Temas
- Reflections - 5:56
- Diseased State - 3:12
- A Familiar Path - 9:35
- The Ether Trail - 2:28
- Ourselves - 6:29
- Etude No.10 - 4:03
- Concrete and Poison - 8:01
- Hope - 2:44
Glenn Snewlar: guitarras eléctricas y acústicas, bajo, mandolina, teclados, voz
Con - Manfred Dikkers (batería, percusión), Maggie Snewlar (coros en 5)
"A Familiar Path" es el tercer disco de At War With Self, proyecto progresivo
liderado por el guitarrista-bajista-mandolinista Glenn Snewlar que se enmarca
en senderos musicales semejantes hasta cierto punto con Gordian Knot. Aquí
tenemos, en todo caso, un núcleo consistente apoyado en el metal y el art-rock,
siendo así que la propuesta sonora se completa con el abundante empleo de
recursos jazz-rockeros y psicodélicos. "A Familiar Path" es el disco donde
Snewlar se ha permitido plasmar su faceta más agresiva con mayor intensidad,
pues los dos primeros trabajos ponían un notable énfasis en atmósferas más
contenidas. A pesar de que las guitarras acústicas y la mandolina siguen
gozando de una presencia importante dentro de la armazón instrumental de la
mayor parte de este repertorio, Snewlar ha imprimido más potencia rockera a la
integralidad nuclear de este material.
'Reflections' abre el disco con su fluida combinación de gancho y sofisticación
esencialmente progresiva. Esta composición de Snewlar hizo su primera aparición
en el disco debut de Gordian Knot (donde él mismo colaboró como músico y
autor), por lo que la belleza de esta pieza no me toma precisamente por
sorpresa. En todo caso, vale señalar que esta versión de AWWS desarrolla un
poco más extensamente las secciones sutiles, nivelando el rol de la mandolina
con el de las guitarras acústicas, mientras que las secciones eléctricas portan
un filo más aguerrido. 'Diseased State' tiene una mayor cercanía con cadencias
de corte thrash-metal, aunque estas se explayan en ambientaciones más
neuróticas que agresivas: más bien suenan emparentadas con el aura
metálicamente crimsoniana que un grupo como Canvas Solaris o Behold The
Archtopus usaría en sus discos. De hecho, este tema fue uno de los primeros que
compuso Snewlar, formando parte de un demo que grabó en 1994 y que le ayudó a
hacerse conocido poco a poco dentro de los círculos de rockeros vanguardistas
de su país. Los siguientes 9 minutos y medio están ocupados por el tema
homónimo, primera pieza cantada del disco. El canto no es precisamente el punto
fuerte de Snewlar, pero su rango grave funciona generalmente bien dentro del
tenor contemplativo de la canción. Contemplativo pero no lánguido, pues siempre
hay espacio para la emergencia de un sombrío pasaje psicodélico en contraste el
despliegue reposado lirismo que había prevalecido durante los primeros 4
minutos. Los rasgueos de guitarra acústica con los que culmina la canción
redondean la idea general con buen gusto. Otra vez volvemos a los contrastes,
pues 'The Ether Trail' nos brinda una generosa dosis de vitaminas metaleras por
vía de un jam muscular y contundente, no exento de ciertos aires cósmicos en
algunos de sus generosos guitarreos y trasfondos de sintetizador.
'Ourselves' es una canción cantada a dúo con Maggie Snewlar: su atmósfera es
semejante a la de 'Reflections' aunque no tiene la misma gracilidad a cambio de
tener una mayor densidad, lo cual le da un matiz adicional arrollador a su
propia naturaleza envolvente. Snewlar da rienda suelta a sus inquietudes
académicas con su revisión del 'Etude No.10' de Heitor Villa-Lobos: los
primeros 95 segundos están marcados exclusivamente por los exquisitos vuelos de
la guitarra clásica, para que al instante se sumen las guitarras eléctricas y
la sección rítmica en un estilizado viaje progresivo de fastuosa factura. La
atmósfera pletórica con la que se cerró el clímax del 'Etude' halla una
conveniente continuidad en el poderoso tema inmediatamente posterior, 'Concrete
And Poison', un incandescente ejercicio de prog metal cuyas metrallas
guitarreras se enlazan cabalmente con los estilos de Canvas Solaris y Fates
Warning, así como los adornos fusionescos- psicodélicos que entran a tallar en
ciertos pasajes se emparentan con la faceta más filuda de Sean Malone dentro de
su proyecto Gordian Knot. 'Hope' cierra el disco con un tenor reflexivo: una
solitaria guitarra eléctrica sin mayores efectos desarrolla sobrios arpegios
que evocan algo de melancolía y algo de calidez - una buena manera de terminar
un estupendo disco de prog metal experimental. At War With Self es un ítem que
muchos coleccionistas interesados en conocer algo más sobre las vertientes más
ingeniosas del prog metal contemporáneo habrán de anotar en sus agendas de
futuras compras melómanas.
César Mendoza
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