Con la presente quiero dar un testimonio de la maravillosa y excitante
experiencia musical que me tocó vivir el 22 de julio, en el Anfiteatro del
Parque de la Exposición de Lima. El evento musical tuvo como cartel a la
banda telonera FLOR DE LOTO y a la banda central, CONGRESO, una leyenda
viviente y veterana de la fusión latinoamericana moderna. Hubo un poco de
descoordinación entre las diversas fuentes periodísticas que anunciaban el
evento: algunas decían que éste comenzaba a las 7.00 PM, y otras que a las
7.30 PM. Bueno, el concierto se inició a las 7.10. El motivo de este
concierto gratuito, en cuya organización intervinieron el Gobierno de Chile
y la Municipalidad de Lima, es la cercanía de las Fiestas Nacionales del
Perú (28 y 29 de julio).
FLOR DE LOTO brindó al público (que solo llenó a medias el amplio
Anfiteatro, pero que de todas maneras hizo sentir su presencia con sus
ovaciones) un show lleno de fuerza, como siempre, pero hubo dos detalles que
quiero destacar de forma especial. Uno es el despliegue extra de fuerza que
exhibió el baterista Jorge Puccini, como si quisiera que cada molécula de la
estructura del auditorio se hiciera eco de sus golpes, redobles y toques de
platillos: con la firmeza de una torre y la potencia de una tormenta
torrencial, él le dio al soporte rítmico de los temas un cimiento
notablemente robusto. El otro detalle fue el más inmediatamente llamativo, y
fue la presencia del flautista Johnny Pérez ataviado como un antiguo
sacerdote incaico (incluyendo máscara en la mayor cantidad de las piezas):
Pérez se valió de sus propias dotes histriónicas que usa para realzar su
labor instrumental para hacer lucir su rol de convocador de vibraciones
hacia y desde el sonido creado pro la banda. Un detalle extra fue el aporte
del teclista de apoyo, quien toca en SUPAY (una banda prog local a la cual
se debería prestar más atención... creo), quien hizo texturas
principalmente, aunque también hizo algunas complementaciones a ciertos
riffs de guitarra y seleccionadas melodías de flauta. El setlist de FDL
terminó con una de sus nuevas composiciones, “Medusa”, una de sus piezas más
enérgicas.
Por su parte, CONGRESO inició su show, titulado “El Baile de Todos”, con la
proyección de un vídeo que mezclaba imágenes del Ande (paisajes, costumbres
rurales) y sentencias poéticas entrañables, engarzando la misma con la
canción de apertura “Ya es Tiempo”, cuya cadencia romántica y lánguida
sirvió como momento de impulso para el despliegue de colorido, fuerza y
diversidad que habría de tomar por asalto los corazones del público (los
conocedores y los neófitos) por casi 2 horas. La formación actual de septeto
constó de: Sergio González (batería), Francisco Sazo (voz, trutruca, tarka,
percusión), Hugo Pirovich (flauta, flauta dulce, quena, percusión, coros),
Jaime Atenas (saxos soprano y tenor, saxo midi), Raúl Aliaga (marimba,
vibráfono, percusión), Sebastián Almarza (teclados) y Jorge Campos (bajo,
coros, voz adicional). El repertorio del grupo se centró principalmente en
su discografía desde 1989 (“Para los Arqueólogos del Futuro”) en adelante,
aunque también hubo espacio para temas más vetustos. La inclusión de dos
piezas inspiradas en los sabores propios del folklore costeño peruano fue
recibida con agrado por el público: un tema a ritmo de marinera y otro a
ritmo de festejo - el mismo que incluyó un espectacular solo de cajón a
cargo de Aliaga - llevaron al respetable a inolvidables momentos de
entusiasmo melómano. El material incluyó clásicos del grupo como “Hijo del
Sol Luminoso”, “Canción por Encargo”, “En Todas las Esquinas”, “Nocturno”
(cuya original aura sombría se tradujo aquí en pura vulnerabilidad romántica
al ser ejecutada solo por voz, piano y saxo soprano), y el medley de “?Dónde
estarás?” y “Los Elementos”, el cual sirvió de cierre para CONGRESO. Los
instrumentales, “Ese Día...”, “El Baile de Todos”, y sobre todo el
alucinante “Coco Loco” (el tema más vanguardista de la velada) sirvieron
para ampliar la explicitación de la solvencia técnica del ensamble. Hago
mención especial a ‘Coco Loco’ debido a su manejo de disonancias académicas
en medio de su frenética explosión a lo jazz de vanguardia: una suerte de
cruza entre el Zappa más dadaísta, Return to Forever y la tendencia
deconstructiva del RIO (omitiendo lo tenebroso), debidamente sazonada con
esa cadencia latina que solo CONGRESO sabe explotar y reciclar con su clase
y elegancia tan particulares. Es una pena, al menos desde mi humilde punto
de vista, que el concierto no haya tenido más piezas de este tipo, las
cuales no son pocas dentro del profuso repertorio que ha cultivado por más
de 35 años desde su fundación.
Un gran show en verdad, un gran show...
César Mendoza
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