Temas
- Ronin (3:06)
- Hexágono (4:07)
- sinaptic_06 (1:19)
- uN (2:10)
- Sudoku (2:53)
- sinaptic_10 (1:30)
- Neuron (3:26)
- antiquark (0:28)
- Quark (2:21)
- sinaptic_01 (0:52)
- Ach Dam 'Ch (5:16)
- sinaptic_07 (0:41)
- Sicarius (3:08)
- sinaptic_04 (0:15)
- Trigono 2011 (3:15)
Integrantes
- Sebastián Lekanda: guitarras
- Iñaki Varela: guitarras
- Alfredo Smith: baterías
- Jaime Acuña: teclados
Autómata es una banda chilena puntera en esto del prog-metal dentro de la
vanguardia rockera de su país, o al menos, a eso apuntaba hace algunos años con
su fantástico disco debut "". Pues bueno, su posición líder como fuerza
creativa progresiva se afianza indisolublemente con éste su segundo disco,
"Neuron". El otrora trío (con dos guitarristas y un bajo programado) ahora se
convierte en cuarteto con el ingreso del teclista Jaime Acuña: la misión de
este último es completar el bloque sonoro estándar de la banda principalmente
con sonoridades cósmicas e industriales, aunque también se da maña para
incorporar orquestaciones etéreas con vibraciones envolventes, lo cual
extrañamente hace mucho sentido en su afiliación con la implacable mole sónica
que aporta la dupla Sebastián Lekanda-Iñaki Varela y la contundente armazón
rítmica de Alfredo Smith. Autómata inteligentemente opta por reformular su
postura estética a través de un ligero aminoramiento de su crudeza sónica a la
par con un mantenimiento de la refinada dinámica instrumental con exploraciones
en torno a nuevos matices - el poder de siempre con un espectro renovado en su
bien marcada gama de colores.
Los primeros tres minutos y pico del álbum están ocupados por 'Ronin', una
pieza intensa y grisácea cuya patente aureola de inquietud se plasma de una
forma osadamente neurótica: los teclados del recién ingresado Acuña ayudan a
aportar un elemento siniestro a la polenta implacable de los guitarreos y la
compleja estructura rítmica, amiga de pulsaciones machacantes y retadoras
variaciones de groove. El abrupto final abre las puertas para 'Hexágono', tema
que desarrolla una capitalización de la neurosis precedente a fin de plasmar un
contraste más pronunciado entre las secciones salvajes y las contenidas: los
matices jazz-rockeros de la batería ayudan a crear matices ágiles para los
pasajes contenidos. Aquí se da un nexo frontal con el King Crimson metalizado
que fungía como paradigma de "Mecánica", al igual que en 'uN', el cual se
explaya gustosamente en la vibración arquitectónica inherente al sonido de
Autómata. Este último, a pesar de que dura poco más de 2 minutos, tiene
suficiente fuego dentro de sí como para marcar una importante referencia
energética dentro del repertorio general disco. 'Sudoku' prefiere enfatizar el
factor crimsoniano a través de un filtro metalero técnico (Spastik Ink, Canvas
Solaris, Messhugah). Ubicada en el centro del repertorio, 'Neuron', que a la
sazón es la pieza que da título al disco, retoma los espíritus de 'Ronin' y
'uN', incluso emparentándose con la dinámica sofisticada que hallamos en discos
de otros grupos chilenos como Octopus y Flotante, compartiendo con ellos la
relevante influencia de Messhugah. Tras la aureola burbujeante del preludio
'antiquark', nos topamos con 'Quark', una exhibición de ceremoniosa oscuridad
sónica al modo de una viñeta dibujada con colores de chamber-rock a lo Univers
Zero, colores reciclados con trazos industriales a lo NIN; los ingeniosos
redobles de Smith aportan un oportuno sentido de dramatismo a la misteriosa
languidez en curso. Aunque en lo personal yo hubiese preferido que esta pieza
se desarrollara con la meta de explorar un clímax donde confluyeran la magia
siniestra del RIO y el dinamismo incendiario del metal experimental de forma
insospechada (imagino una mezcla de Guapo con Shining)=85 !ante todo, es la
opción estética de los creadores y dueños de la composición! Con 'Ach Dam 'Ch'
volvemos a las exploraciones arquitectónicas con materiales forjados en furia y
neurosis, aunque esta vez el grupo se plantea una estrategia de contrastes
fluidos de una manera semejante a la de 'Hexágono'. El clímax forjado desde
poco después de pasados los 3'30" se cierra con el fade-out de un pasaje de
piano. Para 'Sicarius', el grupo elabora un nuevo ejercicio de rock sofisticado
sobre un compás menos frenético, lo cual permite a Smith trabajar con un swing
que colinda con el jazz-funky y a los guitarreos desplegar su furia innata con
dosis menos urgentes de densidad, mientras que por su parte, el teclado
mayormente se centra en crear cortinas espaciales. El disco se cierra con
'Trigono 2011', una nueva versión del tema que abría el disco debut: para esta
versión, la polenta está un poco más contenida y el teclado hace sentir su
presencia, lo cual redunda globalmente en plasmar una exploración de
sonoridades industriales que reforman la vibración metalera del original, así
como una cierta exquisitez adicional.
Tras estas primeras escuchas de "Neuron", quien esto escribe se convence más y
más de que Autómata encarna un hito viviente para el movimiento progresivo que
hoy por hoy sigue sobreviviendo en los márgenes del negocio musical rockero. Se
puede escoger un puñado conciso de temas favoritos: 'Hexágono', 'Neuron', 'Ach
Dam 'Ch' y la versión remodelada de 'Trigono', por ejemplo. Pero más allá de
eso, "Neuron" es un muestrario compacto de una de las vías de renovación más
sólidas del lenguaje rockero que existen hoy por hoy en América Latina. Un
grupo como Autómata, que tiene tanta fuerza que explayar en cada una de sus
grabaciones y que mantiene suficiente frescura como para generar nuevos aires
sin abandonar la lealtad a sus propios instintos artísticos, solo puede merecer
palabras de elogio.
César Mendoza
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