Temas
A Meditation Mass
- Part 1
- Part 2
- Part 3
- Part 4
Integrantes
- Rolf Fichter: Moog, flauta india, piano eléctrico, guitarra, vibráfono,
canto
- Klaus Fichter: batería, percusión
- Matthias Nicolai: guitarra eléctrica de 12 cuerdas, bajo
- Peter Elbracht: flauta
Yatha Sidhra fue una banda liderada por los hermanos Fichter, cuyos aportes
en teclado/guitarra y batería/percusiones habrían de conformar el núcleo
sonoro del repertorio de éste, su primer disco. “A Meditation Mass” es una
auténtica obra maestra de la faceta más bucólica e introspectiva del
krautrock, con mucho espacio para lo lírico y lo pastoral, pero sin
renunciar a la expresión de energía psicodélica y dinamismo cósmico en
ciertos momentos clave. Si bien indiqué al principio que los aportes de los
hermanos Fichter conformaban el núcleo de las cuatro partes de este
repertorio, la verdad es que el rol de la flauta tiene un rol dominante en
buena parte de los vuelos instrumentales que el ensamble va elaborando en el
camino.
La Parte 1 comienza con un soundscape de sintetizador bastante etéreo,
emulando algo así como las vibraciones del espíritu en medio de un
crepuscular paisaje otoñal. Esta sensación de crepúsculo introspectivo se
reafirme de manera consistente en las ambientaciones exóticamente tribales
que se prolongan a lo largo del jam central: las casi mágicas líneas de
flauta y la cadencia hipnótica asentada por la sección rítmica y la guitarra
eléctrica de 12 cuerdas dominan la escena, hallando eventuales complementos
en ornamentos de sintetizador, adornos de vibráfono, y además, ciertos
cantos a cargo de Rolf Fichter. Una delicia de más de 17 minutos de
extensión, cerrada por unos cuantos segundos de exquisitos acordes de piano
eléctrico RMI. La Parte 2 sirve a Yatha Sidhra para empezar a mostrar su
faceta más áspera (claro, áspera dentro de los confines propios de su
ideología introspectiva). En poco más de 3 minutos nos encontramos con una
mezcla de psicodelia lánguida a lo Pink Floyd primigenio y jazz rock,
marcada en la base por el piano eléctrico y llevada a clímax constantemente
ocasionales por la flauta. La Parte 3 comienza con la misma cadencia de bajo
y el mismo motivo de piano que habían servido para cerrar la anterior. Rolf
toma la guitarra solista y Klaus empieza a introducir redobles a lo Nick
Mason, llevando con ello al ensamble a remitir su despliegue sonoro a la
tutela influyente del Pink Floyd de fines de los 60s; el matiz jazzero que
poco después se añade permite al grupo aumentar la dosis de energía,
gestando de este modo un clímax sostenido equivalente al que hallamos en los
pasajes más explícitamente explosivos de Ash Ra Tempel y Amon Düül II. Es
como si se produjera un momentum extático, tras el cual solo queda festejar
en medio de un estupor producto de la confusión y el retorno mental a
nuestro planeta. El regreso al motivo inicial de las Partes 2 y 3 parecen
confirmar fehacientemente esta idea de retorno. Con la emergencia de unos
alucinados efectos de sintetizador y un despliegue libre de “neurosis” en la
flauta, se prepara el camino para la inspección mental que se habrá de
verter en la Parte 4, la misma que cierra el disco sobre la base de una
retoma del motif principal de la Parte 1, esta vez desarrollado de forma más
medida, concentrando el hipnotismo inherente del motivo dentro de los
confines de 7 minutos.
Los amantes de la vanguardia introspectiva, el sonido de los primeros discos
de Jade Warrior y la psicodelia con notables tendencias intimistas se
hallarán en el cielo cuando escuchen “A Meditation Mass” de Yatha Sidhra –
un disco diseñado para el más puro disfrute espiritual del oyente.
Recomiendo altamente esta joya escondida del krautrock a los fans
progresivos con almas receptivas a la sutileza.
César Mendoza
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