Temas
- A Colin-Maillard (8:05)
- Dans les Poches du Berger (5:38)
- Un Trou dans la Case (5:24)
- Virgule (1:51)
- Réveille-toi (5:17)
- Capitaine Coeur de Miel (14:02)
Integrantes
- Christian Decamps: voz, guitarra acústica cello, percusión
- Francis Decamps: órgano, mellotron, sintetizadores, voz
- Claude Demet: guitarras, flauta dulce, bajo, coros
- Jean-Pierre Guichard: batería, percusión, armónica
- Gerald Renard: bajo
Colaborador – Itak Loury (cítara irlandesa)
“Guet-Apens” es el primer disco gestado por los hermanos Decamps sin la
asociación del guitarrista/flautista Jean-Michel Brézovar ni del bajista Daniel
Haas. Ellos habían sido pilares fundamentales del desarrollo e instalación del
sonido Ange, y el doble en vivo “Tome VI” supuso una grandiosa clausura para la
era dorada del grupo – ahora “Guet-Apens” inaugura una etapa nueva con miras a
que la visión musical de Christian y Francis Decamps siga perdurando. Con los
nuevos músicos a cargo de la guitarra y el bajo, Ange asume un sonido más árido
y un poco menos mágico que el expuesto en obras cruciales como “Au-delà du
Délire” y “Par les Fils de Mandrin”, pero a fin de cuenta, igualmente versátil
en lo que se refiere a la estilización progresiva misma. La labor de los
teclados se disminuye debido a que Christian decide concentrarse más
cerradamente en su rol de cantor y relator de historias, y solamente colaborar
en la instrumentación con algo de guitarra acústica, cello y percusión; Francis
da rienda suelta a sus gusto por las texturas y bases armónicas, a los cuales
el ensamble de Ange debe apelar más frontalmente a fin de mantener ese gusto
especial por lo teatral, lo satírico, lo dramático y lo romántico. Teniendo en
cuenta que bandas como Atoll, Mona Lisa, Pulsar y Carpe Diem aún seguían en la
brega, mientras que bandas nuevas como Shylock, Asia Minor y Arachnoid
aportaban frescura al género progresivo cuando se acercaba el final de los 70s,
podemos decir que “Guet-Apens” es una muestra clara de la persistente
inclinación de Ange hacia la preservación del rock artístico.
‘A Colin-Maillard’ da inicio al disco con una solemnidad que me recuerda
bastante al inicio del disco “Par les Fils de Mandrin”, aunque con el
desarrollo mismo de la pieza nos damos cuenta de que prevalece una vibración
sombría más emparentada con la época de “La Cimetière des Arlequins”, algo
sumamente patente en el excitante motivo central. ‘Dans les Poches du Berger’
es una balada con base de guitarra acústica cuya esencia bucólica e
introspectiva adquiere, en manos de Ange adquiere, una cadencia hipnótica, casi
cósmica. ‘Un Trou dans la Case’ ofrece una intensidad calculada a través del
gancho de los llamativos motivos principales: hay una cierta aura circense que
efectivamente sale a relucir en el clímax final. ‘Virgule’ es una lírica balada
acústica que nos remite un poco a los momentos intimistas de “Emile Jacotey”.
‘Réveille-toi’ es una pieza rockera con bastante polenta, típica de Ange, pero
en esta ocasión uno puede extrañar esa sonoridad vigorosa que caracterizaba al
Ange clásico. Eso sí, el tema tiene bastante colorido y un manejo muy cuidado
de las evocaciones transmitidas en cada uno de sus motivos. El disco concluye
con la suite de 14 minutos ‘Capitaine Coeur de Miel’, la cual vuelve a hacer
guiños a la etapa pre-“Au-delà du Délire” en cuanto al desarrollo sonoro de un
esquema épico un tanto árido; las peculiaridades de los hermanos Decamps en la
creación de ambientes teatrales alcanzan en esta pieza de largo aliento un buen
espacio de expansión. La sección lenta que domina la primera mitad tiene una
densidad bien llevada, mientras que los aires sombríos que empiezan
predominando en la segunda mitad elaboran una adecuada plataforma para el
majestuoso clímax (cas ifloydiano) con el que cierra la suite.
En suma, “Guet-Apens” es un disco muy digno de la tradición Ange, un paso
adelante en las postrimerías de la etapa genuinamente progresiva de este
legendario ítem del art-rock francés. Tal como señalé en el primer párrafo,
este disco no iguala la magia de los momentos más esplendorosos de Ange, pero
ciertamente logra aportar algo valioso para una buena colección progresiva.
César Mendoza
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