Temas
- The Symphonic Rock Orchestra – Rory Blanchford
- Grand Piano
- Silver Arms
- The Marvellous Child
- Song of Wire
- The Cosmic Couriers Meet South Philly Willy
Integrantes
- Bill Barone: guitarras
- Jürgen Dollase: teclados, mellotron, vibráfono, voz
- Harald Großkopf: batería, percusión
- Dieter Meier: bajo
- Joachim Reiser: violín
Con un cambio de bajista, pero sobre todo y más importante, con el ingreso
de un violinista en la formación, Wallenstein se prepara para ahondar en su
ideología progresiva sinfónica en la gestación y elaboración del repertorio
de su tercer disco, “Cosmic Century”. Ahora, más que nunca, el departamento
de teclado asume un rol protagónico en la instrumentación, y en buena medida
se debe a la complicidad creada con los coloridos estilizados y flotantes
creados por el violín del nuevo integrante Joachim Reiser. En muchos
aspectos, “Cosmic Century” significa la concreción directa y firme de la
visión musical que Dollase obviamente tenía en mente desde la formación de
la banda. La mayor parte del repertorio gira en torno a los jams creados
sobre las secuencias de escalas de piano estilizadamente propuestas por
Dollase como columna vertebral y, simultáneamente, un puente entre la
sección rítmica y los solos.
El disco comienza con ‘The Symphonic Rock Orchestra – Rory Blanchford’, un
tema bastante dinámico en el cual los diálogos entre el piano clásico y el
violín marcan la pauta para los fraseos de guitarra y cortinas de mellotron.
La sección rítmica tiene una fuerza semejante a la de los primeros discos de
Nektar y Novalis. Para el pasaje más solemne que sigue a continuación, el
piano asume el rol protagónico absoluto mientras Dollase emite su canto;
luego, el ensamble se reagrupa para la coda, un pasaje lento que tiene una
efectiva aura etérea. ‘Grand Piano’ es exactamente lo que su título alude,
un solo de piano de cola. Este solo de poco más de 2 minutos de extensión se
engarza con un breve riff de bajo que da inicio a ‘Silver Arms’. Al igual
que el tema 1, éste comienza con una sección dinámica - la misma que incluye
un bonito aunque breve solo de Hammond - y luego continúa con un pasaje más
lento para la entrada de la primera voz. Esta canción, en comparación con
‘The Symphonic Rock Orchestra’, tiene una dosis más patente de rock: de
hecho, la sección cantada incluye unos fraseos blueseados de guitarra que
nos pueden recordar un poco al Procol Harum de álbumes como “Home” y “Broken
Barricades”. El motivo inicial es retomado, realzado con estupendos diálogos
entre la guitarra y el violín, complementados por sutiles cortinas de
sintetizador y apoyados sobre la eficaz sección rítmica. Esta pieza es una
de las cumbres del disco. La segunda mitad de “Cosmic Century” comienza con
una nublosa introducción de sintetizador de ‘The Marvellous Child’, la misma
que pronto deja paso a un pasaje en clave blues sinfónico. No tiene la
brillantez de otras piezas del disco, pero no constituye un bajón dramático
ni mucho menos. ‘Song of Wire’ tiene una cuota más notable de ingenio
musical, creando un paisaje sonoro envolvente y misterioso con un motivo
lento: los momentos en los que el mellotron destacan se crea una densidad
moderada que alude más de lo que expresa, mientras que los momentos en los
que la guitarra sale al frente con sus fraseos cándidos y medidos, la cosa
tira más hacia lo melancólico. Es una pena que Dollase no se adueño de un
estilo vocal proficiente, pues en casos como éste una mayor versatilidad en
la impostación hubiese servido mejor para el ambiente general de la pieza. A
pesar de este detalle, ‘Song of Wire’ es otro ítem destacado del repertorio.
El disco concluye con ‘The Cosmic Couriers Meet South Philly Willy’ (un
título referencial a The Cosmic Jokers, el proyecto krautrock “involuntario”
en el que Dollase estuvo involucrado por un tiempo durante esta época), una
pieza muy al estilo de ‘The Marvellous Child’ pero con una vibración
rock-bluesera más consistente. De hecho, se trata de la pieza menos afín a
la línea estructuralmente estilizada de los temas precedentes, pero la cosa
es que el jam funciona muy bien, sin aburrir, manteniendo una pauta eficaz
hasta el arribo del fade-out.
“Cosmic Century” es un disco que me gusta bastante, sin impresionarme tanto
como cualquiera de los dos primeros discos de Wallenstein, pero sin duda se
trata de una obra que ha de agradar a los amantes del proa sinfónico con
fibra rockera pronunciada. Estos dos meses que he estado descubriendo el
legado de este grupo germano he tenido experiencia melómanas muy positivas.
César Mendoza
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