Temas
- EinfŸhrung (4:53)
- Niño De Cobre (2:42)
- Tensiones (5:46)
- El Emisario (6:24)
- El Lenguaje Es Un Virus Del Espacio Exterior (8:33)
- Bajo Tierra (16:54)
- Satori (13:57)
Integrantes:
- Jupi Medvescig: guitarras
- Ramiro Orensaz: bajo
- Gonzalo Rey: sintetizadores analógicos, percusión
- Maru Valdez: batería, percusión
Colaborador - Pablo Puntoriero (flauta traversa y flautín en 3, saxo tenor en
6)
Tantra es el nombre de un ensamble instrumental argentino formado en Mar de
Plata en 2004 (la historia oficial cuenta que todo comenzó en un sótano), con
la misión de activar una potente dimensión de rock progresivo-psicodélico.
Tantra comienza a reunirse en 2004 en un sótano de Mar del Plata, sin otra idea
que hacer música, lo cual a primera vista parece una boludez, pero no es un
dato menor, basta con observar una fotografía del mundillo del rock, donde todo
parece diseñado para la tapa de una revista o el prime time de un noticiero del
mediodía. Editado a inicios de 2010 a partir de sesiones de grabación que
empezaron en junio de 2009 y terminaron en febrero de 2010, su disco debut
"Satori" ha sido bien recibido por la crítica y amantes del rock experimental
en redes internautas de su país así como internacionales. Entre el día de su
formación y la salida al mercado de este disco, el grupo mantuvo una actividad
importante de conciertos en escenarios de Mar del Plata, Buenos Aires y La
Plata (compartiendo escenarios muchas veces con Pez, Luzparís, El Festival de
los Viajes, Poseidótica, Fútbol, Honduras y otras numerosas bandas que apuestan
por experimentar al máximo con los múltiples códigos posibles del rock), además
de registrar un EP titulado "Horas" en algún momento del año 2006.
'EinfŸhrung' ocupa los primeros casi 5 minutos del disco, introduciéndolo (de
hecho, el título es la palabra 'Introducción' en alemán) con una envolvente
destilación de sonoridades cósmicas Eloy-Floydianas por todos sus poros, con
esas envolventes capas de teclado que sostienen el contenido viaje instrumental
en curso; acto seguido, la pieza engarzada 'Niño De Cobre' se encarga de
impulsar las primeras demostraciones de robustez del disco, ensamblando un jam
consistentemente confluyente con las huellas estilísticas de Hydria Spacefolk y
del Ozric Tentacles de los primeros 90s. 'Tensiones' se encarga de darle un
giro más grisáceo a la energía instalada por la pieza anterior: allí donde
'Niño De Cobre' era ágil y entusiasta, 'Tensiones' es contemplativo,
estableciendo una polenta rockera moderadamente densa sobre la base de una
cadencia rítmicamente sobria: algo así como una idea perdida del Amon DŸŸl II
de la etapa "Yeti" retomada por el Eloy de la etapa "Inside"-"Floating". Los
constantes fraseos de la guitarra solista (entre gilmouriana y hillageana)
mantienen un aura blues-psicodélica muy oportuna a la hora de ofrecer un
creativo contraste frente a la bien amalgamada dinámica establecida entre
Valdez y Orensaz; a la hora de insertarse algunas intervenciones de flauta, la
cosa se siente muy natural. 'El Emisario' aborda un viaje musical potente que
retoma parte de la energía ya mostrada en 'Niño De Cobre', permitiendo al
ensamble mostrarse de forma particularmente extrovertida, lo cual repercute en
crear un pico dentro del repertorio. El compás de 7/8 en los primeros 4 BD
minutos ayuda crucialmente a motivar recursos de sofisticación progresiva al
asunto (un poco a lo Gong), así como a potenciar ciertas cadencias
jazz-rockeras en la dupla rítmica, todo ello mientras los fraseos de la
guitarra y los matices varios de los sintetizadores refuerzan y enriquecen las
tonalidades inherente cósmicas de las ideas musicales que se van proyectando en
el camino. En una segunda sección, la banda opera con un vigor frontal a lo
Hawkwind-con-Hydria Spacefolk sobre un compás de 4/4, gestando un jam que se
siente demasiado corto una vez que concluye. Después de esta estupenda aventura
psicodélica que ocupó un espacio de seis minutos y pico que dura la pieza, la
misión de 'El Lenguaje Es Un Virus Del Espacio Exterior' consiste en mantener
el momentum, y lo hace instalando una síntesis entre la cadencia reflexiva de
'Tensiones' (en un 60%) y la sofisticación estilizada de 'El Emisario' (en un
40%), haciendo que la pieza opere como una mirada hacia el interior más
esencial de su propia visión musical. Cabe destacar el rol más destacado que
tienen los sintetizadores en la maduración y desarrollo del motivo central, en
comparación con los temas precedentes, en consonancia con el protagonismo menos
notorio de la guitarra.
Poco más de 28 minutos han pasado desde que comenzó el disco y aún queda poco
más de media hora para que acabe: en este momento cuando Tantra ha puesto todas
sus cartas sónicas sobre la mesa, le falta emprender sendos viajes extensos a
través de 'Bajo Tierra' y la pieza homónima, respectivamente. Estas dos
ocasiones musicales son vitales para que el grupo se disponga a poner toda la
carne en el asador a la hora de inspirar imágenes y sensaciones electrizantes
en el oyente por vía de proyecciones instrumentales de largo aliento. 'Bajo
Tierra' comienza con un prólogo frontalmente lisérgico, fuertemente inspirado
en la onda acid-folk de la tradición kraut (incluyendo florituras de flauta y
golpes percusivos exóticos), virando pronto hacia un cuerpo central bastante
muscular donde la potencia rockera se hermana fluidamente con cadencias
rítmicas de raigambre funky. Poco antes de llegar a la barrera del séptimo
minuto y medio, llegamos a un jam más reflexivo, tan floydiano como
reminiscente del Ozric Tentacles pre-90ero, sin por ello perder una pieza del
vigor propiamente contemporáneo que Tantra exhibe tan creativa y solventemente.
Un tercer jam regresa a la polenta del primero, potenciándola en lo que parece
que será un clímax relevante para la pieza en sí, especialmente en lo que se
refiere a las dosis aumentadas de musculatura y nervio en la dupla rítmica: no
dura mucho, pero impacta profundamente en la estructura general del tema, pues
lo que concluye la pieza es un reprise del motivo acid-folk inicial, al modo de
un ritual que invoca al reposo después de la llamarada final. 'Satori' replica
esta actitud de ambición estilística, volviendo a las influencias de Gong y
Hawkwind sin perder el pulso propio. Apelando a una expresión un poco más
controlada de la fuerza rockera en aras de fortalecer las atmósferas emergidas
de la interacción entre los instrumentistas, la pieza se enfila en su primera
sección por una intensidad bárbara, inocultable, cada vez más patente mientras
aumenta el frenesí rítmico durante la expansión de la primera sección. El
momento de la segunda sección comienza con un pasaje de engañosa languidez que
en realidad es una preparación emocional para un estimulante ejercicio de
proyección psicodélica donde las estructuras sonoras exhiben formas más
intrépidas y libres. Una vez concluida esta electrizante erupción de lava
lisérgica, el grupo se dispone a tomarse su tiempo para armar una despedida
contemplativa donde la psicodelia reinante se arrope bajo su faceta más
introspectiva, una vibración tan inquieta como relajante. Así termina "Satori",
un disco que pone oficialmente a Tantra en un lugar dominante dentro de la
actual vanguardia rockera argentina.
César Mendoza
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