Temas
- Leyenda
- Naufragio
- Jardín de los Senderos
- Palabras como Astros
- No Te Pude Contestar
- Los Jueces del Mundo
- Vidas Atrás / Noche
- Donde Nadie
- Paciencia Infinita
- José Luis Fernández Ledesma: guitarras acústicas y eléctrica, pianos clásico
y eléctrico, sintetizadores, laúd, vihuela, flauta, armonio, percusión,
ocarina, melódica, darbuka, xilófono, instrumentos étnicos mayas, voz,
procesos electrónicos
- Margarita Botello: voz, piano, santur, armonio, percusión, ocarinas,
kalimba, sintetizador
Colaboradores – Gustavo Albarrán (corno francés en 1), Juan Carlos Ruiz
(fagot en 1), Hugo Santos (bajo en 4), Carlos Bonequi (batería en 5 y 6),
Alejandro Sánchez (violín en 6 y 8), Eduardo Meléndez (saxo barítono en 6 y
8), Vitali Roumanov (cello en 7), David Ball (fagot en 9), Ramón Nakash
(violín en 9)
Tenemos aquí la nueva oferta musical del prolífico y talentoso
multiinstrumentista mexicano José Luis Fernández Ledesma, en asociación con
Margarita Botella. “La Paciencia de Job” es un disco basado en atmósferas y
ambientes, mayormente de corte minimalista, coqueteando con el RIO en varios
momentos, y cómo no, también incorporando sonidos étnicos, aleatoriamente
rescatados de la campiña y los desiertos de México, o los desiertos de
Arabia, o las estepas de África Oriental. La línea de trabajo de “La
Paciencia de Job” está bastante emparentada con “Sol Central”, pero que
conste que no se trata de un mero sucedáneo del mismo. Lo onírico marca la
esencia definitiva del material contenido en este disco: la apuesta es por
la apelación a la misteriosa belleza de aquellos confines de la realidad en
los cuales la vigilia y el ensueño se entrelazan y confunden.
Los coloridos sutiles y envolventes de ‘Leyenda’ portan el candor de un
amanecer en una tierra de fantasía: hasta ahora no imaginaba cómo algo puede
sonar tan perturbador y tan candoroso a la vez. Buena entrada. La sensación
de estar vagabundeando a través de los brumosos linderos del limbo es
evocada contundentemente en ‘Naufragio’. Poco antes de llegar al quinto
minuto, las nubes se disipan, permitiendo que el piano traiga algo de luz de
un plácido atardecer otoñal... hasta que, un minuto después, la niebla
vuelve. La aureola del limbo sigue presente en ‘Jardín de los Senderos’ y
‘Palabras como Astros’. Ambas piezas contienen unos ornamentos sonoros un
poco más diversos que ‘Naufragio’, siendo así que la segunda se enfila hacia
caminos más intensos debido al uso de cadencias tribales: el canto de
Botella emite un poema de Vicente Huidobro, con lo cual el tema adquiere
aires de solemnidad. Precisamente son esos timbres telúricos del tema los
que proporcionan una suerte de preludio a la secuencia de los dos siguientes
temas, donde la dupla Fernández Ledesma – Botella trabaja la faceta más
explosiva de su visión musical.
En ‘No Te Pude Contestar’ surge la batería por primera vez, con la cual se
crea una secuencia sincopada sobre la que fluyen la instrumentación y el
canto, de manera en cierto sentido semejante al Can del “Future Days”. ‘Los
Jueces del Mundo’ también tiene una base de batería, pero esta vez el
frenesí exótico es cambiado por la parsimonia fúnebre, patente tanto en el
compás como en los sonidos de teclados y efectos. Margarita Botello registra
su canto en torno a las recientes debacles armamentísticas con un oportuno
sentido del drama, mientras que el violín y el saxo barítono parecen emular
los quejidos postreros de multitudes agonizantes en medio de llamas y
escombros; los arreglos corales de la parte final resultan bastante
efectivos a la hora de transmitir el escalofrío apocalíptico del dolor
humano – muy a lo Art Bears, aunque más fastuoso en esta ocasión. La dupla
‘Vida Atrás / Noche’ comienza con una sección de base tribal sobre la cual
suenan soliloquios e instrumentos bizarramente procesados a través de
manipulaciones de cintas, creando un clima crecientemente lunático. Después,
mientras la base tribal se va desvaneciendo, surge una serie de cortinas de
teclado y efectos de guitarra en una amalgama acentuada por el cello: lo
solemne reemplaza a lo lunático, e incluso se hace más imponente cuando
entra el piano de cola en acción para acompañar al cello. ‘Donde Nadie’ es
la pieza más breve del disco, elaborada con texturas de inspiración arábiga
bien conducidas por el trío de voz, violín y saxo barítono. Finalmente,
‘Paciencia Infinita’ retoma de manera frontal la aureola de ensueño
crepuscular que había predominado imponentemente a lo largo de las cuatro
primeras piezas: el piano surca a través de esta pieza como una corriente
serena a la cual se unen momentáneamente el fagot, la guitarra y el canto de
Botella.
Este disco es distribuido por Musea, y ciertamente es de aplaudir que este
sello francés se haya preocupado genuinamente por otorgarle un espacio a un
trabajo tan abiertamente situado sobre el filo más experimental de la música
contemporánea vanguardista. “La Paciencia de Job” es un catálogo de ingenio
puro en la creación de atmósferas y manejo de timbres y texturas, una línea
de trabajo a la cual ya nos tiene acostumbrados el dúo de Fernández Ledesma
y Botella, y que se instaura nuevamente como uno de los pilares
incuestionables de la vanguardia musical radical.
César Mendoza
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