Temas
- RumunskÃ! rapsódia (5:52)
- Perpetuum II (10:27)
- PostavÃm si vodu na Äaj (4:20)
- ValÄÃk pre krstnú mamu (7:03)
- Perpetuum III (11:46)
Integrantes
- TomÃ!s Berka: teclados
- Frantisek GriglÃ!k: guitarras
- Anton Jaro: bajo, percusión
- Peter Szapu: baterÃa, percusión
En un tiempo en que decir checo significaba checoslovaco, el ensamble eslovaco
FermÃ!ta encarnó una cumbre mÃ!xima dentro de la vanguardia musical fermentada
y desarrollada en el underground de la aludida ex-república europea oriental.
Con una propuesta progresiva que capturaba con potencia los parÃ!metros
centrales del jazz-rock por entonces desarrollado por Mahavishnu Orchestra y
Return to Forever, el virtuoso guitarrista Frantisek GriglÃ!k y sus compinches
iniciaron en 1973 una trayectoria que hoy por hoy es infaltable en cualquier
buena discoteca progresiva. El disco debut homónimo de 1975 muestra a una
banda con una oferta artÃstica ya madurada, portadora de genuino ingenio
musical y creadora de una fuerza sonora muy vitalista. Contando con un
protagonismo compartido equilibradamente por GriglÃ!k y el teclista TomÃ!s
Berka, la dupla rÃtmica de Jaro y Szapu exhibe una manera fluida y precisa de
cimentar el suelo para la arquitectura sónica que tiene lugar de principio a
fin.
‘RumunskÃ! rapsódia’ comienza con unos aires un tanto a lo Deep Purple con
retazos de The Nice, desarrollando una aureola tremendamente estilizada en el
modo en que se articulan lo fraseos de guitarra y las escalas de órgano. No
tardarÃ! mucho el ensamble para elaborar una Ã!gil e incendiaria alternancia de
fusión eléctrica y prog pesado, aterrizando en el adecuado cénit que es el
reprise del motivo de entrada con arreglos extra. Con este tema de entrada no
fallan las posibilidades de enganchar la atención del oyente mÃ!s despistado
– se trata de una apertura tan intrigante como exultante. El impacto inicial
tiene un adecuado contrapelo en ‘Perpetuum II’, que comienza con
lÃ!nguidamente tenues flujos emitidos por el piano eléctrico, con los vacÃos
sutilmente llenados por un bajo también bastante tenue. Una vez que Szapu hace
entrar poco a poco a su baterÃa, el tema desarrolla un crescendo parcial que
sirve para catapultar un breve solo de baterÃa, el cual, a su vez, abre las
puertas para la emergencia del cuerpo central. Dicho cuerpo central
inicialmente se despliega sobre un compÃ!s blues-rock, para luego explayarse
sobre un cÃ!lido swing jazzero sazonado con vibraciones de color funky – muy
a lo Mahavishnu, en verdad, aunque el guitarreo tiene mÃ!s de Akkerman que de
McLaughlin. ‘PostavÃm si vodu na Äaj’ concluye la primera mitad del disco
con un tono juguetón, incluso desarrollando un lirismo bastante efectivo de la
mano del piano eléctrico de un siempre magistral Berka. ‘ValÄÃk pre
krstnú mamu’ me suena a un cruce entre Finch y el Return to Forever con Bill
Connors. ‘Perpetuum III’ es el tema que cierra el disco: tiene un
frenético inicio con una retoma de un motivo central de ‘Perpetuum II’ a
partir de un esquema mÃ!s marcadamente psicodélico, para luego pasar a una
atmósfera mÃ!s relajada basada en un swing flotante que coquetea con el molde
de Weather Report. La fineza de Szapu es lo suficientemente abundante como para
trabajar impolutamente los matices nece
sarios para elaborar una base rÃtmica donde se conjuguen la sensibilidad con
la sofisticación técnica. También se pude argüir que esta pieza contiene
los solos de guitarra mÃ!s impresionantes de todo el Ã!lbum: cabe añadir el
efecto tan bizarro que producen los ornamentos de sintetizador que emulan una
corneta robótica en medio de los tormentosos fraseos emanados por los dedos de
GriglÃ!k. Y bueno, el tema termina con unos efectos de tormenta bien enroscados
alrededor de los últimos efluvios del ensamble
“FermÃ!ta†es todo un deleite para todo amante del jazz-rock y el rock
progresivo de tendencias jazzeras – los coleccionistas tenemos muchas cosas
por descubrir del legado que la zona europea oriental ha dejado para el
enriquecimiento del jazz y el rock artÃsticos de los 70s. Una banda como
FermÃ!ta tuvo la sensibilidad necesaria como para recibir galantemente la
influencia de sus grandes predilectos para, a partir de ahÃ, generar una
oferta musical de valÃa propia.
César Mendoza
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