Temas
- Take Me Back To Highland Park (4:37)
- In The Town Of Machine (11:39)
- Gold Roomer (7:01)
- Now I Must Hit You (7:55)
- Pearl Divers Of The Arabian Peninsula (7:32)
- Hypnotiq American Firework (8:12)
- Dead Horse (9:28)
Integrantes
- Daniel Melancon: batería
- John Taylor: guitarra
- Jasper Crane: bajo
- Jay Watford: guitarra
- Mike Allison: saxofón
Provenientes de la localidad californiana de Highland Park, el ensamble
instrumental Charts And Maps lleva ya unos cuantos años desarrollando una
discreta pero elogiada carrera musical dentro del circuito rockero experimental
del underground estadounidense dentro de la vertiente math-rock recién ahora,
en los primeros meses del año 2011, ha podido este quinteto registrar su disco
debut, titulado "Dead Horse". Es un hecho que el underground californiano es,
junto al de Chicago y otras capitales del área central estadounidense, uno de
los centros creativos más prolíficos en cuanto a formación y gestación de
ofertas math-rockeras (y afines) que enriquecen en gran medida el vigor actual
de la experimentación rockera estadounidense, y puede decirse desde ya que
Charts And Maps supone un ítem bastante destacado en este contexto. Una cosa
interesante de este grupo es que, a diferencia de otros que tienen talento y
energía suficientes como para mantener viva la antorcha de la experimentación
progresiva dentro de las sonoridades math-rockeras y afines, se abre libremente
a la absorción de otros recurso estilísticos que van desde la psicodelia pesada
de vieja escuela hasta el jazz-rock, el post-rock y el noise-rock, mientras que
hace un uso más comedido de su propio fuego rockero. El resultado es original y
peculiar dentro y a través del estándar específico donde el grupo decidió
focalizar su creatividad y desarrollo performativo. "Dead Horses" es un
testimonio inequívoco de todo ello.
'Take Me Back To Highland Park' abre el disco con un sólido recurso de
tribalismo expectante en las primeras instancias de la secuencia rítmica,
asentando la vía para un efectivo cuerpo central donde se suceden motivos
cadenciosos que, merced al modo en que las guitarras y el saxo articulan su
armazón dinámica, ofrecen un interesante enfoque jazzeado (a lo Krupa-con-Zorn)
en torno al lenguaje del math-rock, añadiendo dosis de fiereza psicodélica al
asunto. Después siguen los 11 minutos y medio de 'In The Town Of Machine',
pieza que comienza con un aire de rock duro lento sobre una batería jazzeada y
atravesada por guitarreos crimsonianos 80eros, con calculadas interferencias
explosivas efímeras que funcionan como efectivos adornos psicodélicos. La
agilización aumentada a poco de pasada la barrera de los 3'30" sirve para
reafirmar el lenguaje math-rockero predominante de la banda bajo un esquema
genuinamente progresivo, aunque sin olvidar definitivamente el elemento
jazzero, tal como se muestra en el momento en que el saxo asume el rol solista.
Con todo, este momento de tendencia jazzera funciona principalmente como un
puente de aparente relax para que un crescendo se arme a través suyo, el cual
lleva a un motivo nuevo, esta vez de tendencia psicodélico-funky. El llamativo
swing que se arma aquí crea un espacio único para el desarrollo de sonoridades
lisérgicas de las guitarras, antes de que un nuevo motivo muy crimsoniano
emerja con el propósito de crear una coda moderadamente neurótica para la
pieza. a fin de cuentas, el rol de 'In The Town Of Machine' puede designarse
como una dinámica compilación de varias de las preocupaciones musicales más
recurrentes en la visión musical de Charts And Maps. 'Gold Roomer' porta desde
el inicio una vibración más extrovertida, a pesar de que la mayor parte del
tiempo se explaya en compases no demasiado fragorosos: más bien, la actitud
prioritaria de la dupla rítmica es la de contención durante los 3 primeros
minutos, lo cual resulta idóneo para asegurar una fluida transición hacia el
segundo motivo, el cual se sostiene en un ejercicio de post-rock en clave
intrépida. Una pieza densa, pero no tan inescrutablemente compleja que no pueda
desarrollar atmósferas entretenidas con solvencia. 'Now I Must Hit You', por su
parte, prosigue por este camino de extroversión y moderada locura, una vez más,
realzando el factor crimsoniano que es tan imprescindible en las
manifestaciones más auténticas del math-rock; la relajada coda jazz-bluesera
brinda una conclusión inesperada, un estímulo sano para la mente del oyente.
