Temas
- Vigil
- Big Wedge
- State of Mind
- The Company
- A Gentleman’s Excuse Me
- Family Business
- View from the Hill
- Cliche
Fish: voz, coros
Colaboradores – Mark Brzezicki y John Keeble (bateria), John Giblin (bajo),
Mickey Simmonds (teclados), Frank Usher, Hal Lindes y Janick Gers
(guitarras), Dave Spillane (gaitas), Phil Cunningham (flautin, bodhran y
acordeon), Carol Kenyon y Tessa Niles (coros), Luis Jardim (percusion), Kick
Jorns (metales), Aly Bain y Gavin Wright (violines)
Con el vinilo “Vigil in a Wilderness of Mirrors” Fish inicio su carrera
solista tras su problematica aunque previsible salida de Marillion. En buena
parte se nota en el repertorio de este disco la marca del sonido melodico
neo-prog, aunque la diversidad de ideas contenidas en el mismo aseguran la
conviccion de un cantante/letrista que no esta particularmente interesado en
mirar atras o repetir formulas funcionales, sino en asentar una posicion
artistica propia.
Las densas cortinas de teclado que poco a poco se van apoderando del
ambiente elaboran un trasfondo apropiado para el reclamo inicial de Fish, un
reclamo por que presten atencion a su preocupacion por los avatares del
mundo contemporaneo, por que tomen en serio su llamado a la conciencia. El
desarrollo del tema (que dura mas de 8 minutos y medio) se amolda con
firmeza y coherencia a la urgencia de la letra, incluyendo unos conmovedores
colores celticos. En contraste, ‘Big Wedge’ nos lleva por una cruza trivial
de pop simplon y R’n’B: su mayor merito es su gancho directo. Las cosas
vuelven a ponerse “serias” con las dos siguientes canciones. ‘State of Mind’
combina la magia del jazz-pop (atencion a los aportes de las percusiones de
Jardim en combinacion con la lucida dupla ritmica de Keeble y Giblin) con el
new wave de una manera ingeniosa, manteniendo la accesibilidad. Por su
parte, ‘The Company’ (una de las canciones mas emblematicas de Fish) expone
sin tapujos su vibracion celtica con un aire desafiante y candorosamente
celebratorio a la vez: su motif tiene una belleza oportunamente realzada por
el acordeon y la seccion de cuerdas La segunda mitad del disco comienza con
‘A Gentleman’s Excuse Me’, una cancion cuya densa melancolia reposa en gran
medida sobre el modo en que la espartana instrumentacion (solo teclado y
guitarra) acompaña al canto de Fish, el cual asume una actitud de desafio
desde una posicion prudentemente distante – la orquestacion de cuerdas llena
los espacios con oportuna sobriedad, sin boatos. ‘Family Business’ y ‘View
from a Hill’ cabalgan a medio camino entre el pop-rock y la linea general de
“Clutching at Straws” de un modo efectivo. El disco concluye con ‘Cliche’,
una balada que exhibe su simplicidad lirica dando vuelta sobre si misma y
observandose con una actitud de vulnerabilidad – el amor genuino que no
puede ser atrapado por palabras ambiciosas solo puede conducir
irremediablemente a los cliches gastados, cliches que al ser enunciados con
sinceridad dejan de ser tales y pasan a convertirse en verdades que brillan
con la luz de las mas profundas certezas. El armado de los arpegios de
teclado y el imperio de los solos conforman un nucleo emotivo irresistible:
la instrumentacion retrata fielmente el corazon desnudamente abierto de
Fish.
En fin, tenemos en “Vigil in a Wilderness of Mirrors” un disco que destila
belleza y emotividad en un clima de intimidad momentaneamente compartida con
cualesquiera oyentes anonimos. Si alguien esta dispuesto a dejarse llevar
por este espiritu de comunion, entonces podra muy bien considerarlo como un
item recomendable dentro de una buena coleccion progresiva... aunque sea de
forma “periferica”.
Cesar Mendoza
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