Temas
- Minus One (6:46)
- Prayer (9:18)
- Screen Game (5:16)
- Storm Bird Storm Dreamer (11:54)
- Sono-bank (19:08)
- Old Blind Cat (4:47)
Integrantes
- Kido Natsuki: guitarras, armónica, órgano, sintetizador
- Katsui Yuji: violin, canto
- Otsubo Hirohiko: bajos
- Takara Kumiko: vibráfono, percussion
- Okabe Yoichi: batería, percusión, sintetizador, efectos
Dentro de su percepción musical progresiva vanguardista, el ensamble japonés
Bondage Fruit a veces venía con la idea de dejar de lado sus preferencias por
la herencia zeuhl (grandes revitalizadores de esta tendencia progresiva en los
90s junto a sus compatriotas de Happy Family y Ruins) y se ponían a generar
repertorios más centrados en explorar musicalidades de múltiples etnias,
bajando un poco el tenor patentemente agresivo de sus exploraciones y poniendo
más atención a lo alusivo. “IV” y “VI” son los dos discos de BF que se ajustan
a esta descripción, y ahora pasamos a reseñar “IV”.
‘Minus One’ se inicia con un riff rítmico de bastante gancho, un poco a lo
Zappa jazzero, con un groove fusionesco bastante incrementado merced a la
fuerte presencia de la porción percusiva. Con el uso de algunos paréntesis se
crean simpáticos pasajes de expectativa, especialmente útiles cuando se trata
de elaborar una reingeniería del jam en curso. ‘Prayer’ persiste en el recurso
del jam jazzero, esta vez con cadencias blueseras y tonalidades crepusculares
producen un cierto aire de árida melancolía. El violín eléctrico produce un
efecto semejante al de una armónica, acompañando a una de verdad; por su parte,
el vibráfono emite retazos sutiles que se filtran inteligentemente en medio de
los fraseos de guitarra y los vuelos del violín. El uso de algunos trucos
polirrítmicos añade un colorido especial al asunto. Hasta aquí tenemos un
comienzo muy interesante, no muy típico del BF de los tres primeros álbumes.
Con la tercera pieza, ‘Screen Game’, el grupo se embarca en una empresa de
exultante alegría, siendo así que el homenaje a la tradición estadounidense se
perpetúa: este tema en cuestión ostenta unas sonoridades bluegrass sazonados
con adornos psicodélicos. ‘Storm Bird Storm Dreamer’ es harina de otro costal y
arena de otra playa: se trata de un extensor vuelo cósmico apoyado sobre
persistentes rasgueos de guitarra acústica. Los efluvios sonoros vertidos por
el violín eléctrico y las diversas aportaciones percusivas que poco a poco se
van adueñan de buena parte del terreno generan claves para la creciente
intensidad “spacey” de la pieza. Durando 19 minutos, ‘Sono-bank’ exhibe un
viaje musical que empieza reiterando el acento cósmico vertido en el tema
precedente, pero al asentarse el bloque instrumental general, el cuerpo central
revela una serie constante de pulsaciones y tensiones típicas del zeuhl. Este
tema conforma lo más cercan (o lo único cercano) al BF habitual dentro del
presente disco. Antes de llegar al minuto 13, hay una secuencia rítmica
demoledoramente maníaca que interfiere abrumadoramente para provocar un clímax
y su correspondiente cierre momentáneo, antes de volver con todo al frenético
fuego que antes había impuesto su ley por varios minutos. ‘Old Blind Cat’ ocupa
los últimos 4 ¾ minutos del disco, resultando una simpática excursión
simultánea hacia las calles de Bombay y los campos del sur de EE.UU.: esa
combinación de tambores hindúes y guitarreos slide es simplemente matador, y
más aún cuando algunos efectos espaciales de sintetizador a lo Hawkwind se
infiltran para reforzar la extravagancia. Con este tipo de oficio creativo, no
resulta para nada paradójico que lo solemne y lo humorístico se resuelvan en
una única fuerza inspiradora. Cosas de Bondage Fruit…
“IV” es un disco bastante interesante, lleno de frescura y versatilidad sin
comprometer un ápice de la cohesión estilística que BF enarbola sólidamente. Lo
que ha pasado aquí fue simple y llanamente es que se convocó una expansión
ingeniosa de los patrones sonoros a disposición de los horizontes musicales que
por entonces tenía BF en su mira para el segundo disco sin vocalista.
César Mendoza
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