Temas
- Island (16:40)
- Headright (3:01)
- Locust To Bethlehem (5:13)
- Some Memorial (11:54)
- Past Gravity (7:12)
- When Sunday Spills (8:49)
- Speaking In Lampblack (10:47)
- The Cardinal And I (8:26)
Integrantes
- Brett Kull: guitarras, voz, coros
- Paul Ramsey: batería, percusión, coros
- Ray Weston: voz, coros
- Tom Hyatt: bajos, coros
- Chris Buzby: teclados, coros
Colaboradores - Nina Beate (violín en 1), Kaveh Saidi (violín en 2), Lori
Saidi (viola), Rajli Bicolli (cello), Mark Gallagher (saxofón barítono), Jacque
Varsalona (coros)
Echolyn ha vuelto al ruedo progresivo contemporáneo=85 !y ha vuelto con todo!
7 años después de "The End Of Beautiful" y a 12 años del fin de su receso
post-"As The World", el quinteto entra con su nuevo repertorio por las puertas
y ventanas de nuestras mentes para estimularlas con sonidos majestuosos
perfectamente hilados y vitalistamente ejecutados según las coordenadas
esenciales de la banda a la vez que suena fresco y fulguroso como un nuevo día.
El nombre de este disco es justamente como el del grupo, repitiendo así el
título de su disco debut de 1991, y posiblemente el nuevo uso de esta
denominación epónima signifique el afianzamiento del Echolyn que surgió
rotundamente de sus cenizas en los albores del nuevo milenio: en muchos
aspectos, este disco encapsula un dinámico híbrido entre el swing extrovertido
predominante de "Cowboy Poems Free", el lirismo acentuadamente épico de su
ambicioso master opus "Mei" y el colorido virilmente magnético de "The End Is
Beautiful" (no somos los primeros en señalar esto). Han sido cuatro años de
labor compositiva y coordinación de las sesiones de grabación y post-producción
para llegar a la concreción de este disco (también llamado extraoficialmente
como "The Window Album" debido a la aparición de una ventana dibujada en el
centro de la carátula), aunque Echolyn no ha estado realmente ausente del
mercado fonográfico por causa de las re-ediciones de discos previos. Bueno,
pasemos ahora a repasar este disco en cuestión.
Durando 16 minutos y pico, "Island" abre el disco con prestancia, carácter y
fineza: prueba de ello es el bloque instrumental inicial, un estupendo retablo
progresivo químicamente puro que dura más de tres minutos, gestado con una ágil
muscularidad heredada de "The End Is Beautiful" y ornamentada con el colorido
esplendoroso plasmado en esa dorada dupla de "Suffocating The Bloom" y "As The
World". El momento en que entra el canto de Ray Weston está preparado para que
el grupo dé rienda suelta a sus prístinos instintos líricos, enfocándose en una
armazón melódica llevadera, sumamente elegante, con una robustez principalmente
sostenida sobre los hombros de los riffs guitarreros y la muscular dupla
rítmica. Una secuencia de dos secciones más reposadas emerge poco antes de la
barrera de los 7"30", la cual nos hace evocar los tiempos de "Cowboy Poems
Free" y "Mei": la presencia de un interludio enérgicamente rockero ayuda a
mantener viva la llama de la extroversión en el desarrollo de estos estupendos
retablos melódicos, los cuales concluyen con un mayestático motivo final que
deriva en un conmovedor fade-out. !Grandioso!, !!grandioso!! Después de este
climático inicio de álbum siguen dos piezas más breves: "Headright", un tema
popero que tiene algo de Bee Gees y The Monkees, pero con un añadido dejo del
lado más ligero del estándar del Fleetwood Mac 76-79; "Locust To Bethlehem",
una canción inundada por un espíritu contemplativo que nos remite a los
momentos más calmados de "Cowboy Poems Free"... y con una tremenda potencia
emotiva en los arreglos vocales. "Some Memorial" nos lleva parcialmente de
regreso hacia las coordenadas más épicas del álbum. Haciéndose eco de la
vibración contemplativa de la canción precedente pero llevándola hacia un nivel
más rotundo de sofisticación musical, nos dejamos llevar de la mano por esas
elegantes armazones de piano y múltiples guitarras hacia los tiempos de
"Suffocating The Bloom". Los aires de híbrido entre Genesis y Gentle Giant que
emergen desde el momento en que el bloque sónico se hace más filudo en aras de
crear un clímax moderadamente denso permiten a la estructura compositiva del
tema remontarse hacia una fastuosidad atrapante y magnética, la cual es
finalmente clausurada con una coda lánguida donde la progresión armónica
central es llevada hacia una faceta un tanto minimalista. !El retorno del
espíritu de "Mei"!
La segunda mitad del disco comienza con "Past Gravity", una estupenda balada
blues-rockera cuyo esencial arreglo progresivo nos lleva a terrenos del
estándar de Kansas, y también un poco al área del post-rock en cuanto al manejo
cósmico de algunos ornamentos flotantes de guitarra. Es una canción plácida y
serena, pero para nada complaciente: se nota una tensión emocional
inteligentemente "escondida" a lo largo del muy medido y básico desarrollo
temático. "When Sunday Spills" recibe la carga emocional de "Past Gravity" bajo
pautas muy similares, aunque el desarrollo armónico es más meticuloso y se
incorporan interesantes variaciones de ambiente que, merced a la pulcritud de
ensamble, portan una fluidez inconmensurablemente compacta (en estricta
afinidad con "Some Memorial"). También cabe notar que la actitud emocional
porta un crepuscularmente agradable tono melancólico al modo de una reflexión
positiva respecto a las huellas dejadas por un momento especialmente hermoso,
una huella perpetua de luz en medio de la niebla presente, la cual revela sus
matices más oscuros en el etéreo clímax conclusivo. "Speaking In Lampblack"
prosigue por esta cadena de expresiones detenidamente reflexivas, ahondando en
los rincones más abandonados del centro neurálgico del ego. La pieza muestra
desde el mismo punto de partida un lirismo grisáceo y vulnerable que nos remite
a los pasajes más misteriosos de "Mei". La intensa espiritualidad motivada y
alimentada por la preciosa armazón melódica de la pieza adquiere un candor
especial a partir de la barrera del séptimo minuto, que es el punto donde el
grupo y el ensamble de cuerdas de apoyo generan una sonoridad que llena
espacios de manera imponente y delicada a la vez. Una vez más, Echolyn hace
gala de su espeluznante maestría para explotar una dinámica consistente hasta
el punto que implosiona sin perder su orden inherente, más bien, capitalizando
la potencialidad de la ingeniería sónica en torno a la cual gira el desarrollo
temático. "The Cardinal And I" ocupa los últimos 8 BD minutos del disco,
aunque en realidad, la canción en sí dura 7 BC minutos.
Echolyn ha hecho un reforzamiento de su individual esencia progresiva a través
de una mirada creativa y recreativa hacia su propio legado con entusiasmo e
ingenio, un ingenio cuya luz de creatividad parece nunca apagarse
independientemente del nivel de regularidad que ha habido de disco a disco.
"Echolyn" también aparece en edición limitada de doble vinilo, aparte del
obligatorio formato digital=85 pero bueno, cualquier formato viene bien cuando
de dejarse fascinar por la genialidad de los señores Kyll, Weston, Hyatt, Buzby
y Ramsey se trata. ! CDtem obligatorio en todo Top 10 progresivo del año!
César Mendoza
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