Temas
- Bella Lee (3:34)
- Parliamone (5:43)
- Infraditi (7:36)
- Fungo (6:42)
- Cane Di Schiena (6:32)
- Pappa Irreale (2:27)
- Antenna (7:59)
- Klez (4:16)
- Max Dembo (8:47)
Integrantes:
- Filippo Cantarella: violín, viola
- Nando Magni: trombón
- Nicola Magri: batería
- Marco Ravera: guitarras, sintetizador
- Tommaso Rolando: bajo eléctrico, sintetizador, guitarra acústica, contrabajo,
trompeta
Colaboradores - Cosimo Francavilla (saxo soprano), Antonio Carletti (voces
raras)
Cinco años después de plantear con su disco debut "Inaudito" una voz peculiar e
interesante dentro de la vanguardia jazz-progresiva, el ensamble italiano
Calomito vuelve a la carga en 2011 con su nueva joya progresiva: "Cane Di
Schiena". Este disco nos muestra a una banda dispuesta a evolucionar por
senderos más ricos sonoramente y con un groove más consistente y pronunciado a
través de su variada paleta de recursos estilísticos (RIO, Canterbury, Zappa,
space-rock, avant-folk, fusión). El trío del guitarrista Marco Ravera, el
bajista/trompetista/teclista Tommaso Rolando y el violinista Filippo Cantarella
permanece invariable respecto a la alineación que grabó "Inaudito": ahora, sin
un teclista y saxofonista fijos pero con un nuevo baterista y un trombonista,
el reformado quinteto se ha marcado una nueva cima creativa con este álbum que
aporta frescura nueva al progresivo de vanguardia en particular y a la música
contemporánea en general.
'Bella Lee' ocupa los primeros tres minutos y medio del álbum poniendo toda la
carne en el asador desde el punto de partida: esa mezcla de extrovertido
entusiasmo y surrealista densidad que se explaya en la ágil instrumentación a
través de las sofisticadas variaciones de motivos y ritmos es manejada con
impoluta precisión, algo particularmente notable en esos casos donde el
contraste entre un motivo y otro es más marcado. 'Parliamone' tiene una
atmósfera evidentemente menos frenética, pero para nada se instala en una
situación lánguida o calmada: más bien, la gente de Calamito explora su faceta
jazzera con mayor fruición, instaurando una exploración en áreas sónicas
cercanas a las tradiciones del Canterbury y de las primeras etapas respectivas
de Arti + Mestieri y Picchio Del Pozzo, aunque también con un matiz
contemporáneo relativamente cercano a algunas líneas de trabajo seguidas por
sus contemporáneos de Fonderia. 'Infraditi' prosigue por esta senda de
ahondamientos jazz-progresivos, apelando esta vez a retomar buena parte del
espíritu juguetón que había caracterizado al entusiasta tema de entrada: los
elementos zappianos, fusionescos y de free-jazz que entran a tallar
sucesivamente ayudan crucialmente a los motivos centrales a desplegar su
complejidad retadora sin renunciar al gancho. Después del colorido dinámico de
'Infraditi', viene bien seguir por este camino de la mano de 'Fungo', pieza que
elabora una estupenda combinación de armazones perturbadoramente vibrantes a lo
Cosa Brava con matices grácilmente deconstructivos a lo Rascal Reporters,
además de algunos adornos de inocultable inspiración zappiana, todo ello dentro
de un marco que asegura la preservación de una dinámica puramente rockera.
Posiblemente sea justo señalar a esta dupla de 'Infraditi' y 'Fungo' como un
cénit particular del álbum. La siguiente pieza es la que precisamente da título
al álbum: de manera conveniente, el grupo decide darse un reposo después de sus
precedentes arrebatos de exaltación sonora para remitirse a su faceta más
introspectiva, creando así una composición de jazz tranquilo cuyo pronunciado
tenor evocativo hace que el lirismo inherente a la idea básica se imponga de
forma inapelable, incluso en esos pasajes donde la polenta se intensifica para
llevar la amalgama de saxo, trombón, guitarra y teclado hacia un clímax
inmediatamente anterior al cierre definitivo. Una ensoñación vespertina de
sobremesa después del inquieto fragor de la mañana y el mediodía, un ensueño de
raíz Canterbury (Nucleus, Keith Tippett).
Todavía quedan 23 minutos de "Cane Di Schiena", un tiempo más que suficiente
para que Calomito siga haciendo de las suyas en cuanto a inquietudes y
extravagancias sonoras, todas ellas gestadas y ejecutadas con la genialidad que
caracteriza a la banda, por supuesto. 'Pappa Irreale' es una pieza de base
acústica que ofrece una curiosa y bien lograda mezcla de ragtime y charleston
bañada en agua de azahar mediterránea: un tema exquisito y simpático que nos
extrae una cálida sonrisa y que puede incluso provocar escuchar más de dos
veces seguidas. Durando casi 8 minutos clavados, 'Antenna' nos remite a un
escenario totalmente distinto, más solemne y cargado de estructuras densas,
aunque con toda esta ornamentación todavía se respira un aire de agilidad y
magnetismo mágico. Las referencias a la tradición del chamber-rock francófono
son inocultables, pero Calomito le brinda un aura lírica que hace de este
recurso algo menos cerebral de lo habitual, yendo más bien hacia lo emotivo
bajo sus ropajes cuidadosamente estilizados. Otro cénit del disco sin duda,
pero no el último paraje para investigaciones chamber-rockeras, como evidencia
acto seguido 'Klez', tema que nos remite a un territorio mixto de Henry Cow y
RIO francófono 80ero (a lo NEO Museum). La presencia destacada de la guitarra y
el uso de una armazón rítmica llena de cierta fiereza son los elementos
prioritarios en esta composición, lo cual le da un aire más arisco que al tema
precedente, lo cual lo sitúa en una posición cercana a 'Infraditi' y 'Fungo'. A
través de un espacio de poco menos de 9 minutos, 'Max Dembo' vuelve a postular
un nuevo giro al repertorio del álbum para su cierre. Explayándose inicialmente
en una estructura básica de bossa nova durante los primeros 2 minutos, luego se
remodela en clave de jazz vanguardista que se alimenta de la irrupción previa
de un breve interludio de psicodelia libre" la sencilla calidez del inicio se
desvaneció a favor de una extraña tensión, la misma que se siente emparentada
con las líneas de trabajo de bandas como Jaga-Jazzist, Cheer Accident y
Thinking Plague. Todo se disuelve finalmente en una calma que dura dos minutos,
ocupados por efectos de maquinarias distantes y aves en el cielo. Un epílogo
extrañamente acogedor para un disco que es tremendamente genial: "Cane Di
Schiena" confirma a Calomito como una fuerza creadora progresiva de primer
nivel, portadora de una personalidad propia a la hora de construir sus bloques
sonoros a partir de sus referentes vanguardistas.
César Mendoza
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