Temas
- Downtown (10:55)
- Pictures - Suite For 5 Painters [a) Otto Dix; b) Hans Hartung; c) Bruce
Nauman; d) Leon Spilliaert; e) Bill Martin] (16:47)
- First Blow (7:28)
- God Meets The Devil Drink Of Wenceslas (Part 1) (7:01)
- Illimited (6:55)
- God Meets The Devil Drink Of Wenceslas (Part 2) (4:01)
- Finale (1:21)
Integrantes:
- Jean-Louis Aucremanne: piano, teclados
- Henry Krutzen: saxofón, teclados
- Alain Lemaïtre: bajo, teclados, ingeniería de sonido
- Richard Redcrossed: letras, canto
Colaboradores - Jaques Collin (guitarras), Francois Deppe (cello), Dirk
Descheemaeker (clarinete, clarinete bajo), Bernard Massuir (voz), Raf Minten
(saxofón), Michel Morvan (batería), Alain Pire (trombón), Philippe Ranallo
(trompeta), Audrey Ribaucourt (flauta), Piet van Bockstal (oboe, corno inglés),
George van Dam (violín)
Tercer disco del ensamble de origen belga Finnegans Wake, "Pictures" es una
obra monumental que descubrimos algo tardíamente pero que raudamente apreciamos
como un referente vital para entender la supervivencia y renovación del
chamber-rock desde fines de los 90s. Tras ir haciéndose de un lugar con sus dos
discos precedentes "Yellow" y "Green", la línea musical expuesta en "Pictures"
demuestra que la banda ya tiene consolidada su propia robustez particular. Vale
la pena empezar a descubrir a esta banda por vía de este disco: lo repasamos a
continuación.
'Downtown' abre el álbum con una prestancia clara y frontal, revelando
prístinamente sus intenciones de generar un aura de sombría tensión a pesar de
que comienza con una orientación sutil. Pero claro, una vez que el ensamble
pasa a explorar sus sonoridades más intensas y a elaborar retorcidas
arquitecturas disonantes, las cuales oscilan entre lo expresionista y lo sereno
y están recurrentemente marcadas por una densidad cerebral y visceral, el
asunto no nos toma por sorpresa para nada. Finnegans Wake sigue unas reglas de
juego muy claras, fieles a la vieja escuela del RIO, dándole al espectro
instrumental íntegro un dinamismo revitalizador, especialmente en las
intervenciones del violín, el cual ocupa habitualmente un rol protagónico. Casi
11 minutos de esplendorosa exhibición de aguerridos climas grisáceos para abrir
el álbum con grandiosidad. Luego sigue la suite que da título al disco: con sus
16 BE minutos de duración, conforma el eje central del repertorio del álbum.
Si 'Downtown' asentó el hito para la estrategia musical a ser desarrollada por
la banda, la suite 'Pictures' le da su forma definitiva. En esta ocasión, la
oscuridad aumenta en el ambiente sin por ello alterar la agilidad demostrada
por el ensamble en los pasajes más extrovertidos. De hecho, hay varias
intervenciones del bajo que nos remiten a cadencias de corte jazz-funky. Por
otro lado, las secciones de tenor abstracto se sostienen hacen que el subsuelo
sónico emerja como una parte genuina del paisaje: es en momentos como éstos que
el ensamble se dedica a experimentar con sus ases minimalistas bajo la manga,
unas veces sobre la base de capas cósmicas de sintetizador y otras bajo la guía
de un piano concentrado en elaborar espartanas escalas inundadas de silencio.
La sección que se arma a poco de pasada la barrera del noveno minuto es
poderosamente mágica. La última sección, que dura poco más de 2 minutos, se
explaya en una espiritualidad solemne, recalcada en los instantes finales por
un monólogo. Sin apenas contar con unos cuantos segundos para digerir la
grandeza de la suite, emerge 'First Blow' con una energética remodelación
jazz-rockera del discurso del chamber-rock. Bien se puede describir esta pieza
como un híbrido entre el Isildur's Bane de "Mind Vol. 2" y Ensemble Nimbus,
incluso anticipando líneas de trabajo que luego Yugen perpetrará en su propio
tiempo. 'God Meets The Devil Drink Of Wenceslas (Part 1)' empieza a meter una
aureola fusionesca al asunto, con algunos manerismos cuasi-Emersonianos
semejantes a lo que practicaba After Crying durante su primera etapa, además de
algunos climas serenos que permiten a la banda situarse en atmósferas muy
diferentes a las que predominaron en los dos primeros temas. 'God Meets The
Devil Drink Of Wenceslas (Part 2)' comienza remodelando el motivo final al
piano de la Parte 1 para darle un viraje inusitadamente ligero al asunto, algo
así como un aire a lo Zappa de la época "One Size Fits All" con algún dejo de
la faceta más grácil de Henry Cow: el vocalista Richard Redcrossed no oculta su
entusiasmo en las intervenciones que le competen en medio de la florida
musicalidad de la pieza. La coda termina de redondear el concepto reformulando
una porción del inicio de la Parte 1. Situado entre ambos, 'Illimited' resuelve
un retorno a la ideología de tensión que siempre ha sido el leitmotiv más
característico del chamber-rock: en esta ocasión, la utilización de un
razonablemente nutrido ensamble de sintetizadores brinda una aureola
particularmente futurista al asunto, tal vez enlazándose un poco con el
dinamismo peculiar de Birdsongs Of The Mesozoic y el vitalismo juguetón de unos
Aksak Maboul. El álbum se cierra con 'Finale', un crepuscular dueto de bajo y
piano que se deja llevar por la línea melódica como una hoja flotando en un
charco suavemente agitado.
Todo esto fue la experiencia de "Pictures", disco que cancela la etapa belga de
Finnegans Wake. Después del año 2001, Henry Krutzen mudó su residencia a
Brasil, suponiendo con ello un importante viraje de la banda hacia otras formas
libres de vanguardia musical, combinando cámara postmoderna con exploraciones
abstractas de sonidos étnicos=85 pero ésa es otra historia. "Pictures" es la
máxima expresión de Finnegans Wake desde su época "ortodoxamente" RIO, y no es
de extrañar que sea una mayoría de sus conocedores la que lo considere, hasta
el día de hoy, como su obra maestra. Nosotros nos sumamos a este veredicto.
César Mendoza
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