Temas
- Ansiedad
- Círculos Concéntricos
- Mundos Paralelos
- Siete Pulsos
- El Castillo
- Metamorfosis
- Dos Dimensiones
- Insomnia
- Marquesinas
- Nova Lisboa [nueva versión]
Integrantes
- Luis Colucci: bajos, sintetizadores
- Eduardo Ferreira: guitarras eléctricas y acústicas
- Damián Lois: flauta, teclados y bongó en 6
- Ignacio Martínez: batería, percusión
Colaboradora – Florencia Genera (cello en 10)
El cuarteto instrumental argentino Tánger sigue en su punto. A dos años de
lanzado su álbum precedente “Ciudad”, ahora en la antesala de la mitad del año
2008 nos ofrece “Mundos Paralelos”. Siempre de la mano de la creatividad
compositiva de Luis Colucci y los aportes del ensamble en los arreglos, Tánger
sigue estableciendo una evolución sostenida en la generación de mayores niveles
de robustez expresiva y colorido musical a la par que conserva intacto su
esquema esencial, un esquema sólidamente instaurado desde su disco debut (hace
ya casi una década de eso). Esto de la robustez puede no ser tan evidente con
las primeras escuchas debido a que los pasajes relajados y/o meditativos son
más numerosos en este repertorio que en los que conformaban los álbumes
precedentes, pero las interacciones entre los músicos y la amalgama general sí
muestran una cohesión más completa que nunca antes, y ello es un indicio
particular de energía sonora.
Unas cortinas de teclado, acompañadas por adornos percusivos a través de sus
climas sobriamente sombríos, dan inicio al impresionante tema de entrada
‘Ansiedad’. Por el guitarreo, los colores saltarines de la flauta y el
dinamismo específicamente definido de la dupla rítmica, no cabe duda que
tenemos aquí una muestra de la esencia tópica de Tánger: pero también se nota
una dosis de explícito candor en el desarrollo instrumental que tiene lugar, un
indicio patente de la robustez incrementada que se mencionó en el primer
párrafo. El solo de guitarra desarrollado a lo largo de todo el cuarto minuto
es simplemente estupendo. ‘Círculos Concéntricos’ se enfoca en la faceta más
juguetona de la banda, manifestando vivacidad en su más pura expresión en un
espacio un poco menor de 4 minutos: la base melódica está bien aprovechada,
pero en lo personal no me hubiese importado que esta pieza en particular
hubiese gozado de un poco más de tiempo, pues la magia grácil de los coquetos
dibujos trazados por la flauta y las ocasionales alusiones al Crimson ochentero
vertidas por la guitarra hacen que el tiempo de la pieza pasen como volando.
‘Mundos Paralelos’ cambia de registro hacia ambientes más solemnes, basados
principalmente en los sobrios fraseos de flauta y la bien estructurada base
rítmica: el tenor general de la pieza tiene un acento inconfundiblemente
criollo, lo cual, mezclado con la garra controlada de algunas partes de
guitarra, crea un ambiente especial. El aura ensoñadora de esta pieza me hace
desear, una vez más, que fuese un poco más larga que lo registrado en el disco.
El aire fusionesco criollo que ya se había redondeado bien en el tema homónimo
se reitera en ‘Siete Pulsos’, aunque esta vez la cosa se pone un poco más
extrovertida y sofisticada merced a las variaciones de ambiente y motivo que
tienen lugar en el interludio: las alusiones a Jethro Tull y Focus no se harán
esperar en la mente del oyente atento, pero a estas alturas ya nos damos cuenta
de lo que es Tánger en sí mismo en tanto ensamble. ‘El Castillo’, construido
sobre un tempo de 9/8, añade una delicada tensión a la atmósfera general del
disco con sus extrañas (aunque delicadamente armadas) progresiones de acordes -
las capas sobregrabadas de flauta ayudan a preservar el lirismo en algunos
momentos en los cuales prevalece una mayor sutileza general de parte del
ensamble. ‘Metamorfosis’ es un medio tiempo jazz-rock donde la guitarra se
despacha a su gusto en un solo texturial y rico en evocaciones emotivas: Damián
Lois se encarga de los teclados y el bongó en este tema. La base Latin-jazz de
la pieza es evidente, con algo de las atmósferas del Weather Report más
intimista como fuente de influencia. El ambiente criollo vuelve a imponerse en
‘Dos Dimensiones’, esta vez con un espíritu más ligero y una arquitectura más
férreamente definida. ‘Insomnia’ es un rock muy a lo Tánger en su faceta
tulliana: la dosis conveniente de sofisticación progresiva y un cuidado
especial permiten generar agilidad y mantenerla en una constante equilibrada,
más algunos toques de jazz que dan polenta a ciertos adornos. ‘Marquesinas’
también permanece en la prioridad de los linderos más rockeros del grupo:
compás de 5/4, florituras impresionantes a cargo del flautista, un solo casi
frippiano de guitarra, cortinas de teclado que añaden sutileza al bloque sonoro
general,… todo un paraíso para el melómano progresivo. Una nueva versión de
‘Nova Lisboa’ (original del disco debut), con una mayor acentuación crimsoniana
y un arreglo más pulido, cierra el disco con una muy oportuna calidez.
Tánger ofrece una propuesta musical abierta a la expresión de ideas y emociones
de manera muy lúcida a través del arte del ruido: con cada nuevo disco, el
grupo ha logrado incorporar ideas nuevas para reforzar las que han estado
madurándose durante toda su trayectoria. Este camino de ascenso hacia un
creciente vigor sonoro se sigue cumpliendo con “Mundos Perdidos”, uno de los
discos más hermosos de la vanguardia progresiva latinoamericana para este 2008.
César Mendoza
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