Temas
- Les Deux Mondes (8.16)
- Souterrain (6.35)
- Séducteur Innocent (5.46)
- Compassion (4.26)
- Homme-Enfant (4.41)
- Impatience (7.03)
- Le Masque Rouge (5.27)
- Orgueil (5.54)
Integrantes
- Frédéric L'Epée: guitarra
- Julian Vecchié: guitarra
- Stéphane Bertrand: bajo
- Volodia Brice: batería
Liderado y formado en 2002 por Frédéric L'Epée, quien fuera guitarrista de los
"niños-prodigio" del progresivo francés 70ero Shylock, Yang es un cuarteto
instrumental que asume el rol de investigar en las aristas más rudas del
jazz-rock y exploraciones crimsonianas moderadamente neuróticas dentro del gran
escenario rockero experimental de nuestros tiempos. El grupo se da buena maña
para exhibir su solvencia técnica y buen gusto a partir de una sonoridad básica
emergida de guitarras duales y una dupla rítmica: el otro guitarrista, Julian
Vecchié, fue alumno de L'Epée en su formación musical formal. Vayamos al disco
debut "Une Nature Complexe", el cual data de 2004.
Ocupando los primeros ocho minutos y cuarto del disco, 'Les Deux Mondes' porta
una fuerza exquisitamente derrochada en base al equilibrio limpiamente definido
entre los vigorosos riffs guitarreros y el punche inapelable de la dupla
rítmica. Teniendo en cuenta que el tempo nunca se torna frenético y que se
utilizan algunos momentos de sutileza y otros de coqueteo con cadencias funk,
siempre se da la sensación de que hay un control que domina el flujo de fuerza
rockera. 'Souterrain' y 'Séducteur Innocent' ocupan los siguientes 12 minutos
del álbum: el primero establece un ágil ejercicio de psicodelia crimsoniana
80era con algunas reminiscencias de Attention Deficit, mientras que el segundo
se asienta en un clima jazz-rockero amable y potente a la vez. A fin de marcar
un contraste notable frente a lo que se ha venido desarrollando hasta ahora,
'Compassion' elabora atmósferas decididamente introspectivas a partir de un
sencillísimo núcleo compositivo arreglado sobre un compás lento: el resultado
es melancólico sin dramatismos, envolvente y relajante, aunque sin anular del
todo el vigor inherente a la presencia de dos guitarras. 'Homme-Enfant', la
pieza que sigue a continuación aumenta un poco la dosis de polenta así como de
matices crimsonianos, pero a pesar de que la actitud extrovertida de la
instrumentación global es inocultable, no hay aquí un nivel de ebullición
progresiva al estilo de los dos primeros temas del disco, sino más bien un
manejo inteligente de contrapuntos y arquitecturas guitarreras sobriamente
tensas a través de un esquema de trabajo que sigue siendo predominantemente
jazz-rockero. De hecho, los pasajes más calmados se sitúan de forma muy natural
dentro del entramado completo de la pieza. 'Impatience' sigue por una senda
similar, pero brinda mayor espacio expresivo a la soltura que solamente se
destapó de manera parcial en 'Homme-Enfant': de hecho, hay una musculatura
explotada por la dupla guitarrera con una sabiduría tal que las texturas y
modificaciones rítmicas que paulatinamente van emergiendo en el camino parecen
brotar sin generar alteraciones drásticas con su calculada presencia. Le Masque
Rouge nos remite de vuelta a la lógica del vigor cadencioso y la fuerza
racionalmente administrada de 'Les Deux Mondes', con la salvedad de que el
nivel de sofisticación es menos elevado: eso sí, lejos de ser una pieza burda,
tiene gancho y hace un manejo muy interesante de su no muy compleja red
compositiva, además de emplear algunos contrapuntos típicamente crimsonianos en
algún momento de su sección intermedia. 'Orgueil' ocupa un espacio de poco
menos de 6 minutos, cerrando el disco con una recapitulación de las atmósferas
más vibrantes del disco al unísono de una nuevo ejercicio de síncopas
pulcramente sólidas de parte de la dupla rítmica.
Unos cuantos años más tarde, Yang habrá de lanzar al mercado su segundo disco
"Machines", el cual muestra un sonido más robusto que el expuesto aquí en "Une
Nature Complexe", pero aunque pierda en esta comparación, el disco que
terminamos de reseñar ahora lejos está de merecer descrédito alguno: por el
contrario, es la muestra tajante de una voz progresiva que recién nace con
muchos rasgos ya afianzados y que está ad portas de un florecimiento posterior.
Yang es un referente valioso para entender el rol de la posición francesa
dentro del rock progresivo del nuevo milenio.
César Mendoza
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