Ojalá se hubiera extendido un poco más dicha coda=85 pero bueno=85, en todo
caso, cabe señalar que 'Now I Must Hit You' resulta más complejo
compositivamente que 'Take Me Back To Highland Park' y un poco menos denso que
'Gold Roomer', aunque siempre manteniendo la garra electrizante que es una
constante del grupo.
Ya hemos experimentado más de media hora de excitante complejidad rockera y
todavía quedan 25 minutos de disco, siendo el tema encargado de iniciar lo que
resta 'Pearl Divers Of The Arabian Peninsula': su cadencia tribal introductoria
parece apelar a imágenes exóticas en los primeros instantes, pero con el pronto
ingreso del ensamble entero se devela un ágil ejercicio de confluencia entre
psicodelia cuasi-crimsoniana y jazz-rock de sutiles reminiscencias funky (algo
parecido a lo que grupos de jazz-rock contemporáneo como Gutbucket y Led Bib
hacen en sus momentos más intensos). El cuerpo central se arma en torno a un
compás semi-lento que proporciona un amplio espacio para que sucesivamente se
den los despliegues notorios plasmados en dinámicos fraseos solistas de saxo y
un ulterior solo de guitarra que orgullosamente ostenta aires a lo Steve
Hillage, mientras que en buena parte de la arquitectura subyacente se ensanchan
capas cósmicas de guitarreos embebidos en filudos efectos psicodélicos.
'Hypnotiq American Firework' también aporta una fuerte presencia del saxofón en
su primer motivo, cuyo tenor está basado en una armazón de síncopas rockeras
movida por un combustible jazz-rockero. Poco antes de llegar a la barrera del
segundo minuto y medio, llegamos a una lenta letanía absorbente e
incandescente, en la que el solo de guitarra sale al frente de una forma
exquisitamente agresiva, creando así un magnetismo crucial que evoca
sensaciones de electrizante inquietud. La maquinaria instrumental intensifica
su polenta en un crescendo letal que se arma poco antes de llegar a la barrera
de los 7 minutos, aterrizando finalmente en un estupendo frenesí rockero al
100%. La pieza homónima ocupa los últimos 9 BD minutos del álbum. Comenzando
con una larga introducción free-form de clara tendencia lisérgica, seguidamente
emerge un cuerpo central cuya cadencia rítmica y alusiones exóticas se parecen
mucho a las de 'Pearl Divers Of The Arabian Peninsula', aunque cabe señalar que
la ambientación onírica está trabajada aquí de manera más concienzuda, lo cual
nos lleva a reconocer también un nexo cercano con las ensoñaciones
poderosamente opresivas de 'Hypnotiq American Firework'. 'Dead Horse' puede
muy bien describirse como un híbrido entre Isis y Gutbucket, o más
concretamente, una síntesis de los dos temas precedentes que se perfila bajo
las pautas más netamente psicodélicas del mundo sonoro de Charts And Maps, y
por tanto, es un perfecto cierre para el disco. Así las cosas, solo falta
reconocer en el pasaje final de esta reseña que Charts And Maps tiene una
oferta musical tremendamente interesante para refrescar y renovar los discursos
musicales más habituales del math-rock, y quién sabe, asentar un nuevo
sub-paradigma dentro del paradigma mayor.
César Mendoza
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