Temas
- Ditirambo (8.29)
- Sueños De Una Canción (5.27)
- Viaje A La Otra Costa (5.06)
- Soliloquium (3.59)
- Vientos De Vino Y Cueca (3:28)
- Vitis Vinícola (3.59)
- Vendimia (5.31)
- Cabernet Sauvignon (2.06)
Integrantes:
- Daniel Nanjari: sintetizadores
- Sandro Fernández: guitarras
- Matías Iturra: bajo
- Raúl Vallejos: batería
Músico invitado - Jorge Lobos (trompeta)
Arenal es un cuarteto instrumental chileno dedicado a crear música progresiva
enmarcada dentro de una confluencia entre el jazz-rock y el sinfonismo
estándar, con ciertos elementos matizados de prog-metal y psicodelia insertados
en la mezcla para darle una robustez peculiar al sonido global. Su aporte a la
escena progresiva del presente año 2011 es "Cabernet Sauvignon", su segundo
registro fonográfico. El grupo se fundó a fines del milenio pasado en la
localidad de Valparaíso, y fue en 2003 que logró publicar su primer disco "A
Tres Cuadras Del Mar". Tras un par de cambios en su formación y una larga
temporada de 8 años, el grupo logra concretar su segundo álbum. A despecho de
lo que se pueda intuir a través de su espaciada producción fonográfica, Arenal
ha desarrollado diferentes presentaciones y se ha involucrado en proyectos como
el homenaje a Congreso y el tributo a Violeta Parra organizado por el Consejo
de la Cultura. El grupo define su sonido bajo influencias polivalentes que
provienen de la tradición progresiva sinfónica (Yes, Camel, UK), el jazz-prog
(Colosseum II) y estándares contemporáneos de retro-prog y jazz-rock
prog-metalizado (Karmacanic, Planet X, LTE). Podemos advertir confluencias
estilísticas con otras bandas sudamericanas de reciente presencia en el
imaginario progresivo como Prisma-X, Matraz, Retsam Suriv y Uranian. Las
responsabilidades autorales están repartidas entre Nanjari y Fernández.
Con el exquisito ruido de un vino vertiéndose sobre una copa se abre la puerta
a "Ditirambo", tema que expresa una sensibilidad lírica bien armada, sostenida
alternadamente por una muscularidad contundente y un swing sofisticado, además
de un interesante interludio lento dispuesto para crear una suerte de
expectativa. La complejidad es evidente pero no arrolladora, pues la banda se
focaliza inteligentemente en los armados melódicos de cada pieza en cuestión.
"Sueños De Una Canción" porta una ambientación más flotante, con un mayor
protagonismo del teclado, el cual alterna preciosismos sinfónicos Wakemanianos
y coloridos cálidos a lo Camel a la hora de dirigir el desarrollo temático y
las cadencias rítmicas de la pieza. Para "Viaje A La Otra Costa", el grupo
retoma la polenta fastuosa que se impuso en el primer tema y lo traslada por
senderos de magnificencia contemplativa, ocasionalmente complementados con
robustos interludios extrovertidos: la coda es exitosa a la hora de aportar un
cierre épico al asunto. "Soliloquium" es una pieza diseñada para el lucimiento
de las guitarras acústica y eléctrica: se trata efectivamente de un elegante
soliloquio arropado bajo cósmicas capas de teclado. Tras este ejercicio de
exploraciones introspectivas, llega la secuencia de "Vientos De Vino y Cueca" y
"Vitis Vinífera" para devolvernos los colores del mundo: el primero de estos
temas organiza su estructura rítmica en torno a la cueca, pero escapando a los
estándares habituales de la fusión mediante la aportación de una dinámica
sinfónica en su arreglos decisivo; el segundo, por su parte, retoma la
fastuosidad de los temas 1ro y 3ro con una bien armada soltura. "Vendimia"
tiene un lirismo que nos puede hacer recordar a "Sueños De Una Canción", pero
esta vez es la guitarra acústica quien define el desarrollo de la base melódica
y armónica de la composición. Poco antes de llegar a la barrera del cuarto
minuto, se intensifica un poco la atmósfera por un momento con el fin de armar
un interludio en camino hacia el reprise final del primer motivo. El último
tema, que es el que precisamente da título al disco, es una pieza de piano
solo, cargada de aires criollos y con algunos tufillos Wakemanianos por allí:
un cierre intimista tras todo el despliegue de colorido que ha dominado la
mayor parte del repertorio del disco.
En un espacio menor de 40 minutos, Arenal ha logrado plasmar un sólido
repertorio donde enmarcar su propia apuesta progresiva, una apuesta que cuenta
con suficientes dosis de vigor y musicalidad como para suponer una genuina vía
de revitalización para el rock progresivo de nuestros días. "Cabernet
Sauvignon" no tiene pierde.
César Mendoza
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