Hola, Cajeros!
A continuación intentaré resumir mis vivencias durante los 3 días que pasó
Roger Hodgson en Barcelona. Lo que iba a ser un concierto el día 1 de julio,
para el que tenía la entrada desde hacía meses, se convirtió en 2 conciertos y
un inesperado epílogo.
La sala Luz de Gas, para celebrar su 14 BA aniversario, organizó un concierto
de Roger Hodgson el 30 de junio al que sólo se podía acudir con invitación. Me
enteré el día antes, y mi primera reacción fue de indignada incredulidad: !cómo
habían osado organizar tal evento sin invitarme! Por suerte, el teléfono y el
correo electrónico son dos grandes inventos, y logré "in extremis" la ansiada
invitación: la tuve en mis manos pocas horas antes del concierto, y tuve que
implicar a varios compañeros en unos rocambolescos cambios de turno para
conseguir salir del trabajo antes de mi hora.
La actuación en sí tuvo aspectos positivos y negativos. El local es de los que
a mí me gustan: si de mí dependiera todos los conciertos tendrían lugar en
salas donde se pueda ver y oir a quien actúa sin necesidad de pantallas
gigantes ni artilugios similares; eso sí, sería de agradecer que no quitaran la
ventilación para aumentar el consumo de bebidas... Entre el público había dos
tipos de personas: los entusiastas de Roger, que aplaudían, coreaban y jaleaban
como era de esperar, y aquellos a los que el concierto no les importaba pero
estaban allí porque era muy "guay" o "fashion" o "cool" haber recibido la
invitación de la sala o de los patrocinadores, y atormentaban mis pobres oídos
con sus charlas interminables.
En fin, un regalo inesperado que fue tan bien recibido como merecía.
Al día siguiente, 1 de julio, el concierto previsto en el Poble Espanyol, que
cumplió las expectativas. El lugar es magnífico para hacer conciertos
veraniegos: reproduce una enorme plaza de pueblo en las que las fachadas de las
casas son reproducciones de fachadas auténticas de diversos lugares de interés
histórico. Tuve ocasión de saludar a todos los habituales y de disfrutar de una
visión perfecta (tercera fila al principio y primera tras el descanso), y un
sonido también perfecto, aunque hubo un "efecto eco" que molestó incluso a un
profano en la materia como yo: en algunas canciones (A Soapbox Opera, Dreamer,
Hide In Your Shell y alguna más), cuando Roger ya había acabado de cantar, los
altavoces repetían innecesaria y artificiosamente los últimos versos (esto lo
había tomado la noche anterior por un capricho del técnico de Luz de Gas, pero
vi que no era así). La voz de Roger Hodgson, que sigue pletórica, no necesita
efectos de
este tipo.
Roger tuvo el detalle de saludar y hacer algunos comentarios en catalán (menos
que el verano pasado), pero la inmensa mayoría de presentaciones las hizo en
inglés y fueron exactamente las mismas de siempre. Esto y el hecho de que las
primeras canciones fueran las mismas de la noche anterior me hizo sentir un
poco incómodo, "atrapado en el tiempo"; pero todo cambió cuando presentó la
inédita "Teach me to love again", y acabé disfrutando como siempre. Los mejores
momentos: "Hide In Your Shell" (simplemente, mi canción preferida de todos los
tiempos), "Fool's Overture" (impagable la parte vocal, precedida por los
espectadores puristas pidiendo silencio a los ruidosos), "Easy Does It"
(comunión entre el artista y su público lograda con algo tan sencillo como una
melodía silbada), "It's Raining Again" (concesión final a la nostalgia y, por
qué no decirlo, a la felicidad).
Hay que mencionar que Aaron McDonald está mucho más "suelto" que en las
anteriores giras: imprime su sello personal en el saxo, participa más en los
teclados, y cuando hace coros no se le nota tanto la timidez como en otras
ocasiones.
Otro detalle digno de agradecer: fue el concierto más largo de los que le he
visto a Roger. Nada menos que: Rosie had everything planned, School, Hide in
your shell, Dreamer, Easy does it, Sister moonshine, A soapbox opera, The
meaning, Give a little bit, Even in the quietest moments, Fool's overture, The
logical song, Breakfast in America, Take the long way home, Lord is it mine,
Child of vision, It's raining again, Don't leave me now, Lovers in the wind,
Along came Mary, Teach me to love again. La noche anterior había tocado algunas
menos, añadiendo sólo Two of us.
Finalmente, hay que añadir que en estos días me he permitido dar rienda suelta
a la mitomanía y perseguir el anhelado momento de hablar con Roger en persona.
Tras el concierto de Luz de Gas, estuve con los miembros de The Logical Group
en la venta de merchandising, y aproveché la coyuntura para colarme hasta la
puerta de los camerinos de Aaron y Roger, donde las personas del "entorno" de
Roger me echaron de no muy buenas maneras.
Al día siguiente, en el Poble Espanyol, se repitió la escena habitual de la
espera infructuosa a la salida; sólo los afortunados que tenían el "pase
backstage" consiguieron entrar a hablar con su ídolo.
Pero me quedaba un as en la manga: el hecho de trabajar en el aeropuerto me
permite tener una red de contactos que, tras las pertinentes investigaciones,
me informaron del vuelo en el que Mr Hodgson iba a partir rumbo a las Azores.
Así que el día 2 de julio me acerqué a los mostradores de facturación de la
flamante terminal T1 del aeropuerto de Barcelona, y ahí estaba Roger Hodgson en
persona (no, no viaja en avión privado). Tuvo la amabilidad de hacerse un par
de fotos conmigo (de hecho las fotos las hizo la misma persona del "entorno"
que me había echado del camerino dos días antes), de firmarme una afectuosa
dedicatoria en la invitación de Luz de Gas, y de charlar unos minutos en los
que le expuse lo mucho que sus canciones han significado para mí. Un momentazo
que quedará en mi recuerdo para siempre.
Salu2
Josep M. Supertrempat
|