Temas
- Beached (6:57)
- Alone (5:48)
- Dateless Diary (5:27)
- Don't Move (5:52)
- A New Song (7:28)
- Where (5:12)
- The Last Number (20:56) [a. Main Theme - b. Escaping - c. Limbo - d. F=
- shback - e. Last-Ditch Attempt - f. Escaping (reprise) - g. An Alternativ=
- Endpoint - h. Farewell (including Brief Joyful Digression)]
Integrantes
- Michele Epifani: =F3rgano Hammond, sintetizadores, voz
- Stefano Colombi: guitarras
- Piero Ranalli: bajo
- Luca Falsetti: bater=EDa, percusi=F3n
Más buenas nuevas para la escena progresiva italiana:
Areknamés está de vuelta cuatro a=F1os después de su
épico segundo disco de estudio "Love Hate Round Trip" con esta nueva
joya retro-progresiva titulada "In Case Of Loss". El cuarteto dirigido por
Michele Epifani mantiene una esencia estilística consistente en
lógica conexión con la propuesta que la banda ha venido
cultivando desde su álbum debut pero es claro advertir que
aquí hay matices más luminosos en las de por sí
emocionalmente oscuras composiciones. VDGG y Peter Hammill siguen siendo los
princi pales referentes de influencia dentro del esquema compositivo que
Epifani plantea en la dirección musical de la banda (casi se le
podría bautizar como el Matthew Parmenter italiano): para este nuevo
material, los guitar reos reducen su nivel de intensidad en la mayor parte
del tiempo, y más bien se permiten dar más espacio a la
elaboración de texturas: menos Iommi y más Hackett, por
así decirlo. Y bueno, ya que estamos notand o estos detalles,
también se advierte que los teclados y el canto de Epifani agilizan
sus aportes dentro del entramado sonoro.
"Beached" abre los primeros casi 7 minutos del disco con un muestrario de
ágil space-rock portador de un swing llamativo, tal vez incorporando
elementos del Porcupine Tree pre-"In Absentia" (y algo del Radiohead maduro
de nuestros días). El ambiente general de la pieza es agradable y
contagioso, con una luminosidad que va a contrapelo de la abrumadora
desesperación nihilista que había inundado el repertorio del
"Love Hate Round Trip". "Alone" y "Dateless Diary" sí guardan
una relación más directa con el espíritu explosivamente
sombrío del mencionado segundo disco. El primero, tras comenzar con
lo que parece uan secuencia de cajita musical, establece un dinamismo muy
nítidamente vandergraffiano con un inteligente manejo de
razonablemente complejas secuencias rítmicas matizadas con cadencias
jazz-rock (al estilo de "Godbulff"), mientras que los arreglos de saxos
a=F1aden una prestancia colorida al asunto. Por su parte, "Dateless
Diary" genera un despliegue de matices progresivos más envolventes,
logrando así balancear las vibraciones cáusticas inherentes a
la pieza anterior con estas dos canciones que acabo de mencionar siento que
el fade-out llega demasiado pronto. "Don"t Move" encarna el que se
puede calificar como el momento más cálido del disco: se trata
de una balada progresiva que tiene más que ver con la
explícita faceta romántica de Hammill que con las semblanzas
atormentadas que el estándar Van Der Graff suele mostrar en bloque. A
pesar de la existencia de ciertos pasajes intensos a lo largo de su tema
central, prevalece una aureola etérea a lo largo de la pieza que
resulta cautivadora (atención a esos cristalinos fraseos emitidos por
el piano eléctrico), además de una expresión distinta
del aspecto introspectivo que también sale a relucir del ideario
musical de Epifani. "A New Song" parece recibir una herencia directa de
la aureola contemplativa de "Don"t Move" en lo referente a su lenta
sección inicial, pero cuando llegamos a la segunda sección, la
furia emerge sin empachos ni complejos, muy a lo retro (imaginemos un
híbrido de VDGG y Gnidrolog contaminado de aires a lo Deep Purple y
ornamentos a lo Greenslade). El clímax resultante es contundente,
inapelable, electrizante. "Where" baja un poco (solo un poco) los
decibeles a fin de instalar un punto medio entre los temas 1 y 3.
Hasta aquí pasamos revista a todos los "temas cortos" del disco, y
ahora llegamos a la última pieza del mismo, que es la suite "The Last
Number", una composición que se somete a los estándares de
ambición musical y actitud dramáticamente épica que uno
siempre espera de este tipo de expresiones progresivas. El tenor general de
esta composición es introspectivo y sombrío, lo cual se nota
ya desde los primeros instantes, plasmados en sonoridades sobrias y
expectantes: la ambición musical y el dramatismo están
allí, pero aquella está marcada por una sobriedad cuidada y
ésta se expresa bajo un ropaje de tranquilidad emocional. La
presencia de un solo de saxo a la hora de aumentar cuidadosamente la
vibración ambiental ayuda a incrementar la aureola de
melancolía. A eso de los 3 minutos y medio, el ensamble resuelve un
nuevo motivo portador de matices jazzeros. Recién 3 minutos
después nos topamos con las primeras letras de la suite, cantadas con
una calidez tenue en medio de un arreglo instrumental envolvente, el mismo
que incluye un bonito arreglo de cello. Una nueva sección perpetúa
el espíritu introspectivo y lo traslada a áreas más
románticas. En la frontera de los 12 minutos, un motivo en 5/4
capitaliza momentáneamente la atmósfera predominante para
explotar su intensidad latente, pero al poco rato volvemos a un pasaje
calmo, el mismo que conduce a una nueva sección cantada. El enfoque
sinfónico está muy bien hecho, llegando a un clímax
particular durante el hermoso solo de órgano que arma Epifani. A
partir de aquí, el clímax se prolonga sostenida y
elegantemente al modo del Van Der Graaf 70s
La coda que cierra la pieza definitivamente tras unos segundos de silencio
está ejecutada al clavicordio con una mezcla de barroco y vanguardismo
disonante: reconocemos este recurso a lo Balletto Di Bronzo, no?
Balance final: tenemos aquí una obra importante para el legado progresivo
que se está generando en lo que va de 2010. Areknamés tiene parte de la
responsabilidad de esta buena onda que siento respecto a los lanzamientos
progresivos que más han llamado mi atención en esta primera mitad de
año.
César Mendoza
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