Temas
- System Manipulation
- "Breathe"
- P.E.S.A.N
- Verso Kartini - Door Duisternis Tot Licht! — 12:18
a. bangsa jawa sekitar tahun 1879
b. habis gelap terbitlah terang
c. paradoksilakonis
d. dia benci bunyi gamelan!
e. kebangsawanan akal budi
- Music for 5 Players — 7:40
a. Partial Formlessness
b. Chromaton I
c. M7, Dimwhole & Broken Kotekan
d. Hypercadenza
e. Chromaton II
- Anne — 19:23
a. Voxoverture
b. Conversation
c. Inner Thoughts
d. March of the Fools / War Dance / Death in Agony
e. Flashback
f. Revelation: The Spirit Speaks!
Integrantes
- Fadhil Indra: teclados, voz, percusión electrónica, gongs, rindik, kempli,
gender
- Iwan Hasan: voz, guitarras eléctricas y clásica, arpa-guitarra de 12
cuerdas, teclados, guitalele, violín
- Kiki Caloh: bajo, voz
- Anto Praboe: voz, suling, flauta, clarinete, clarinete bajo, saxo tenor
- Eko Partitur: violín, voz
- Hayunaji: voz, batería, kempli
- Krisna Prameswara: voz, teclados
- Nonnie: voz
Colaboradores – Andy Julias (guitarra acústica), Ombat Nasution (gritos)
Segundo disco del sorprendente ensamble indonesio Discus, abundante
formación que ha llamado de manera poderosa la atención de los simpatizantes
de las vertientes progresivas más radicales. El estilo de Discus está
claramente orientado hacia el rescate del RIO, particularmente la línea de
trabajo de Henry Cow, aunque también cabe señalar el uso de ostentosas
frivolidades a lo Zappa, la peculiar presencia de extravagancias vocales a
lo SMM, y adicionalmente, vívidos elementos de jazz-rock, junto con otras
sonoridades neuróticamente agresivas a lo Dr. Nerve en las porciones más
potentes del repertorio. Aparte de los artistas mencionados en la
descripción precedente, también podemos indicar los nombres de Thinking
Plague, Il Berlione y Höyry-Kone en tanto emparentados con Discus. Por
último, la inclusión de elementos del tan exótico folklore de su Indonesia
natal ayuda a incrementar el desafiante colorido inherente a la bizarra
propuesta del grupo, especialmente porque los vientos y percusiones
particulares se explotan con buen gusto e ímpetu creativo.
Los primeros nueve minutos están ocupados por ‘System Manipulation’. La
cálida introducción de palmas y canto telúrico nos ofrece un engañoso relax
que permite a la frontalmente disonante apertura instrumental tomarnos un
tanto desprevenidos. Pero, es tanta la polenta ofrecida en esta sección y
tan contagioso el swing sobre el cual ésta se desarrolla, que se puede
advertir un inocultable gancho, se siente cómo éste captura nuestra atención
con su raro atractivo. La alternancia de pasajes tensos con otros más
decididamente melodiosos está manejad a la perfección – ‘System
Manipulation’ es una entrada brutalmente cautivadora. Con “Breathe”, que
dura 8 ½ minutos, las cosas no son más ligeras ni mucho menos; de hecho,
desde los primeros momentos notamos la determinación pro explorar más a
fondo la faceta más aguerrida del RIO moderno, con unas secciones rockeras
que están más cerca del tras y el math-rock que de HC o SMM. Ahora bien,
nada de esto cierra las puertas a la aparición de algunas secciones más
cadenciosas que permiten el ingreso de refrescantes variantes momentáneas en
medio del opresivo multicolorido que se está manifestando impune e
inmisericordemente ante nuestros oídos. Ahora que acabo de escribir la línea
anterior, se me ocurre que la expresión “multicolorido opresivo” puede ser
una etiqueta descriptiva que se ajusta concisa y adecuadamente al estilo
global de Discus. ‘P.E.S.A.N.’ aparece como un manifiesto de la personalidad
bipolar de la banda: se trata de una balada acústica dominada por los
acordes de guitarra acústica, sobre los cuales se despliegan delicados
ornamentos de vientos, violín y sintetizador, mientras que una amable coral
de voces femeninas y masculinas expresa una emotividad contenida concentrada
en lo reflexivo. Teniendo en cuenta su sonoridad y estructura, puedo decir
contrafácticamente que esta pieza hubiese venido bien en cualquiera de los
dos primeros discos de Finisterre, o tal vez Hostsonaten. En fin…
Con ‘Verso Kartini - Door Duisternis Tot Licht!’, las cosas vuelven a estar
dispuestas según su orden natural; durando más de 12 minutos y conteniendo 5
secciones, esta ambiciosa pieza retoma buena parte de los espíritus
complejos de los dos primeros temas, aunque esta vez con una mayor presencia
de recursos estilísticos propios del jazz de vanguardia, e incluso pasajes
cantados organizados según la lógica del rock melódico de raigambre
sinfónica. Este último elemento es tratado con una tensión sutil, de manera
que no supone realmente una interrupción del flujo sonoro desarrollado por
la banda. A fin de cuentas, se trata de la pieza más accesible del disco,
eso si descontamos la introvertida amabilidad de ‘P.E.S.A.N.’. El quinto
tema es el más inclinado hacia la cámara, consistiendo en una sucesión de
retazos disonantes “de saco y corbata”, con una destacada presencia del
violín en la mayoría de dichos retazos. La secuencia se extiende por un
lapso de casi 7 ¾ minutos. ‘Anne’ ocupa los últimos 19 minutos del disco,
otra suite de lujo. Esta pieza encarna la máxima expresión de la descripción
general que se incluyó en el primer párrafo de la presente reseña; es como
si casi todo el repertorio presente hubiese estado articulado de tal manera
que tuviese que aterrizar irremediablemente en esta monumental suite. ?Otra
forma de explicar cuánto me entusiasma ‘Anne’? Bueno, es el sueño absoluto
de resurgimiento y reciclamiento hecho realidad para las musas originarias
del chamber-rock, buscando despertar de su letargo en los tiempos
contemporáneos con un fuego rejuvenecido. Las alternancias de teclados
digitales y percusiones tradicionales, guitarreos afiebrados y saxos
cadenciosos, líneas embrujadoras de violín y flotantes revoloteos de flauta,
riffs neuróticos y sonatas aristocráticas de piano, afirmativos cantos
masculinos y majestuosos cantos femeninos, alternancias todas ellas
compactamente llevadas sobre los hombros de un grupo que se desenvuelve como
sin nada a través de todas las variaciones de ritmo, motivo y ambiente –
progresivo auténtico como el que más. Esta joya supone el broche de oro que
un disco tan enorme como “…Tot Licht!” merece – Discus es un nombre obligado
dentro de una buena colección de progresivo de avanzada.
César Mendoza
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