Temas
- Detective (10:48)
- Wooden Rain (23:53)
- Freaky Karma (10:22)
- Theoretical Vampiricism (26:27)
Integrantes
- Anton Sheludko: teclados, trompeta
- Alexei Savitsky: guitarras
- Konstantin Poptsov: bajo
- Alexander Strashinsky: batería, percusión
Colaboradores - Lyudmila Frippova (violín en 1 y 4), Evgenya Kadochnikova
(cello en 1 y 4), Vyacheslav Ivanov (guitarra slide en 2), Ilya Potapov
(saxofón soprano en 3)
Tribal Logic es una banda rusa de jazz-rock progresivo experimental que se
formó en la ciudad de Chelyabinsk a inicios de 2006: la mencionada ciudad es
famosa por encapsular bastantes espacios de creatividad en el área del jazz
desde los tiempos de la posguerra. Desde antes de asociarse en esta banda, sus
cuatro componentes ya tenían amplia experiencia en grupos de jazz y big bands,
por lo que ahora que abordaron la misión de generar una propuesta musical donde
se pudiera experimentar más a fondo en el arte del ruido, no es de sorprender
que lo jazzero conforme un núcleo ampliamente relevante para las composiciones
y el estilo grupal plasmados en su álbum debut "Freaky Karma", grabado y
publicado en 2008. La estrategia más habitual de la banda consiste en ahondar
en grooves y atmósferas para ir dándoles consistencia de forma gradual, y por
supuesto, desarrollar ornamentos y variantes que garanticen la lealtad a los
patrones de exquisitez artística propia de todas las sub-vertientes del género
progresivo.
Los primeros 10 BE minutos del álbum están ocupados por 'Detective', un jam
que empieza con un minimalista clima cósmico marcado por el sintetizador. Poco
a poco se va armando un esquema sonoro sobrio y a la vez misterioso, portador
de un aura envolvente que no oculta la densidad de trasfondo. Así van las cosas
hasta pocos segundos antes de llegar a la barrera de los 7 minutos, que es
cuando emerge un nuevo motivo en el que el ensamble desarrolla una variante
jazzeada de la faceta más etérea de la tradición chamber-rock. Los enclaves
instalados por el sintetizador que emula percusión tonal y la exquisita labor
del baterista establecen el esqueleto de este nuevo y definitivo jam, el mismo
que se enriquece con la adición del violín en un rol de cómplice cercano del
teclado. Tras un humorístico cierre de alguien corriendo para huir por una
puerta, sigue 'Wooden Rain', que con sus casi 24 minutos de duración se
dispone a exhibir las cualidades de la banda al servicio de la inteligencia
sonora de largo aliento. Ahora el grupo se aboca más decididamente hacia el
jazz-fusión de carácter experimental, muy engarzado con la nostalgia por el
viejo Weather Report pre-Pastorius. Aunque la banda mantiene un carácter
brumoso en su sonoridad básica, lo cual parece a todas luces ser su
especialidad, se nota que esta pieza está dirigida a explorar sus rincones más
peculiarmente energéticos: los fraseos de la guitarra, elegantes como son,
portan una polenta especial, el bajo se hace notar más en la mezcla y los
adornos rítmicos de la batería generan trucos más intrincados que en el tema de
apertura. El tema homónimo se sitúa en tercer lugar. Su ambientación general
comienza teniendo un marcado acento jazzero, tanto en la cadencia básica que se
va rearmando en cada motivo como en las tonalidades asumidas por los fraseos de
la guitarra, pero en la labor del teclista se observa una fuerte influencia de
línea chamber-rock que a mitad de camino termina imponiéndose sobre la pieza,
como si se tratara de un Univers Zero "suavizado" encaminado a resaltar el
misterio y a bajar lo tétrico y lo oscuro a niveles mínimos. Los últimos 26
minutos y pico del álbum están ocupados por 'Theoretical Vampiricism', una
pieza que cierra con estupenda plenitud sonora el manifiesto integral de
"Freaky Karma". Hay elementos de corte Soft Machine en el cuerpo central del
jam recurrente, especialmente en lo concerniente a la combinación de psicodelia
retro (centrada en el órgano) y jazz-rock estilizado. A partir del minuto
7'30", el esquema grupal vira hacia el chamber-rock, prácticamente con las
mismas características que este giro tuvo lugar en la pieza precedente. Hay un
majestuoso solo de piano y algunos pasajes free-form que completan el cuadro
sónico con una ambientación envolvente muy bien lograda, antes de que el último
medio minuto establezca un breve reprise del motivo inicial a modo de coda.
De esta manera, Tribal Logic emerge como una fuerza creadora muy importante
para el estado de cosas del progresivo: desde Rusia con amor.
César Mendoza
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