Temas
- Ramoniana
- Aquartha
- Velha Gravura
- Tempestade
- Madrugada
- Toccata
- Carceres [bonus track]
- Elegia [bonus track]
Integrantes
- Elisa Wiermann: teclados
- Jones Junior: guitarras, viola
- Kleber Vogel: violines
- Claudio Dantas: bateria, percusion
- Marco Lauria: bajo
Colaboradores – Roberto Meyer (flauta y flautin en 1), Adauto Vilarinho
(oboe en 1)
El disco debut del grupo brasileño Quaterna Requiem es un muestrario de
piezas musicales bellas, bien armadas, y ejecutadas con exquisita fineza. La
huella de la vibracion melodica del Camel y el Genesis clasicos, junto a la
de la creatividad multicolor de grupos progresivos con abrumadores elementos
academicos (p.e., The Enid), se hacen presentes en el estilo de este
quinteto, que a su vez aparece alimentado por el fuerte peso academico que
la teclista insufla a sus composiciones (que conforman la mayoria del
repertorio), ademas de algunos toques tomados del folklore criollo
brasileño. A su vez, la influencia de esta banda se hace notar en trabajos
posteriores de otras bandas surgidas en el mismo pais (Tempus Fugit, Dogma,
Blezqi Zatsaz).
La primera pieza es acustica, llena de serenidad bucolica, remitente a los
colores amables del folklore criollo: la intervencion de las flautas es
crucial para recrear la belleza tradicional tan conmovedoramente evocadas
por las lineas melodicas creadas por el guitarrista, quien siempre maneja un
efectivo trabajo de base con sus acordes y rasgueos de guitarra clasica. Es
particularmente raro que un tema atipico dentro de la linea musical
predominante de Quaterna Requiem haya sido elegido para abrir el disco, pero
ciertamente su serena e ingenua belleza garantiza la atencion del oyente.
Mas bien es a partir del impresionante ‘Aquartha’ que la onda sinfonica del
grupo brota en su mas decisiva pureza. Este notable tema viene sucedido por
el tema homonimo y ‘Tempestade’, dos numeros que rebosan de elegancia y
finura: en medio de toda la parafernalia sinfonica creada principalmente por
los teclados y el violin, la seccion ritmica se las arregla para sazonar su
labor fundante con ciertos colores jazzeros, haciendo que las piezas
adquieran un dinamismo especial. Esta secuencia de los temas 2-4 conforman
en mi humilde opinion lo mas saltante de “Velha Gravura”. Con el extenso
nocturno “Madrugada”, el violin y la viola ocupan el rol central para
retratar sonicamente la calidez intimista del momento aludido en el titulo:
a pesar de su extension (10 minutos y medio), que puede parecer excesiva
para una pieza tan lenta, a mi me parece bastante efectiva en su languidez
melancolica.
El repertorio oficial concluye con “Toccata”, un numero hermoso que retoma y
realza las inquietudes barrocas que ya se habian establecido en los temas 3
y 4: a pesar de no ser tan esplendoro como estos, funciona como un efectivo
y coherente motivo de cierre. Mas efectivos me resultan los dos bonus
tracks, los cuales lamento que no sean mas extensos, pues las ideas
compositivas contenidas en ellos son tan atractivas que hubieran ameritado
un desarrollo mas concienzudo y una labor mas ambiciosa de arreglos. Pero
bueno, las cosas son como son, y las cosas de “Velha Gravura” estan bien
como estan, mas alla de algunos livianos reparos que yo pueda sugerir: al
fin y al cabo, retomando lo que señale al inicio de esta reseña, la belleza
y refinamiento vertidos en este disco lo convierten en un clasico del
progresivo latinoamericano de nuestros dias.
Cesar Mendoza
(Reseña dedicada a mi amigo Giancarlo Gianotti)
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