Temas
- Intro / Please Don’t Touch
- Racing in A.
- Ace of Wands
- Narnia
- Optigan / A Tower Struck Down / Spectral Mornings
- Acoustic Session
- Shadow of the Hierophant / Clocks – Angel of Mons
Bonus tracks:
- Carry on up the Vicarage
- Introduction of band members
- Star of Sirius
Steve Hackett: guitarras solistas y clásica, optigan, voz, coros
Colaboradores – John Hackett (flauta, guitarra segunda, pedales bajos), Johm
Shearer (batería, percusión), Nick Magnus (teclados), Pete Hicks (voz), Dick
Cadbury (bajo, voz, coros)
Repitiendo el título del tercer disco de estudio, “Spectral Mornings” es el
DVD de Steve Hackett editado por Studio Hamburg y Radio Bremen a fines del
año 2005. Este documento nos remonta a aquellos añejos tiempos de la segunda
mitad de los 70s, cuando el notable guitarrista estaba forjando su propio
sendero progresivo tras su aun entonces reciente partida de las filas de
Genesis: de hecho, ésta es la quinta actuación en vivo de Hackett, y desde
ya sorprende la solidez de su idea sobre lo que quería transmitir en el
escenario y lo que quería de un grupo bajo su mando. El show en cuestión fue
grabado en el estudio Musikladen en noviembre de 1978, y duraba
originalmente unos 70 minutos en total; dado que el programa de Radio Bremen
estaba formateado para una duración poco menor de una hora, se debió omitir
un par de piezas, pero, afortunadamente, la tecnología digital ha
incorporado dichos temas omitidos como bonus tracks. Habiendo sacado al
mercado su segundo disco “Please Don’t Touch”, recién pudo terminar de
convocar a un grupo de apoyo permanente para perpetrar sus primeras
aventuras sobre los escenarios. Por otra parte, siendo como es un creador
inquieto, no es de extrañar que ya existieran ítems del repertorio que
conformaría el futuro tercer disco “Spectral Mornings”. De hecho, esta pieza
homónima ,emblemática dentro de la tradición hackettiana, así como el
robusto ‘Clocks – Angel of Mons’, reflejan un carácter completo. La imagen
no tiene la nitidez que se suele esperar de los documentos visuales de
nuestros tiempos, pero se nota que la casa productora se ha esforzado por
mantener un nivel lo más satisfactorio posible en cuanto al brillo y
contraste de los colores; aunque queda el resaltado de los tonos dorados, la
cosa está, a fin de cuentas, más que aceptable en este aspecto. Además,
Hackett se siente muy suelto, tanto al pararse en el escenario como a la
hora de establecer una fluida comunicación con el público.
El show de por sí es un muestrario adecuado del derroche de energía, buenas
vibraciones y exquisitez performativa que tenía lugar de forma sistemática
en los conciertos normales de Hackett y Cía. – la camaradería y
compenetración entre los músicos resulta bien afiatada, y el público sabe
responder al estímulo musical con entusiasmo (medido de acuerdo a la
idiosincrasia germánica), especialmente tras la ejecución de ‘Ace of Wands’,
‘Star of Sirius’, la sesión de guitarra clásica [el cual incluye pasajes del
‘Etude en La Menor’ y ‘Blood on the Rooftops’, además de ‘Horizons’ y, en
dupla con su hermano John, ‘Kim’] y el extenso medley de ‘Shadow of the
Hierophant’ y ‘Clocks’. Este último ocupa el último cuarto de hora del show,
llevando al público empático a un genuino goce climático (y de paso, al
televidente). De todas maneras me gustaría destacar dos elementos
particulares dentro del ensamble de apoyo de Hackett. El primero es el
baterista John Shearer, quien sabe enriquecer su propia sensibilidad rockera
oportunamente a fin de amoldarse dentro del variopinto mundo progresivo del
líder; mención especial para su bravata en la orgía percusiva final de
‘Clocks – Angel of Mons’, y su grito de éxtasis ante el clímax grupal. El
segundo es Nick Magnus, quien complementa la labor de Hackett con su buen
gusto a la hora de elaborar su cortinas de mellotron y sus armonías de piano
eléctrico RMI y sintetizador. Por supuesto, la estrella del show es Steve
Hackett, quien en este punto de su carrera ya está empezando a desarrollar
su propio dominio escénico. También sabe poner una cuota de humor cuando
introduce al Optigan como un amigo mecánico (“en estos días, algunos de mis
mejores amigos son máquinas”), y también cuando presenta el homenaje
satírico a Agatha Christie ‘Carry on up the Vicarage’ – pero claro, el humor
se va y entra en juego la solemnidad cuando la banda ejecuta la secuencia
hilada de ‘A Tower Struck Down’ (hora de jugar con pulsiones sombrías) y
‘Spectral Mornings’ (hora de romanticismo etéreo).
Las ejecuciones de ‘Racing in A.’ y ‘Ace of Wands’ contienen ciertas
variaciones respecto a las versiones oficiales: la parte final de ‘Ace’ es
empleada como coda de ‘Racing in A.’, mientras que ‘Ace of Wands’ en sí se
concentra en su primera parte, hasta llegar a un jam onírico pautado sobre
un compás lento a 3/4. EMHO, la banda nunca pierde el momentum que crean con
los vuelos lisérgicos de la introducción y el despliegue de energía
sicodélica de ‘Please Don’t Touch’, una pieza emblemática de Hackett donde
los haya. La antes mencionada dupla de ‘Shadow of the Hierophant’ (con el
bajista Dick Cadbury fungiendo de “falso soprano”) y ‘Clocks’ conforma un
oportuno cierre para un excelente show: es impresionante la cantidad de
momentos musicales mágicos que atesora el pasado de Steve Hackett, y
ciertamente, esta performance de Radio Bremen es un ítem bastante
recomendable para los aficionados a la buena música progresiva.
César Mendoza
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