Temas
- Prologo
- Un Villaggio, un’Illusione
- Realta
- Immagini Sfuocate
- Il Ciego
- Dialogo
- Verso la Locanda
- Sogno, Risveglio e...
Integrantes
- Massimo Roselli: pianos, organo, mellotron, moog, espineta, coros
- Giorgio Giorgi: voz, flauta, octavino
- Raimondo Cocco: voz, guitarra electrica, clasica y de 12 cuerdas,
clarinete
- Donald Lax: violin clasico y electrico
- Romualdo Coletta: bajo
- Patrick Fraina: bateria, percusion, coros
El disco debut del sexteto italiano Quella Vecchia Locanda merece ser
considerado como uno de los tesoros mas valiosos de la tradicion prog
italiana de los añejos años 70s. Se trata de un trabajo bastante lleno de
energia electrizante y fuego apasionado, el mismo que proviene de las raices
rockeras y blueseras de la mayoria de los musicos integrantes; pero a pesar
de ello, el estilo grupal de QVL no puede calificarse como progresivo hard
(lo cual si resulta apropiado para combos tales como Museo Rosenbach,
Metamorfosi o Biglietto per l’Inferno). Bueno, es un hecho inapelable que
este ensamble puede rockear de manera contundente, algo de lo cual dan fe
los potentes riffs de guitarra, contundentes lineas de bajo y fieras
intervenciones de bateria que hacen acto destacada presencia en varios
lugares del repertorio. Pero si tomamos a este repertorio como un todo, uno
se puede percatar facilmente de que igual relevancia tiene la presencia de
los motivos barrocos y la sensibilidad intimista de corte mediterraneo
dentro del sonido global de QVL. El resultado final que se produce con esta
combinacion de fuego, luz diamantina y brisa permite a QVL emparentarse con
grupos tales como PFM y Murple (y acercarse tanto a JT como al lado mas
abiertamente melancolico del primer KC), aunque de ninguna manera resulta un
clon de estas dos bandas que acabo de poner como ejemplo. Las partes vocales
tambien forman una parte esencial dentro del grupo, aunque es cierto que las
letras no son realmente abundantes: el flautista y el guitarrista se
alternan inteligentemente de acuerdo a las exigencias especificas del
momento, segun las exigencias propias de sus diversos rangos y niveles de
potencia. El derroche de inteligencia artistica desplegado en los dialogos
entre los musicos a traves de los diversos pasajes de cada tema es tal vez
la virtud mas descollante de “Quella Vecchia Locanda”.
Un instrumento que destaca con luz propia dentro del ensamble instrumental
es el violin, tocado por el norteamericano Donald Lax: a pesar de ser el
ultimo musico en integrar el grupo, su presencia resulta relevante, no
reduciendo su instrumento a un mero ingrediente añadido “a ultima hora”,
sino convirtiendolo en un medium para reconstruir las composiciones con un
toque de distincion que permite a estas levantar el vuelo pretencioso que
tan tipicamente viene exigido por la esencia comun del prog sinfonico. Esto
viene reflejado de manera muy evidente y existosa en los dos primeros temas
del disco, excitantes y sofisticados a la vez, apropiados para causar un
impacto hipnotico en el oyente: tambien escucharemos mucho de esto en los
temas 5, 6 y 7. En verdad, es increible lo bien que se acoplan esas
introducciones e interludios barrocos de la mano de Lax, asi como el modo en
que sus armonias se acoplan a las partes de guitarra y teclado, sin que por
ello el filo rockero del grupo se pierda en lo mas minimo. ‘Realta’, por su
parte, expone el lado mas lirico del grupo, siendo asi que la guitarra
clasica y la flauta pasan a ser los protagonistas del ensamble instrumental.
Las siguientes cuatro piezas se agrupan en sendos dipticos, los mismos que
se convierten en manifiestos de las ambiciones artisticas mas pretenciosas
del grupo, dejando un cierto campo abierto para el lucimiento de cada musico
a lo largo del desarrollo de los motivos melodicos y armonicos formalmente
compuestos: imagino que las limitaciones del formato de vinilo no permitio
al sexteto expandirse mas alla de lo que aparece editado en esta grabacion,
pues es cierto que el asunto daba para mucho mas, especialmente en lo que se
refiere a las partes dedicadas a los jams y las improvisaciones
individuales. El diptico conformado por ‘Dialogo’ y ‘Verso la Locanda’ es
EMHO lo mejor del disco. La hora del cierre viene con el hermoso nocturno
‘Sogno, Risveglio e...’, el cual viene apoyado sobre hermosos acordes piano
complementados por etereas cortinas de violin y mellotron: el ambiente de
ensoñacion aludido en el titulo esta muy bien logrado en esta conmovedora
pieza.
Dado el hecho de que este disco no logra transmitir al 100 % la fineza
potencial de QVL, debo reconocer que en cuanto al balance general, prefiero
su segundo disco “Il Tempo della Gioia”. Pero lejos de querer orientarme
hacia un desmerecimiento de este disco en particular, muy por el contrario
termino repitiendo que “Quella Vecchia Locanda” constituye un estupendo
tesoro del prog italiano.
Cesar Mendoza
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