Temas
- Berserker Hypothesis
- Sinusoid Mirage
- Interface
- Gamma Knife
- Rhizome
- Reticular Consciousness
Integrantes
- Nathan Sapp: guitarras solista y rítmica, acústicas de 6 y 12 cuerdas,
sintetizadores, guitarra sintetizada
- Ben Simpkins: guitarra rítmica, acústica de 12 cuerdas, bajo, mandolina
- Hunter Ginn: batería, congas, tabla, djembe, doumbek, shaker, güiro,
pandereta, castañuelas, glockenspiel, gong
El alucinado ensamble de metal instrumental experimental Canvas Solaris
vuelve a ofrecernos, desde el estado norteamericano de Georgia, un catálogo
de música enérgica, potente y versátil. A solo un año de la edición de su
“Penumbra Diffuse”, el grupo resuelve profundizar en su peculiar mezcla de
prog-metal, math-rock, jazz-rock, thrash metal, crimsonismo y psicodelia
etérea para establecer una línea de trabajo más minuciosa en el manejo de
contrastes y el despliegue de virtuosismo técnico, no pocas veces gratuito,
pero definitivamente, siempre gratificantemente retador para el melómano
amante de los senderos más bizarros de la vanguardia prog-metalera.
El incendiario tema ‘Berserker Hypothesis’ se explaya en un derroche de
compleja fiereza expandida a través de riffs entrecortados y tensiones
rítmicas que ya rayan lo humanamente imposible, y aun así, resulta que la
polenta rockera se expone con una vitalidad bastante fresca. Su lapso de
poco menos de cuatro minutos está muy bien aprovechado en lo que se refiere
a la capacidad de impresionar al oyente con pericia técnica. Es como una
acentuación de las cualidades más efectistas del tema de apertura de su
anterior obra “Penumbra Diffuse”. Tras esta apertura de fuego y delirio
siguen dos temas más notoriamente reposados (que no exentos de fuerza).
‘Sinusoid Mirage’ comienza con una vibración etérea donde el compás de los
platillos y los sonidos semejantes al piano eléctrico parecen flotar en el
aire pro un espacio de 2 minutos, antes de que entre la sección principal,
marcada por una esencia jazz-rock ornamentada con connotaciones metal.
‘Interface’ ahonda más en la faceta más relajada del ensamble con sus aires
decididamente fusionescos en clave crimsoniana, algo muy emparentado con las
sonoridades más recurrentes de los discos solistas de Trey Gunn. Este
momento de contemplación (con su suave dosis de neurosis) es una prueba de
la habilidad que tiene el grupo para crear ambientes evocativos con ideas
sencillas, y de paso, resulta muy oportuno dado el tremendo efluvio de
energía y pirotecnia que tiene lugar en ‘Gamma Knife’, una de las piezas más
fehacientemente llamativas del disco. ‘Gamma Knife’ contiene un viaje
musical de 8 minutos donde se retoma en buena medida el frenesí inapelable
del primer tema aunque arropado con una mayor sofisticación merced al uso de
trucos estilizados muy a lo prog-metal y a la aparición de ciertos fraseos
melódicos bien definidos en medio de los exigentes ejercicios de acordes y
síncopas raras. ?Hay lucimiento por el gusto de lucirse? Sin duda, pero me
parece que este ejercicio de exhibicionismo contiene la suficiente agilidad
en su ambiente interno como para no perderse en divagaciones innecesarias:
cada riff, cada solo, cada cambio de ritmo, cada metralla de doble bombo
está en su correcto lugar durante el desarrollo y expansión de los motivos.
‘Rhizome’ comienza con un justo medio entre las aventuras jazz-rockeras del
tema 2 y las cadencias hipnóticas del tema 3 en sus pasajes más relajados;
luego, cuando surgen abruptamente las secciones más fieras tenemos un nuevo
despliegue de la más pura esencia Canvas Solaris. Los últimos 17 minutos del
disco están ocupados por ‘Reticular Consciousness’, monumental pieza de
cierre. Ésta comienza con un motivo bien definido dentro del prog-metal de
resabios math-rock: aquí más que en los anteriores temas potentes logra
Hunter Ginn exhibir la ingeniosa mezcla de fuego metalero y swing jazzero
que conforma su estilo percusivo. Poco antes de entrar al tercer minuto y
medio nos metemos en un segmento medio “spacey” que suena a un intermedio
entre Ozric Tentacles y Djam Karet (en su faceta más ensoñadora). Mientras
avanza esta sección el aspecto cósmico se hace predominante hasta que llega
un motivo de contrapuntos crimsonianos que opera como puente para una
sección más relajada, algo así como una versión remodernizada de los climas
oníricos floydianos de la era pre-“Dark Side”. Poco después de entrado el
noveno minuto irrumpe un riff que en cuestión de segundos nos regresa
frontalmente al ambiente inicial de prog-metal con tendencias math, aunque
esta vez la guitarra sintetizada casi roba el protagonismo a la guitarra
solista en algunos fraseos; con el reprise del motivo cósmico anteriormente
mencionado regresamos desde la euforia al misterio nuevamente directo hasta
la conclusión. Canvas Solaris demuestra con su “Cortical Tectonics” que
tiene ganas de y recursos para seguir siendo una fuerza motriz relevante
para el desarrollo de la actual escena prog-metal en su vertiente más
aventurera: de lo mejorcito y más filudo que ha dado el metal últimamente.
César Mendoza
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