Temas
- We Are The Cure For Blinking Lights! (0:59)
- #2 (4:58)
- Delirious, Where Have You Been? (5:15)
- Potential Getaway Driver (4:12)
- Sleeping While Driving Prevents Old Age (3:58)
- The Longest Ballroom Dance (2:06)
- Patton's Test (2:36)
- I Am The Lion, I Am The Tinman (7:23)
- Drop It Like It's Hot (4:19)
- Accidents Have No Holidays (5:54)
- Yellow Chartreuse (3:45)
- ...In A Letter To The Sandbox (3:12)
- Video Games Buried In The Desert (5:44)
- It's Christmas Time Again... (16:58)
Integrantes
- Stefan Mach: guitarra
- Josh Smith: guitarra, teclados
- James Templeton: bajo, percusión
- Jeff Wilson: batería, xilófono
Con una carrera musical que no duró muchos años pero un bien afianzado
currículum fonográfico que incluye varios EPs (además de un par de discos de
larga duración), algunos de ellos editados a la par con otro grupo, By The End
Of Tonight es considerado hoy por hoy como un grupo determinante a la hora de
entender y apreciar el desarrollo de la vanguardia math-rock estadounidense del
nuevo milenio. Cuando uno se aproxima a la música de este ensamble
instrumental procedente de Houston (del estado de Texas, al igual que
Explosions In The Sky), uno puede advertir un genuino sentido de la aventura en
sus creaciones compositivas, usando los criterios de alucinada sofisticación y
calculada aspereza propios del math-rock como el compás desde el cual se dibuja
un ambicioso círculo ecléctico que también incluye generosas dosis de
sonoridades post-rockeras, psicodélicas, noise y metaleras. Escuchar "=85In A
Letter To The Sandbox", disco debut de BTEOT, es atestiguar un momento en el
tiempo en el que unos jóvenes músicos se dispusieron a explorar sin miedos ni
remordimientos una gama variada de construcciones rockeras artísticas con una
sensibilidad contemporánea.
La breve introducción 'We Are The Cure For Blinking Lights!' consiste en un
jaleo caótico de anarquismo punk y demencia ultra-hardcore, una corriente de
lava rockera encapsulada dentro de un ejercicio que dura menos de un minuto;
así, '#2' reactiva esta explosión rockera de una manera más ordenada sin por
ello renunciar a la vitalidad visceral en curso, ni mucho menos al caos, aunque
esta vez, como se dijo, hay una arquitectura compositiva más explícita y una
ilación más reconocible a lo largo de la frenética sucesión de riffs, motivos y
pautas rítimicas. Los últimos segundos se focalizan en efectos cósmicos de
guitarra, algo idóneo para introducir la refinada armazón típicamente
math-rockera que expone 'Delirious, Where Have You Been?', una pieza que
muestra muchas afinidades con el sonido de Upsilon Acrux, y también con Lynx.
Lo mismo puede valer para 'Potential Getaway Driver', con la salvedad de que la
banda decide ahora explorar matices más contenidos a fin de que la agilidad
producida por la enérgica interacción entre los músicos esté menos embebida de
densidad y más llena de gráciles coloridos. Con el simpático título de
'Sleeping While Driving Prevents Old Age' nos topamos con otra manifestación de
extravagante extroversión al más puro estilo de BTEOT: posiblemente sea una de
las composiciones más emblemáticas de la banda a través de toda su historia
fonográfica. 'The Longest Ballroom Dance' opera como un interludio de nebulosos
y espartanos soundscapes de guitarra, en camino hacia el frenético Groove de
'Patton's Test', que puede describirse como un híbrido de Primus y Ruins (sin
canto). 'I Am The Lion, I Am The Tinman', pieza cuyo título apela a un par de
personajes de la legendaria película "The Wizard Of Oz", pieza que retoma en su
primera mitad sus buenas dosis de la poderosa neurosis explosiva y la inquietud
anárquica que marcaron tan decisivamente la secuencia de los dos primeros
temas, con un plus de matices metaleros en varios riffs de las secciones más
ruidosas. Más bien, la segunda mitad se emparenta con los climas más
relativamente sutiles que ya habían emergido anteriormente en 'Potential
Getaway Driver'.
Tras poco más de media hora de música, disponemos de datos más que suficientes
para hacernos una idea clara sobre de qué va BTEOT. Lo que queda comienza con
'Drop It Like It's Hot', donde los calmos climas melancólicos desarrollados por
las guitarras duales nos sorprenden con una mostración de la faceta más
reposada de la visión musical de la banda: de todas maneras, nada es para
siempre, pues tras generar una variante impetuosa en la estructura rítmica
desde la barrera de los 3 minutos, la pieza aterriza en una extraña coda donde
un trasfondo industrial acompaña a un burlón canto gutural. Este arrebato de
extravagancia se siente óptimo para anticipar la furia inapelable de 'Accidents
Have No Holidays', seguida por la furia aún más incandescente (y a ratos más
descoyuntada) de 'Yellow Chartreuse' y la pieza homónima. Aquí tenemos una
trilogía brutal de dinamismo rockero llevado hasta sus extremos de complejidad
y tensión, de una forma que resulta a la vez osada y surrealista. En este
momento, el grupo está preparado para seguir ahondado en su lunática
extroversión de una forma más estructurada, con una arquitectura propiamente
dicha - para ello están los primeros 3 BD minutos de 'Video Games Buried In
The Desert', pieza cuyos últimos dos minutos se focalizan en una reconstrucción
del estándar post-rockero en clave muscular (más o menos a lo Red Sparrowes).
Los últimos casi 17 minutos del disco están ocupados por 'It's Christmas Time
Again...', pieza cuya monumental extensión (que en realidad es de 10 minutos y
pico) permite al grupo aprovechar la oportunidad de explayarse en variaciones
sónicas interesantes. Los primeros 3 minutos se concentran en un ejercicio de
math-rock prog-metalizado manejado con un equitativo balance de robustez y
fineza performativa; luego, sigue un motivo de línea post-rockera cuya
intensidad inmisericorde bien nos puede recordar a Isis o a Pelican. La
expansiva conclusión cósmica de este motivo prepara el terreno para otra
excursión post-rockera, esta vez un poco más grácil (casi al modo de un cruce
entre Explosions In The Sky y The Chameleons), incluso portando una evocativa
aureola cálida a través de los envolventes guitarreos, y es así como el viaje
instrumental llega a su verdadera finalización. Tras cinco minutos de puro
silencio, unos cuantos segundos de rasgueo de guitarra con efecto delay dan la
conclusión definitiva al tema y al disco. "=85In A Letter To The Sandbox" es el
testimonio de una manera particular de rediseñar el lenguaje del math-rock y
explorar nuevas posibilidades, y a la luz de investigaciones melómanas en
ofertas math-rockeras más recientes, se puede decir que este disco
institucionaliza a By The End Of Tonight como un referente crucial para buena
parte del estado actual del género en el underground estadounidense.
César Mendoza
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