Temas
- The Mask (7:14)
- Destroy The Signal (3:24)
- Amanecer (5:41)
- Interludio (1:33)
- Ahora (6:20)
- Con Los Ojos Abiertos (19:53)
Rodrigo San Martín: guitarras eléctricas, acústica y lap steel, mellotron,
órgano Hammond, sintetizadores Moog y Arp Pro Soloist, piano, vibráfono, pads,
atmósferas, arreglos orquestales, coros
Colaboradores - Ludmila Clemente (batería, coros), Serj López (bajo, coros),
Fernando Refay (teclados), Jelena Perisic (voz en 1 y 6), Craig Kerley (voz en
2), Tamara Szych (voz en 3 y 5)
Rodrigo San Martín es un músico argentino con una iniciativa bastante
entusiasta en esto de hacer rock progresivo en la escena de su país=85 y no es
precisamente un novato en estos menesteres. Nacido en 1988 y gozando de un
aprendizaje formal en música, él tiene ya una nutrida trayectoria en su CV como
miembro de grupos como De Rien y Souls Ignite, además de asociarse en el
proyecto Vanished From Earth con Fernando Refay (otro entusiasta músico solista
de la avanzada prog argentina actual), y tener también una discografía solista.
"Eyes" es el título del tercer trabajo de San Martín, lanzado al público por
vía de Soundcloud
(http://soundcloud.com/sanmartinphase7/sets/rodrigo-san-mart-n-eyes-2012/) a
inicios de 2012. Sucesor de "There"s No Way Out", el cual fue editado en
noviembre de 2010, "Eyes" sigue en buena medida la pista de éste, aunque cabe
destacar que en el nuevo disco, San Martín opta por matizar la energía rockera
en beneficio del realce de las ideas musicales insertas en cada pieza.
"The Mask", el primer tema, comienza con un sereno motivo de piano a todas
luces diseñado para transmitir una melancolía contemplativa. Cuando el piano
empieza a elaborar estilizadas de florituras tendencia barroca, se anticipa así
lo que pronto devendrá en una sacudida fastuosa portadora de una intensidad
afín al estándar del prog-metal. El esquema sonoro se sitúa al modo de un
híbrido de Dream Theater y Vanden Plas, antes de que la nostalgia regrese para
el cierre, esta vez con la guitarra a cargo de fundamentar la base armónica y
dirigir el clímax conclusivo. "Destroy The Signal" baja un poco el nivel de
sofisticación para ponernos dentro de un ámbito de vertiente neo, matizado con
adornos prog-metaleros estratégicamente situados en los intermedios
instrumentales: esta canción bien puede definirse como una cruza de Galahad y
Landmarq remodelada con ropajes DT-eros de la etapa 2007-09. "Amanecer" y
"Ahora" ahondan en buena medida por esta línea de trabajo, explorando vías para
capitalizar el colorido propio de sus bases melódicas a fin de aprovechar sus
respectivos espacios de expansión musical. El predominio del factor neo es más
notorio (sin que desaparezca el vigor rockero en las secciones más filudas),
así como el deseo de San Martín de desarrollar el esquema lírico de las líneas
temáticas en curso con mayor fruición, lo cual se traduce en un muy buen
aprovechamiento de los lapsos temporales asignados a cada una de estas dos
piezas. En el caso particular de "Ahora", se hacen notar ciertas afinidades con
los estándares de Quidam y Magenta. En medio de ambas piezas, "Interludio"
brinda un momento de claro sosiego por vía de un delicado dueto de guitarras
acústica y eléctrica, acicalado con gentiles capas de mellotron.
"Con Los Ojos Abiertos", pieza que dura poco menos de 20 minutos, culmina la
experiencia de "Eyes". La pieza comienza con un tenor muy a lo Pink
Floyd-con-Genesis, un lirismo etéreo sazonado con flotantes atmósferas
psicodélicas, todo ello manejado con suficiente delicadeza como para que
Jelena Peresic cuente con campo de expresión para exponer los matices más
evocativos de su canto. Alrededor de la frontera de los 5"30", emerge una
sección donde la pieza vira hacia una vibración un poco más agresiva, a medio
camino entre el sinfonismo clásico y el neo en clave cuasi-hard. De esta
manera, se abre una puerta hacia variaciones temáticas llenas de magnificencia
donde el ensamble vuelve a coquetear con el prog-metal melódico estandarizado
por el primer DT y Vanden Plas, así como con variantes más atmosféricas de
experimentación progresiva. Hay una interesante y atrapante narrativa implícita
en toda esta secuencia, la cual continúa transitando fluidamente entre pasajes
agresivos y serenos en el largo camino hacia el último estribillo, donde se
estructura el ceremonioso clímax final, situado entre lo Genesiano y lo
Cameliano con matices modernos. De hecho, nos parece que el estupendo solo de
guitarra con que se corona dicho clímax pudo y debió ser un poco más extenso,
como para sacarle más el jugo al luminoso esplendor sonoro que se estaba
exhibiendo, pero en fin, las cosas también resultan bien tal como están. Se
concluye aquí la experiencia de "Eyes", una experiencia que nos confirma a
Rodrigo San Martín como un referente importante para entender el progresivo
sinfónico moderno que se practica hoy en día en tierras sudamericanas. Vale
auténticamente la pena prestar verdadera atención a lo que nos ha venido
ofreciendo el Sr. San Martín en estos últimos años.
César Mendoza
César Mendoza
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