Temas
- Canzone Numero Uno (c'è chi batte i denti, chi prende il ritmo eci balla
sopra)
- Fiocchi di Neve e Bruscolini
- Almeisan
- Kaitain (22 Ottobre 1962)
- Cruzeiro do Sul
- Gamela
Integrantes
- Pasquale Minieri: guitarras eléctrica y clásica, bajo, contrabajo,
sintetizadores, voz
- Giorgio Vivaldi: percusión, flauta
Colaboradores – Carlo Siliotto (violín), Demetrio Stratos (voz), Clara
Murtas (voz), Nunzia Tambara (voz), Piero Brega (voz), Luciano Francisci
(acordeón), Tommaso Vittorini (saxo), Maurizio Giammarco (saxo), Mauro
Pagani (violín, mandolina), Danilo Rea (piano), Marcello Vento (batería),
Pablo Romero (flautín)
Carnascialia es el nombre de un proyecto musical creado y dirigido por
Pasquale Minieri y Giorgio Vivaldi: la idea era crear una nueva dimensión
para sonidos folklóricos diversos (italianos, euroasiáticos, arabescos)
dentro de un contexto de rock de vanguardia. La presencia de invitados tan
ilustres como Demetrio Stratos y Mauro Pagani no debe sorprender si tenemos
en cuenta el tipo de música que Area hizo en su breve etapa de cuarteto y
los coloridos folklóricos que Pagani gestó en sus discos solistas tras su
alejamiento de PFM. En fin, el disco “Carnascialia” es un catálogo de
candidez e intensidad que ofrece al oyente un viaje por diversos efluvios
emocionales en los que predomina el tenor celebratorio. ‘Canzone Numero Uno’
es una delicia amable y bucólica, marcada por la guitarra acústica y con
envolventes adornos de violín, saxo y acordeón. El legendario Stratos hace
su primera aparición en ‘Fiocchi di Neve e Bruscolini’: sus monólogos
sarcásticos y ornamentos corales se encuadran muy bien dentro del clima
tribal creado por las percusiones. Es como si se tratara de una especie de
bizarra ceremonia exótica: lástima que no sea más extensa. Con ‘Almeisan’
pasamos a un momento de serenidad solemne y envolvente: una sonata de piano
ornamentada con bellas líneas de vientos, contrabajo y violines, y sazonada
con ocasionales efectos de guitarra y percusiones académicas. La aureola
romántica que emana la pieza de cabo a rabo aparece oportunamente realzada
por la presencia de un canto femenino, mientras que el acordeón que aparece
al final añade una cadencia especial al asunto.
La segunda mitad del disco comienza con ‘Kaitain’, otra pieza intensa y
cargada de exotismo que luce apropiada para el canto de Stratos, el cual
crea efectivos diálogos con el saxo soprano y el violín. Combinando
cadencias tropicales y arábigas, esta pieza concretiza una cuota de
intensidad expresionista y festividad. Concentrándose más específicamente en
lo arábigo sobre una base minimalista muy a lo Philip Glass, ‘Cruzeiro del
Sul’ ofrece las atmósferas más inquietantes del disco cuando desparecen las
armazones sonoras exóticas y las cortinas de sintetizador se apoderan de la
escena con la complicidad de Stratos y ornamentos percusivos etéreos.
‘Gamela’ cierra el disco con el mismo sentir mediterráneo de jolgorio que
había llenado el tema de entrada, pero esta vez la presencia de percusiones
exóticas y texturas de guitarra eléctrica le dan un aura más colorida al
asunto. “Carnascialia” es un tesoro perdido de la vanguardia progresiva
italiana que hará totalmente las delicias de los coleccionistas amantes de
las exploraciones étnicas, folklóricas y el ahora llamado “world music”,
aunque se trata de un disco gestado antes de la invención de esta etiqueta.
César Mendoza
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