Temas
- Pasión y Crimen
- Fat Dreams
- Fantasmas
- Balada de los Antartes
- Catéter
- Aceitunas
- Supertwister
- Rhayader
- Rhayader Goes to Town
Integrantes
- Ricardo Luna: flauta, whistle
- Andrés Bonelli: teclados
- Ricardo Encinas: bajo
- Gustavo González: batería
Colaboradores – Gustavo Mari, Ricardo Mari, Carlos Renati
Rockaphonica es un combo argentino liderado por el flautista Ricardo Luna,
el cual cultiva un progresivo sinfónico bien enfocado sobre las melodías
claramente definidas, los ambientes amables y medidos juegos de expansiones
sobre estructuras rítmicas no excesivamente complejas. El nivel de
inspiración en las ideas melódicas y la manera tan bien afiatada en la que
opera el ensamble conforman, a mi modo de ver, las mejores cualidades de la
oferta musical de Rockaphonica. Sus principales influencias están en Camel
(de hecho, las tres últimas piezas de este repertorio son sendos covers de
esta banda), Solaris, y el Lito Vitale de los 90s. El carácter lírico y
pulcro del estilo flautero de Luna marca de manera decisiva el modus
operandi del grupo en bloque: de hecho, los ornamentos y solos de teclado a
cargo de Bonelli sirven principalmente para realzar la función directriz de
la flauta. Luna es el autor de todos los temas, excepto del no. 2, de
autoría de Bonelli, y por supuesto, de los covers de Camel. Este disco fue
grabado entre fines del 2004 e inicios del 2005, pero recién ahora, a
mediados del 2006, pudo encarnarse en un ítem propiamente editado, a través
de Viajero Inmóvil [www.viajeroinmovil.com].
El disco comienza con ‘Crimen y Pasión’, un tema cargado con bastante
polenta y que porta un gancho inapelable para el oyente empático. Luego
sigue un tema más relajado, ‘Fat Dreams’, apoyado sobre un dócil compás de
tres cuartos; en lo personal encuentro el sello de lo tanguero en esta
pieza, y es en este aspecto que me recuerda, al menos en parte, a la faceta
más introspectiva de sus coetáneos compatriotas de Tánger. ‘Fantasmas’
brinda un regreso a la polenta, aunque no con la misma dosis de ‘Crimen y
Pasión’: esta vez se siente más marcadamente bucólico, lo cual posiblemente
se deba a la combinación de elementos célticos y tangueros en las
majestuosas líneas de flauta. El elegante solo de sintetizador que surge a
partir del minuto y medio es todo un tributo a la figura de Pete Bardens –
éste es, ciertamente, mi tema absolutamente favorito de todo el disco.
Algunas capas de sintetizador ofrecen unas alusiones tétricas al título de
esta pieza, muy matizadas, eso sí, a fin de cuadrar con el lirismo
estilizado que practica la banda. ‘Balada de los Antartes’ es el tema más
largo del disco, pasando los 8 minutos de extensión. Apoyado sobre un compás
de tres cuartos, Rockaphonica explora aquí su lado más bombástico, hasta
niveles que ellos mismos se permiten. El solo a cargo de un guitarrista
invitado ayuda a la pieza a mantener el momentum en una situación crucial
del mismo: en todo caso, lamento que el clímax de la coda final no haya sido
resuelto de una manera más contundente y expansiva, pero en líneas
generales, también tenemos aquí uno de los picos del disco. ‘Catéter’ nos
devuelve a un ambiente similar al de ‘Fantasmas’, pero esta vez con una
amabilidad más pronunciada, y con algunos guiños a Jethro Tull que salen a
relucir. En fin, ‘Aceitunas’ es una aventura céltica que no hubiera
estorbado en un disco de JT de fines de los 70s ni en el ‘QE2’ de Oldfield:
un final simpático para la ilación del repertorio propio de la banda. Los
tres temas de Camel son tocados a modo de simple tributo, sin intención de
añadir matices extraordinariamente novedosos respecto a los originales.
En fin, para todos aquellos amantes acérrimos del sinfonismo estandarizado
(que son muchos en la comunidad internacional de prog-fans) que siguen
queriendo más y más, “Fuera de Tiempo” de Rockaphonica es una buena
alternativa de disfrute para este año 2006.
César Mendoza
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