Temas
- Intro
- La Fortaleza
- Volver a Nacer
- Shamballa
- Amnesia
- Danza Celta (Parte II)
- Habitante de Un Mundo Imaginario
- Nubes Oscuras
- Atlantis
- Noche Azul
- La Puerta Dorada
- Mundos Bizarros
- Bonus track: Nubes Oscuras (versión editada)
Integrantes
- Alonso Herrera: guitarras eléctricas y acústicas, voz, coros
- Junior Pacora: flautas, ocarinas, quenas, quenacho, zampoña, toyo, coros
- Alejandro Jarrín: bajo, coros
- Jorge Puccini: batería, percusión
Colaboradora – Gisela Ponce de León (coros en 5 y 12)
Tercera placa de estudio del grupo peruano Flor de Loto y primera con la
membresía del flautista Junior Pacora (el “nuevo miembro” desde el último
tercio de 2007), “Mundos bizarros” muestra a un ensamble que perpetuamente va
afinando su solidez interna tanto desde lo creativo como desde lo performativo.
Parece mentira que esta robustez tan compacta que el grupo va conquistando con
cada álbum vaya a contrapelo de las inconstancias que han tenido lugar hasta
ahora en la posición del flautista dentro del encuadre instrumental de Flor de
Loto, pero ciertamente cabe decir que el arribo de Pacora a este cuarteto que
ya cuenta con admiración internacional en los foros progresivos no ha
desentonado para nada dentro de estas ganas de crecer que la banda patentemente
muestra. Al fin y al cabo, Pacora tiene un estilo vibrante y una solvencia
técnica que le permiten rescatar el lirismo de su primer antecesor y la polenta
fusionesca del segundo. En cuanto a los más veteranos del grupo, todo sigue
igual o mejor que antes: Puccini sigue dejando constancia de su poderoso
dinamismo y Herrera sigue exhibiendo su total entrega sobre su arsenal de
guitarras eléctricas y acústicas, mientras que las intervenciones del bajista
Jarrín empiezan a resaltarse mejor en la mezcla global.
La orientación multidimensional del repertorio de “Mundos Bizarros” pone en
varios pasajes un especial énfasis en el pulido y reforzamiento de las aristas
más concentradamente rockeras de la banda: de hecho, la secuencia de los tres
primeros temas transcurre como un vendaval de incendiaria electricidad rockera
suministrada con la sofisticación progresiva requerida para ocasiones como
ésta. Los abstractos retazos etéreos que signan la breve ‘Intro’ abren
cósmicamente el camino para el delirio exquisitamente agresivo de ‘La
Fortaleza’, la cual a su vez se engarza con la primera pieza cantada del disco,
‘Volver a Nacer’, rotunda composición bien enmarcada bajo las coordenadas
metal-prog con raigambres maidenescas sólidamente patentes. ‘Shamballa’ muy
bien se hace eco de este despliegue de vigor y dinamismo pero esta vez
atenuando deliberadamente el esquema sónico a fin de explotar más
focalizadamente la vertiente exóticamente fusionesca de los sucesivos motivos,
a través de sus variables rítmicas. Aquí y en ‘La Fortaleza’ hallamos el que
para mí es uno de los mejores solos de flauta traversa a cargo de Pacora, quien
es capaz de crear texturas espectaculares y floritura casi imposibles. Los
últimos ecos de ‘Shamballa’ se engarzan con los primeros sonidos de flauta y
guitarra acústica de ‘Amnesia’, tema cantado donde Flor de Loto despliega su
también importante faceta lírica, apoyada principalmente en el predominio de
sonoridades acústicas y un evocativo talante romántico. El pasaje eléctrico que
emerge durante la segunda mitad mayormente sirve para enfatizar la
espiritualidad contenida en las letras. A contrapelo del título de esta canción
específica, la siguiente pieza nos remite al recuerdo de uno de los temas más
juguetones de “Madre Tierra”, ‘Danza Celta’: esta vez tenemos a ‘Danza Celta
(Parte II)’, una nueva manifestación de la onda Mago de Oz, a la cual Flor de
Loto adeuda buena parte de sus inquietudes folk cosmopolitas. En comparación
esta segunda ‘Danza Celta’ resulta más poderosa sónicamente y con un manejo más
afiatado de los arreglos finales.
Algo resaltante dentro del repertorio de este nuevo disco es la mayor presencia
del bajista Jarrín en el aspecto compositivo, revelándose como un creador de
ideas muy poderosas – después de ‘Shaballa’ él nos regala ‘Habitante de un
Mundo Imaginario’, una composición muy versátil que da buena cuenta de esa
manera tan especial que tiene Flor de Loto de combinar lo Maiden y Tull con un
ingenioso equilibrio entre la fusión y el prog metal, exhibiendo además unas
simpáticas cadencias exóticas en el camino. Este punto álgido del disco viene
acompañado poco después de otro culmen, ‘Atlantis’, compuesto por Herrera.
‘Atlantis’ es otro favorito personal de “Mundos Bizarros”, siendo así que
desarrolla una polenta tan colorida como arrolladora a través de su motivo
central en clave céltico-metalera. Mientras que el preciso lirismo de la flauta
de Pacora y el dinamismo típico de Herrera constituyen las claves centrales de
la pieza, las multivalentes líneas de bajo (alternando lo heavy, lo psicodélico
y lo funky) y la soltura impecable de Puccini completan el cuadro sonoro a las
mil maravillas. Una mención especial va para el grisáceo interludio
psicodélico, el cual aporta un interesante momento de nebulosidad en medio de
los predominantes destellos. Alternando con estos momentos patentemente
explícitos de disco tenemos otros momentos más intimistas, pautados por
Herrera. Uno de ellos es ‘Nubes Oscuras’, la más larga de las tres canciones
acústicas que forman parte de “Mundos Bizarros”: tras un etéreo preludio andino
marcado por delicados pasajes de flauta, el cuerpo central se manifiesta bajo
un esquema propio de la trova latinoamericana, debidamente sazonado con
cadencias fusionescas. ‘Noche Azul’ tiene un desarrollo menos expansivo en aras
de enfatizar más concienzudamente el espíritu reflexivo que está operando.
Personalmente, hubiera preferido que esta canción se hubiese beneficiado de una
elaboración mas extendida de su hermosa coda… pero así son las cosas. ‘La
Puerta Dorada’ despliega una conexión con la vertiente telúricamente andina que
había contado con un espacio tan grande en “Madre Tierra”. El disco cierra con
el tema homónimo, que es toda una suite de 11 ½ minutos de duración. Los
motivos van oscilando fluidamente entre pasajes cálidos de predominancia
acústica y otros más pletóricamente pesados, estableciendo una bien definida
claridad melódica a través de estas variantes: la estrategia de fusión mezclada
con rock pesado sigue generando muy buenos réditos a la banda, y en ‘Mundos
Bizarros’ le permiten explorar unas potencialidades épicas hasta ahora
insólitas. Los aires de Maiden ,Tull y Solaris se despliegan de manera efectiva
sin caer en redundancias triviales en ningún momento. Con esta mini-suite
concluye esplendorosamente “Mundos Bizarros”, bueno, si descontamos la versión
editada de ‘Nubes Oscuras’ que aparece como bonus.
En fin, “Mundos Bizarros” significa para Flor de Loto un nuevo afianzamiento de
su propuesta musical, logrando renovarse significativamente a la par que
recalca su propia voz dentro la escena progresiva local, regional e
internacional.
César Mendoza
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