Temas
- 1st Movement (6:48)
- 2nd Movement (12:35)
- 3rd Movement (9:27)
- 4th Movement (11:59)
Integrantes
- Toby Driver: bajo, voz
- Jeremiah Cymerman: clarinete, efectos electrónicos
- Terran Olson: saxofón alto, sintetizador
- Daniel Means: saxofón alto
- Tim Byrnes: sintetizador, trompeta, corno francés
Colaboradores - David Bodie (percusión en 4), Mia Matsumiya (violín en 4),
Masami Tomihisa (piano en 4)
Tartar Lamb es uno de tantos proyectos en los que está involucrado Toby Driver,
uno de los músicos y compositores más osados de la escena experimental
estadounidense durante los últimos 15 años. Forjado en las canteras
post-metaleras de maudlin Of The Well y asentado como creativo principal de
Kayo Dot, su máximo propósito es el de instaurar masivos elementos de
vanguardia en el lenguaje del rock con el propósito de motivar emociones y
evocar sensaciones por vía de recursos desafiantemente abstractos. El caso de
este proyecto Tartar Lamb es el de crear senderos de abstracción que en otros
proyectos quedan como recursos colaterales o secundarios: es chamber-rock puro
y duro para este nuevo milenio. El primer disco de este proyecto, "Sixty
Metonymies" (2007), estaba basado en el dúo nuclear de Driver (como
guitarrista) y su sempiterna colega Mia Matsumiya al violín. Ahora, con este
disco de 2011 titulado "Polyimage Of Known Exits", Driver pasa a tocar el bajo
y se rodea de cuatro vientistas (dos de los cuales también tocan sintetizador),
mientras que Matsumiya se queda como colaboradora en el último tema.
"1st Movement" instala prestamente un aire de inquietud crepuscular que de
manera sostenida y calculada va virando hacia ambientes insoportablemente
tenebrosos, y a pesar de ello, intrigantemente magnéticos. Con una tendencia
minimalista propia de la banda sonora de Popol Vuh para la película
"Nosferatu", Driver y sus secuaces van armando un poderoso crescendo donde lo
oscuro revela un ilógico pero irrefrenable fulgor. "2nd Movement" emerge en un
continuo para ahondar la oscuridad reinante en nuevas profundidades de
espiritualidad funeraria y visceralidad siniestra. Las huellas macabras del
Univers Zero de "Heresie" y del Art Zoyd de "Phase One" se hacen notar
ampliamente en la visión de Driver, alimentada también del minimalismo
desafiantemente sombrío de clásicos del kraut como el "Zeit" de Tangerine Dream
y el legado de Kluster. A pesar de las diferencias bien delineadas entre los
pasajes donde los vientos elaboran florituras que llenan el ambiente y otros
más espartanos donde prevalece el jugar con los silencios, el desarrollo
temático se mantiene en una cohesión muy lograda. El momento de "3rd Movement"
empieza con una densidad menos pronunciada y una tensión más sutil, siendo así
que lo sombrío deja paso a lo melancólico: la serena belleza que destilan
varias líneas de saxo y clarinete del cuerpo central permiten al ensamble
explorar las facetas más líricas del concepto del presente álbum. A poco de
pasada la frontera del quinto minuto, la ambientación se vuelve más
extrovertida bajo el mando de los ornamentos armónicos del bajo. Esto sirve
para que los vientos proyecten vuelos alucinados, haciendo que la tensión
regrese cobijada bajo una enceguecedora luz de delirio emocional: la vía se
abre hacia la explosiva coda, marcada por una psicodelia que parece retratar el
vació espiritual que subyace a un mundo mecanizado hundido bajo las sombras de
la noche. El cuarto y último Movimiento (titulado, cómo no, "4th Movement")
ocupa un espacio de casi 12 minutos para completar la idea por vía de la
exploración de matices enriquecidos. En realidad, la pieza comienza con casi
cuatro minutos focalizados en una lánguida aura de abandono emocional en clara
herencia del Movimiento anterior. Luego, las cosas se resuelven de una forma
más serena y articulada cuando la batería instala una arquitectura definida y
el violín se explaya en exploraciones serenamente cálidas. La cadencia general
de esta sección que se prolonga hasta el final es de cariz jazzero, no muy
ágil, más bien con un talante meditativo que funciona muy bien a la hora de
conectarse con el ambiente que había prevalecido previamente: David Bodie
(quien también es baterista de Kayo Dot desde "Coyote") hace gala de un swing
delicado para este propósito. El violín de Mia, de hecho, cumple un rol muy
destacado dentro del bloque instrumental. El final de este movimiento y del
álbum se cumple sin dramatismos ni aspavientos: el crescendo y la compleción
del ambiente general se cumplen con una fluidez cuidadosamente natural.
Esto fue "Polyimage Of Known Exits", una demostración de ingenio y vitalidad
dentro de la vanguardia progresiva que tiene lugar dentro del siempre
sorprendente underground estadounidense contemporáneo: Toby Driver confirma por
enésima vez las grandes dimensiones de su talento creativo a la hora de
retorcer y desafiar las "reglas" del rock con una genuina intuición para el
peligro en el arte.
César Mendoza
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