el jazz-rock.
‘Nuestros Secretos Más Hediondos’ comienza con unas monolíticas líneas de
bajo que parecen anunciar el arribo de una revelación, y justamente es un
aire de creciente explicitación lo que se arma con el crescendo elaborado
por las guitarras y recursos percusivos que se aúnan al bajo hasta llegar al
cuerpo central, basado en el machacamiento de unos riffs pesados portadores
de un grisáceo gancho. Tras esta entrada, nos topamos con una pieza más
vigorosa titulada ‘Siquiatras’, donde la banda explora una peculiarmente
ágil combinación de swing jazzero, prog-metal técnico y funk. Los solos de
guitarra que salen al frente ayudan a la pieza a capitalizar su gancho.
‘Último Suspiro’ se apunta hacia una fusión de crimsonismo ochenteno y
Exsimio, basándose en la expansión y mantenimiento de atmósferas a través de
un espectro restringido de progresiones de acordes. Las cosas se trasladan a
un ambiente más amable, y hasta frívolo, con la pieza pertinentemente
titulada ‘Ligera’, un ejercicio de funky-jazz melódico que suena a un tema
del Akkerman ochenteno pero sin solo de guitarra. ‘Bestias’ toma la posta
del tema inmediatamente anterior en cuanto al recurso de cadencias funky,
pero esta vez se trata tan solo de un elemento del pilar sonoro que sostiene
toda una exhibición psicodélica de space-rock: desde los breves climas
cibernéticos de apertura hasta las etéreas líneas dibujadas por los solos de
guitarra, tenemos aquí una manifestación de lo pletórico y lo celebratorio,
que en sus momentos más intensos adquiere tonalidades de tipo heavy/stoner.
‘Esa Húmeda Burbuja’ es un viaje cálido de tenor introvertido, basado en
simples juegos de acordes armados en serena comunión por las dos guitarras y
el bajo: el uso de contrapuntos se hace de manera muy tenue, conservando la
intención introvertida de la pieza. ‘Tara’n Da’ nos devuelve a la faceta
extrovertida del grupo, con su jugosa conjunción de elementos crimsonianos,
“primusescos” y math-rock. ‘Dejen Entrar a esas Chicas que Aumentan el
Consumo’ hace gala de la frescura pícara de su título y se manda con otro
viaje musical extrovertido, esta vez enraizado en sonoridades tradicionales
del rock duro, sonando a una suerte de cruza entre Zeppelin y Jeff Beck.
‘Flotante’ y ‘Bichos’ son sendos prototipos de ambientes irreales y
cautivadores creados con el ADN de la psicodelia progresiva, o sea, ítems
que reflejan la mayoría de los puntos fuertes de la banda. Cualquiera de
estas dos piezas hubiese encajado a la perfección en su segundo (y superior)
disco “En la Agitación” de haber portado ciertos ornamentos de sonoridad más
pesada. En fin, el disco cierra con ‘Ujú’, un jam de base funk-rock que alza
vuelo merced a los híper-frippianos fraseos dibujados por la guitarra
solista (una lección extraída de los discos solistas del maestro carmesí).
Esta pieza cumple muy bien con la dualidad neurosis/alegría como para
ofrecer un cierre que impresione al oyente.
“Flotante” es un muy buen disco debut, tal vez un tanto prisionero de las
pautas musicales que el grupo demarcó para su propia visión musical – los
ingredientes son suficientemente variados, pero a veces nuestra atención
puede desviarse porque podemos sentirnos a veces tentados a pensar que hay
dos peligros en este álbum: un cierto dejo a monotonía y una exploración de
la potencia rockera solo a medias. Por lo demás, el vigor y la visión
vanguardista están allí, presentes sin atisbo de duda – en todo caso, habrá
que esperar hasta el segundo disco para ver la madurez plena de esta línea
de trabajo, así como una mayor versatilidad de la misma. Hasta la llegada de
dicho segundo disco, Flotante logró manejar de manera solvente su
interesante aporte a la escena vanguardista chilena, y ésta es una cualidad
esencial de su disco debut.
César Mendoza
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