Temas
- Legend (Part I)
- Interlude I
- Confrontation
- Interlude II
- Dance of the White ladies
- Doubts
- Trace I
- Witches’ Dance
- Surrender
- Interlude III
- Pathetique
- Legend (Part II)
- Interlude IV
- The Rescue
- Trace II
- Back Home
- Meditation
- Flash Back
- Conclusion
Integrantes
- Rick van der Linden: teclados
- Cor Dekker: bajo
- Peter de Leeuwe: bateria, guitarras
- Dick Remelinck: saxos, flauta
- Hans Jacobse: teclados
Colaboradores: Hetty Smit (voz), Harry Schafer (narraciones), The Benny Behr
Strings – director Job Maarse.
Aunque este disco aparece firmado en la portada original como siendo de Rick
van der Linden y Trace, el hecho es que en todas las paginas especializadas,
e incluso en el sitio web de van der Linden se registra a “The White Ladies”
como un disco de Trace. De hecho, este fue el trabajo con el cual se
despidio este proyecto musical liderado por el genial teclista holandes tras
sus dias de Ekseption. De todas maneras, el rol de Rick van der Linden asume
una posicion mas claramente frontal en comparacion con los dos discos
precedentes. El peso de la seccion ritmica se hace notar menos, y la funcion
del vientista Remelinck esta la mayor parte del tiempo relegada a la de
colaborador ocasional, y no tanto como un miembro cabal del cuerpo
instrumental. Es el ensamble de cuerdas el que asume una contraparte mas
efectiva a la labor de van der Linden en los teclados: adicionalmente, cabe
precisar que algunos de estos estan a cargo de Jacobse, quien suele hacer
las partes de organo en aquellos pasajes en los que van der Linden se
concentra en el piano de cola y el clavicordio.
“The White Ladies” es un disco conceptual basado en una leyenda de los
bosques holandeses que data de fines de la Edad Media. La leyenda en
cuestion se centra en el drama del ser humano al enfrentarse a su propia
inmortalidad - una aldeana es abordada y seducida en un bosque por un grupo
de hadas que viven en perenne e intemporal juventud para que se les una en
su privilegiado habitat magico, cosa a la que ella eventualmente accede,
aunque algunos llantos femeninos que se dejan escuchar en el bosque que
parecen provenir de nadie parecen indicar que, tal vez, haya un hada nueva
que lamente en retrospectiva su decision. Esta historia es abordada
musicalmente por van der Linden a partir de lo introspectivo, lo cual
explica la linea romantica y, a veces, edulcorada de las composiciones y los
arreglos orquestales que acompañan a la misma. No hay que esperar el
despliegue de energia y nervio que tuvo lugar en “Birds”, un disco de Trace
mas logrado que este que comentamos ahora. Sin embargo, a pesar de estas
relativas reservas, mi balance general de esta obra musical es muy positivo,
especialmente por causa de la exquisitez y elegancia que, tipicas de van der
Linden como musico y creador, se proyectan a raudales a lo largo del
repertorio. En las piezas mas movidas, como son ‘Witches’ Dance’ y ‘The
Rescue’ (excitante reconstruccion en clave de rock-funky de la Sonata No. 3
en Do Mayor de Beethoven) es donde encontramos esa polenta propia del
teclista holandes, especialmente en el manejo sofisticado de los sonidos de
sintetizador, explorando eficazmente lo melodico a la par que va explorando
vericuetos de virtuosismo. El lado mas relajado de la refinada vision
musical de van der Linden esta encarnado de manera muy efectiva en
‘Confrontation’ y ‘Back Home’ (que deliciosos son esos juegos de acordes en
clavicordio dentro de un contexto progresivo), asi como en ‘Doubts’,
‘Surrender’ y ‘Conclusion’, las cuales apuntan hacia lo solemne con una
fastuosidad mesurada. Una mencion especial debe ir para ‘Meditation’, que
EMHO es la mas bella pieza del disco: sencilla, bien articulada, con un
esplendor muy bien cuidado en la instrumentacion.
Dado que el repertorio de “The White Ladies” esta armado en una ilacion
exitosamente cohesiva, creo que la mejor manera de disfrutar y entender este
disco es como una totalidad integra. Tal como dije, no tiene la fuerza de
los otros trabajos de Trace, pero sigue funcionando como un eficaz boton de
muestra del arte refinado de van der Linden.
Cesar Mendoza
[Dedico esta reseña a la figura del maestro Rick van der Linden]
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