Temas
- Blaise et Benjamin
- Poison de Passion
- La Haine de l’Amour
- Cruel Duel
Integrantes
- Guillaume de la Pilière: guitarras, flauta, voz
- Alain de Lille: teclados, coros
- Olivier de Gency: bajo, coros
- Benoit de Gency: batería, percusión
Cuarto y último disco de Versailles, al menos hasta ahora, que ya han pasado
casi 10 años: “Blaise et Benjamin” sigue mostrando la línea progresiva
típicamente gala (heredera de Ange y Mona Lisa, e indirectamente, de Genesis
y Pink Floyd) que este ensamble había madurado tan bien desde su segundo
disco “Don Giovanni”, aunque ciertamente con un filo rockero más acentuado.
Esto significa que las guitarras del líder Guillaume de la Pilière se
resaltan más en la mezcla, aunque para nada conlleva un aminoramiento del
rol de Alain de Lille en los teclados, pues definitivamente éstos siguen
asumiendo la crucial responsabilidad de crear atmósferas y orquestaciones
que van variando con los motivos, además de efectivos solos. Pero bueno, sí
se trata, en efecto, del disco más potente de esta banda: el comportamiento
de la dupla rítmica ayuda también a que esto se concrete. El lugar
predominante que ocupan los sonidos de órgano eléctrico, sintetizadores de
cuerda y esas vibraciones peculiares del Moog permite robustecer la línea
retro que Versailles asume sin tapujos. Los nombres de los personajes del
título alude al concepto global del disco: la pugna entre las fuerzas del
Bien y del Mal. El hecho de que el primer tema dure ¼ de hora, el segundo,
poco menos de 20 minutos, y los restantes, más de 9 minutos cada uno,
incrementa el ambiente general de fastuosidad tal como se pretende conjugado
y conjurado en el repertorio.
El tema homónimo se inicia con un llamativo riff de guitarra complementado
por el teclado y enmarcado en un esquema dinámico a cargo de la sección
rítmica, antes de pasar a la solemne primera sección cantada. Es de notar la
inclusión de un órgano marcial prestado del ‘The Knife’ de Genesis (y
también creo notar alguna cita de un tema del “Au-delà du Délire” de Ange)
dentro de la intensa excursión instrumental elaborada a continuación. ?Qué
más tenemos aquí? Un par de cánticos burlescos de ropajes tenebrosamente
paganos, un pasaje oscilante entre lo cósmico y lo sinfónico donde la
guitarra va construyendo de a pocos la base para un estupendo clímax
contenido hasta el golpe final. El segundo tema es el más extenso, y también
el que contiene una mayor dosis de tensión dramática, especialmente en lo
que se refiere a la robustez patente desplegado por el ensamble; pero no
solo por eso, sino también por la presencia de un mellotron amenazante, el
uso efectivo de ambientes misteriosos, la emergencia de una serie de
secciones cósmicas (algunas casi oníricas, otras siendo interludios a otras
secciones más frenéticas), el manejo de los contrastes y crescendos. ‘Poison
de Passion’ rivaliza en magia musical con los mejores temas largos de sus
discos anteriores. ‘La Haine de l’Amour’ es patentemente la pieza más
extrovertida del disco, trabajando con climas coloridos y entusiastas aunque
sin dejar de lado (ni en un ápice) el prototípico patetismo efectista
francés. Por su parte, el tema de cierre ‘Cruel Duel’ condensa en un espacio
más reducido el dramatismo y la variedad de las cuales los músicos habían
hecho gala en las dos piezas monumentales iniciales. Es de destacar la forma
tan electrizante que tiene el bajista de hacer lucir su instrumento en medio
de los vendavales de la guitarra y los múltiples recursos planteados por los
teclados.
Nada nuevo bajo el sol de Versailles en este “Blaise et Benjamin”, aunque sí
se nota una intensidad más fogosa: este disco es ideal para los nostálgicos
que gustan de la onda retro, aunque lejos está Versailles de privarse de
mostrar su propia garra en sus continuos homenajes a Mona Lisa y Ange.
César Mendoza
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