Temas
- L’Ethique [Part 1]
- Dedicated to K. C.
- Melodic Simple Transition
- Belfast
- L’Ethique [Part 2]
- The Western Wail [Part 1]
- L’Ethique [Part 3]
- The Western Wail [Part 2]
- L’Ethique [Part 4]
- Southbound
Richard Pinhas: guitarras, sintetizadores, secuenciador
Colaboradores – Francois Auger (bateria en 10), Bernard Paganotti (bajo en
2, 4 y 8), Clement Bailly (bateria en 2, 4, 6 y 7), J. Phillipe Goude
(sintetizador y percusion en 1, 5 y 7), Georges Grunblatt (sintetizador en
8), Patrick Gauthioer (sintetizador y bajo en 2, 6 y 10), Gilles Deleuze
(voces en 1 y 7)
Richard Pinhas, el artifice de ese alucinado proyecto de rock experimental
llamado Heldon, asume este nuevo trabajo como una labor genuinamente
solista, a pesar que la estructura de la instrumentacion es la misma que en
los discos de Heldon (Pinhas se desdobla en riffs, texturas y reciclajes
electronicos de guitarra y sintetizador con acompañantes que se van
turnando), y que la linea estilistica es tambien igual – actitud
agresivamente filuda en las partes de guitarra, amplia apertura hacia los
recursos electronicos, juegos de disonancias y contrapuntos, todo aquello
que en su momento la prensa musical calicifico como “cyber-punk”, una
etiqueta un poco extraña, pues no alcanza a designar las ambiciones
musicales de alto vuelo que Pinhas y Heldon siempre han encarnado con plena
conviccion.
En este disco Pinhas nos ofrece un sonido que en varios momentos tiene
muchos paralelos con la vanguardia tecno-pop que en ese momento invadia a
Europa y el Reino Unido, mas no asimilandose a su faceta melodica y
pegadiza, sino a los juegos de secuencias hipnoticas que tambien nos
recuerdan a la faceta mas cibernetica del krautrock. El tema de entrada y
‘Melodic Simple Transition’ son oportunos botones de muestra de este enfoque
musical: pasajes hipnoticos, muy maquinistas pero no exentos de candor y
gancho, con algunas ocasionales texturas de guitarra que aparecen a modo de
retazos de color que se integran en el paisaje sonoro creado por los
sintetizadores, hasta terminar disolviendose en el. Tambien tenemos aqui
otras piezas mas visceralmente rockera, con una alta dosis de crimsonismo
ochentero – un ejemplo es el segundo tema, precisamente titulado ‘Dedicated
to K. C.’, el mismo que ofrece una serie de sucesivos motivos musicales
recreados bajo la ideologia crimsoniana con una furia electrica que explota
sin desbordarse, un fuego cuyas llamas brillan con incandescente fulgor pero
sin salirse de los cauces naturales de la hoguera, siempre manteniendo el
sentido del orden fundado en la base ritmica y las secuencias de acordes de
los riffs que laten en la base. La furia crimsoniana habra de regresar
posteriormente en la neurotica pieza de cierre: ‘Southbound’ es una clausura
verdaderamente contundente, donde la bateria de un inspiradisimo Auger
compite altivamente con la guitarra de Pinhas por la obtencion del
protagonismo dentro de este visceral escenario sonoro.
‘Belfast’ encarna una fusion entre la linea tecno y la onda de los
soundscapes frescos y espartanos que Fripp empezo a cultivar a fines de los
70s justo antes de la resurreccion ochentera de KC: esta mezcla entre lo
robotico y lo fantasmalmente etereo retrata muy bien algo que solo pueden
conocer los que por tanto tiempo han padecido los horrores, tensiones y
paranoias de la guerra civil urbana que por años interminables ha azotado a
la poblacion civil de ambas Irlandas. La segunda parte de ‘L’Ethique’ surge
para devolvernos algo del candor contagioso inicial, un candor que se
prolonga con la primera parte de ‘The Western Weil’, que consiste
basicamente en un trabajo de incidencia en un motivo melodico sencillo, de
corte oriental, trabajado bajo una pauta tecno-pop estilizada, a la cual la
bateria le añade algunos toques de jazz-pop. Mas bien la segunda parte nos
retrotrae al Kraftwerk y Tangerine Dream de mitad de los 70s. Sus cuatro
minutos y medio de duracion se nos hacen cortos, pues su poder hipnotico es
arrebatadoramente envolvente – tal vez el pasaje tecno mas logrado del
disco, como una procesion de ovejas languidas que se arrastra frente al
campo visual de un androide atrapado por el sueño.
En suma, este trabajo es muy interesante desde el punto de vista progresivo,
pues exhibe una labor creativa que sabe absorber las ideas modernas de una
epoca que ya se nos hace un tanto distante, ideas que no son copiadas en su
formato exterior, sino que son elevadas en su esencia hacia una proyeccion
artistica con altas pretensiones.
Cesar Mendoza
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