Temas
- L'Epice
- Arrakis
- Bitonio
- Eros
- Bitonio (versión alterna)
- Arrakis (versión alterna)
- Eros (versión alterna)
- Acoustic Fremen
Integrantes
- Laurent Bertaud: batería
- Jean Geeraerts: guitarras eléctrica y acústica
- Bruno Sabathe: piano, sintetizadores
- Alain Termol: percusión
- Thierry Tranchant: bajo
- Pascal Vandenbulcke: flautas
Colaborador – Philippe Portejoi: saxofón
Formado a mediados de los 70s, el ensamble Dün recién pudo hacer acto de
presencia fonográfica a inicios de la década entrante con su disco debut y
solitario, tras algunos cambios de formación y de nombre. Lo que ofrecen en
“Eros” es un clásico peculiar de la vanguardia progresiva francesa,
siguiendo una fusión excitante y contundente entre las tensiones peculiares
de Magma en su faceta más jazzera y los matices siniestros de los dos
primeros discos de Univers Zero, aunque es adecuado incidir en que es más lo
inquietante que lo propiamente tenebroso lo que marca el tono general de las
cadencias, contrapuntos y pulsaciones que atraviesan el repertorio de la
banda. De hecho, las sonoridades juguetonas y dadaístas del Zappa 73-75 y
ciertas ambientaciones amables propias del aspecto lírico del Canterbury
entran a tallar a fin de aumentar el colorido potencial de las ideas
musicales de manera eficaz. La flauta y las percusiones tonales son los
instrumentos protagónicos dentro del ensamble (de modo semejante al
excelente grupo quebequense Maneige, claro está, desde otra perspectiva).
?Pero cómo puede un grupo sonar tan frontalmente enérgico contando con unos
protagonistas tan amables a priori? Pues bueno, la cosa es que el núcleo
sonoro del grupo radica sólidamente en la dupla de batería y bajo (este
último suena muy agresivo la mayor parte del tiempo), mientras que Sabathe
se complace en explorar los efluvios más psicodélicos de su sintetizador y
apretar las teclas del piano con robustez, mientras que la guitarra emerge
como un vendaval fusionesco, sin opacar a la flauta, pero decididamente
creando un puente crucial entre ésta y el bajo. De este modo queda
garantizado el lucimiento de algunos elementos individuales sin por ello
afectar al despliegue de energía por parte del conjunto, sino más bien
dándole un colorido particular al mismo. Creo que con estas pautas generales
podemos bastarnos para hacernos una idea acerca de qué va Dün.
El disco comienza con ‘L’Epice’, iniciado con unos redobles ciertamente
atemorizantes, los mismos que activan un preludio un tanto siniestro, aunque
también majestuoso: ya cuando pasamos al desarrollo de los jams notamos a la
banda explorando su faceta jazzera con peculiar exquisitez: la intensidad de
este pasaje no decae con la entrada en acción de la guitarra acústica,
ejecutada por Geeraerts con mucha distinción, dicho sea de paso. Antes de
llegar al inicio del minuto 6, el grupo ya está delineando una trayectoria
de secuencias hiladas por pulsaciones extendidas sobre una base armónica
disonante, y así continúa hasta el clímax culminante del noveno minuto y
medio. ‘Arrakis’ comienza de manera más pausada, con la dupla de piano y
flauta, aunque siempre portando esa extraña aura de inquietud. Esta aura se
acentúa con la entrada del punteo de guitarra: al terminar éste, la flauta
regresa para retomar la idea inicial, aunque esto solo sirve para retrasar
la irrupción que tiene lugar apenas iniciado el cuarto minuto. La situación
se pone muy semejante a una cruza entre el Gong de “Expresso” y el Magma de
“Üdü Wüdü”. Las percusiones tonales y la batería brillan especialmente en el
último tercio de la pieza. Hasta aquí llegan los 4 temas oficiales del
disco. ‘Bitonio’ sigue adelante con la onda global del disco, aunque
realzando la herencia zappiana que ya se había hecho bastante presente en la
primera pieza. El tema homónimo que cierra el disco es también el más largo:
dura casi 10 ½ minutos. La banda sigue explorando su espíritu experimental
con perturbadores ejercicios repetitivos de contrapuntos, los cuales son
utilizados como núcleos para las ideas musicales espartanas. El
revestimiento bien cuidado con que el grupo concretiza estas ideas permite a
éstas respirar, ir más allá de su aspereza latente y arroparse con una
bizarra elegancia. El solo de sintetizador es sencillamente demoledor,
amenazando con romper con la armonía conjunta planteada por el ensamble: los
juegos de contrapuntos que emergen durante los dos últimos minutos restauran
la base explícita de dicha armonía. El CD contiene 4 bonus tracks, siendo
tres de ellos versiones demo de sendas piezas oficiales, mientras que el
cuarto y último, ‘Acoustic Fremen’, consiste en una hermosa serenata
bucólica de flauta y guitarra acústica, en la cual Geerarets y Vandenbulcke
explotan su vena introspectiva con una sensibilidad inmensa. Sus 6 minutos
de duración pasan realmente volando. Posiblemente no funcione bien como
clausura para el disco,... !pero qué buen efecto hubiera producido ocupando
un lugar intermedio dentro del repertorio oficial, grabado y mezclado como
Dios manda!
Aunque suene a mal chiste freudiano, puedo decir que este “Eros” es bastante
tanático en buena medida, aunque la música de Dün no se limita a explorar el
lado oscuro de la vanguardia progresiva. Tal como se ha señalado a lo largo
de la reseña, la banda dispone de una paleta sonora lo suficientemente llena
de matices diversos y contrastes ingeniosos como para crear y solidificar
una propuesta interesante y sorprendente dentro de las coordenadas
desafiantes propias del zheul y el RIO. “Eros” es una pieza de colección
ideal para quienes gustan del progresivo jaezado y se atreven a degustar
algo un poco más tenso e intenso de lo habitual, y también para los amantes
convictos y confesos del RIO que se preguntan a qué hubieran sonado Henry
Cow si hubiesen sido un poco más abiertamente líricos. !Dün es un grupazo
eterno!
César Mendoza
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