Temas
- Crusader (4:06)
- Blue Rice (3:40)
- Into The Sea (5:11)
- M.N.K. (5:37)
- The Sparrow (6:07)
- Anticlimax (6:55)
- Omoplatta (4:28)
- Travelling Space (5:18)
- Joanni (7:22)
- Lights That Fall Down The Hill (5:33)
- Epic (5:04)
Integrantes
- Miki Fujimoto: violín
- Junpei Ozaki: guitarra
- Ryuichi Odani: teclados
- Naoki Kitao: bajo
- Masataka Suwa: batería
Tomando como nombre a uno de los álbumes más emblemáticos de Curved Air, esta
banda japonesa liderada por la violinista Miki Fujimoto lanzó al mercado su
disco debut "Day And Night" el año pasado. Esta talentosa mujer forjó desde su
infancia una formación académica que la ha llevado a institutos superiores de
arte de EE.UU. y España (la Escuela Superior de Música Reina Sofía, nada menos)
antes de volver a asentarse en su madre patria y dedicarse a esto del rock
progresivo El quinteto instrumental basa la mayor parte de sus desarrollos
melódicos en el violín, naturalmente, aunque este factor ineludible e
inocultable no debe hacernos pasar por alto el hecho de que el ensamble
funciona de una manera bastante coordenada y orgánica. La línea de trabajo de
la banda es de tendencia claramente sinfónica, no ajena al vigor propio del
lenguaje musical rockero: no busquemos aquí el bizarro dinamismo vanguardista
de unos Pochakaite Malko o la fineza delicada de unos Midas, sino más bien algo
cercano al sinfonismo de robusta fibra de Outer Limits (todos ellos grupos
japoneses con violín) y del primer KBB, aunque sin igualar la mágica
sofisticación de estos últimos. Este grupo gusta de dar suficiente campo de
expresión a las amplias texturas de teclado en medio de las esenciales
aportaciones que Miki genera con las cuerdas de su violín; aunque tienen menos
campo para el lucimiento individual, la guitarra de Ozaki despliega una
destreza técnica impactante cada vez que elabora sus incandescentes solos, y de
todas maneras, sus riffs y complementos armónicos con los teclados ayudan a
completar el dinamismo propiamente rockero del ensamble.
'Crusader' abre el disco con un preludio de violín y clavicordio para luego
dejar paso a un cuerpo central en BE ampliamente marcado por esquemas
barrocos. Eso permanece constante y bien definido con excepción de un breve y
simpático giro jazzero que adopta el motivo. 'Blue Rice' también establece un
sólido ejercicio de sinfonismo, aunque esta vez el aspecto jazzero tiene un
poco más de relevancia en lo que respecta al esquema rítmico elaborado por
Kitao y Suwa. 'Into The Sea' comienza con una aureola lírica pronunciada para
luego girar durante su interludio hacia una dimensión un poco más neurótica,
casi crimsoniana; la retoma del motivo inicial permite a la pieza completar su
propio círculo debidamente. 'M.N.K.' es pura extroversión al rojo vivo: el solo
de guitarra es casi como un híbrido de Beck y Petrucci. 'The Sparrow', en
cambio, deja que prevalezca lo introvertido en buena parte de su espacio de 6
minutos: solamente en el último minuto las cosas se ponen vibrantes en una
especie de clímax inesperado. 'Anticlimax' tiene un título muy engañoso:
comienza con una lánguida pesadez casi a lo Sabbath para inmediatamente después
enfilarse a paso firme por una sonoridad que se puede definir como "prog-metal
crimsonizado".
Las dos piezas que siguen a continuación, 'Omoplatta' y 'Travelling Space',
tienen muchos puntos en común en cuanto a la manera de desplegar una ágil
musicalidad sinfónica lo suficientemente abierta como para dejar un espacio
natural a cadencias jazzeras. Piezas como éstas y las dos primeras son las que
justifican el paralelo parcial con el KBB del primer disco que se expuso en el
primer párrafo de la reseña. 'Joanni', al durar casi 7 minutos y medio, resulta
el tema más largo del disco. Asimismo, porta un sofisticado desarrollo de
variantes que va muy bien con lo que se espera del estándar progresivo, aunque
su dosis de colorido melódico es menos intenso que en cualquiera de las tres
piezas precedentes. Algunos adornos a lo Gentle Giant aportan una saludable
extravagancia dentro del entramado compositivo, así como un flotante solo de
violín que fluye por encima de un tenue sintetizador que emula el órgano de
fuelles. Los últimos 10 minutos del disco están ocupados sucesivamente por
'Lights That Fall Down The Hill' y 'Epic': ambos tema prosiguen por la senda de
afinidades con el primer KBB, siendo éste más inclinado hacia sonoridades
robustas mientras que aquél enfatiza un lirismo marcado por un colorido sobrio
y moderadamente extrovertido, al estilo del primer tema. "Day And Night" es un
disco que revela cómo el progresivo sinfónico puede mantener algún tipo de
vigencia cuando el grupo de turno genera ideas melódicas efectivas y bien
arregladas - Fantasmagoria es un grupo a tener en cuenta.
César Mendoza
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