Pues ayer fui (pr primera vez, lo confieso) al Liceo por ver al "brujo del
arpa láser", el ínclito Jean Michel Jarre, desde un modesto quinto piso (50
euros del ala anyway), donde el sonido cuando menos era muy bueno y la
prespectiva permitía ver trastear los veintipico teclados que trae
(bueno, él y tres teclistes más).
Con algo de retardo, JM empezó saludando al respetable desde el bello medio
de la platea y nos largó un discurso de diez minutos (con traducción
simultánea incluida, bastante lamentable por cierto) dando las gracias y
diciendo una y otra vez lo emocinado que se sentía por tocar en Barcelona.
El caso era hacer minutos, supongo. Presentó los músicos y explicó que los
teclados que lo acomañaban. Eran como viejas señoras a las cuales hacía
falta tratar con mucho cuidado, y que vendrían a ser al mundo de la música
electrónica aquello que los Stradivarius son por el mundo clásico: ARPs,
mellotrones, VSC3s, Moogs, Prophets, Oberheims, un Theremin... bien, si
habéis visto el DVD ya sabéis de qué hablo.
Nos dedicó unos 50-55 miuntos de fiel recreación de su clásico Oxygene (no
en vano, lo que tenían delante eran los cacharros majaretas originales con
los cuales lo grabó) con algún pasaje nuevo, y finalizó con la primera parte
del Oxygene 7-13. Más parlamentos y un bis con él solo en frente con tres
teclados tocando algo que no identifiqué pero que sonaba mucho a él. Eso es
todo amigos.
Vi un JM que, en vez de concentrarse en su faceta de sintetista, no se
desprendió de su ex-papel de estrella de espectáculo de masas, saliendo de
su sitio y alentando al público a hacer palmas y tocando con posturitas. Un
papel para mí fuera de lugar en aquellas circunstancias. Pero bien, él
sabrá.
Veamos, tengo la sensación de que francamente no hay pora tanto con este
hombre (arsenal de teclados aparte, la verdad es que sólo por sentir y ver
aquello valía la pena ir). No es precisamente el mejor teclista del mundo
(más bien lo contrario), y tampoco hizo nada destacable con el Theremin.
Pero mira, en su día supo aprovechar la oportunidad por convertirse en un
fenómeno de masas y ahora puede ir a tocar al Liceo a 109 euros la platea
(que era casi llena, por cierto). El Oxygen es un disco muy agradable de oír
(para mí el primero), pero tampoco nada más. Total, tuve algo de sensación
de obredimensión de todo. Pero pasé un buen rato.
javi Herrera
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