Temas
- Preludium (11:07)
- Mosaicos (4:33)
- Fantasia Urbana (11:54)
Suite "O Arquiteto"
- I - Bramante (4:49)
- Interludio - Pedra (2:22)
- II - Mansart (3:31)
- Interludio - Vidro (1:40)
- III - Frank Lloyd (7:34)
- Interludio - Madeira (2:42)
- IV - Gaudi (13:25)
- Interludio - Concreto (0:42)
- V - Niemeyer (5:36)
- VI - Desconstrusao (3:12)
- VII - Postludium (4:36)
Integrantes
- Elisa Wiermann: teclados
- Kléber Vogel: violín
- Roberto Crivano: guitarras, violao
- Jorge Matias: bajos
- Cláudio Dantas: batería, percusión
Quaterna Réquiem es una institución del movimiento progresivo brasileño
post-80ero, un ensamble que dejó grandes huellas en la avanzada de su país (y
del gran escenario sudamericano, en general) con dos discazos como son "Velha
Gravura" y "Quasimodo". Ahora, tras incontables años de letargos y demoras,
Quaterna Réquiem nos trae su nueva obra "O Arquiteto", una de las más notables
muestras de artesanía sonora dentro de la vertiente sinfónica para este año
2012. Las últimas cosas que sabíamos de este ensamble eran su CD en vivo de
1999 y un DVD en vivo de 2006, además de un disco a dúo de Elisa Wiermann y
Kléber Vogel de 2003 ("A Mao Livre"). Hablando del DVD en vivo, en él aparecen
anticipos de este disco, lo cual evidencia que la composición y el desarrollo
de los arreglos finales se han generado en un proceso bastante extenso: vayamos
ahora, paso por paso, a hacer un balance de los resultados concretos de "O
Arquiteto".
El disco comienza con el largo "Preludium", una exhibición en 11 minutos y pico
de la típica fastuosidad sinfónica marca de la casa. El delicioso trayecto
musical en curso empieza con una atmósfera solemne que elabora de a pocos un
ambiente cada vez más lleno, inspirado principalmente en la faceta
introspectiva de Camel (uno de los referentes más consistentes del ideario
musical de QR). A poco de pasada la barrera del sexto minuto y medio, la pieza
vira hacia una dimensión más luminosa, reminiscente en buena medida de la épica
composición "Velha Gravura" que ocupaba el centro del disco debut del mismo
nombre. Con "Mosaicos", el grupo navega por aguas introspectivas, apoyándose
principalmente en las escalas de piano y los delicadamente estilizados fraseos
de la guitarra acústica. Este momento de proyección contemplativa permite tomar
un descanso antes de recibir otra dosis de colorido sinfónico: "Fantasia
Urbana", un pletórico clímax del álbum que se extiende hasta casi los 12
minutos de duración. Este himno al paisaje citadino engloba cabalmente la
intensidad y magnificencia inherentes a la imagen paradigmática de la gran
ciudad, pero lejos de centrarse en la tensión y el peligro que también suelen
acompañar a dicho paradigma, el ensamble prefiere focalizarse en la
grandilocuencia. De este modo, se entiende cómo la armazón multi-temática de
"Fantasia Urbana" se complace en desarrollar su propia arquitectura sónica con
una compacta mezcla de fuerza expresiva y serena pulcritud. Éste es el QR de
siempre, el que nunca había abandonado nuestros recuerdos de la mejor música
progresiva que se había hecho en Sudamérica durante el revival 90ero.
El resto del disco está ocupado por la suite "O Arquiteto", siendo su primera
sección "Bramante", tema que comienza con un prólogo calmo y suavemente
grisáceo, hasta que, como un amanecer, emerge el cuerpo central desarrollando
un ágil motivo mayormente articulado sobre un compás de 6/8. El interludio
"Pedra" elabora un clima palaciego de inspiración renacentista sobre una
traviesa cadencia jazzera, antes de que "Mansart" se derive hacia plácidos
paisajes barrocos pletóricos de calidez pastoral (un poco como The Enid pero
con la etérea delicadeza de un Anthony Phillips). "Vidro" es un breve retazo de
alusiones cristalinas en base al teclado, mientras que la dupla de violín y el
bajo completa algunas bases armónicas; el terreno está preparado entonces para
el arribo de la mágica pieza "Frank Lloyd", una belleza envolvente que
sabiamente explota la recurrencia de un motivo central, teniendo a Camel y PFM
como influencias especiales a la hora de la creatividad. QR domina a la
perfección el arte de la exploración a fin de evitar la saturación gratuita.
"Madeira" aporta un cálidos aires y aromas folklóricos bajo la guía líder de la
guitarra acústica: los espacios llenados por el violín y el sintetizador más la
fluida sobriedad de la dupla rítmica en el manejo del compás de 15/9 completan
a la perfección la idea central de esta hermosa viñeta. Acto seguido, llega
acto seguido el momento de la pieza más larga del álbum - "Gaudi". Esta pieza
de casi 13 BD minutos de duración exhibe una nueva muestra del magnífico
ingenio melódico y fineza performativa que la banda sabe concretizar en sus
composiciones de largo aliento: las ilaciones y elaboraciones se integran en
una estupenda ingeniería donde cada nota y cada atmósfera se sostiene en su
lugar adecuado. Con el interludio "Concreto" y la sección "Niemeyer" tenemos
una secuencia que celebra principalmente el poder del ritmo para generar
genuina musicalidad desde sus pulsátiles vibraciones. El interludio es un breve
ejercicio de dinamismo tribal que finalmente cede paso a una dimensión
juguetonamente densa en la que la amalgama de piano y batería abre espacios
para la presencia de los demás instrumentos - un perfecto matrimonio de
preciosismo sinfónico (a lo ELP) y vigor jazzero (a lo Ponty). "Desconstrusao"
es justamente un ejercicio de deconstrucción de varios pasajes que se van
sucediendo en un arrojarse a una secuencia de pasajeras nubes musicales
(basados en estándares de Bach, Chopin, Debussy, Satie=85): de la mano de los
múltiples teclados de Elisa Wiermann, los motivos se engarzan y disuelven en un
collage de encuadres sonoros efímeros donde el flujo es lo único constante.
"Postludium" concluye la suite de una manera cautivadoramente hermosa: el bello
motivo manierista en 3/4 que sirve de base para la ulterior expansión melódica
hereda la magia Cameliano-Genesiana y la recicla con una vitalidad fresca que
intensifica la emotividad del momento de una manera brillante. !Excelente final
para un excelente álbum!
Hemos tenido que esperar muchísimos=85 demasiados años para volver a oír un
nuevo proyecto de Quaterna Réquiem, pero ahora que "O Arquiteto" es una
realidad patente, podemos asegurar que se trata de una entidad notable dentro
de la incansable y diversa escena progresiva sudamericana, y de hecho, una
cumbre elevada de la producción progresiva brasileña en lo que va de milenio.
La larguísima espera ha valido la pena con creces: este disco es altamente
recomendado para todo coleccionista de música progresiva=85 o tal vez, !hasta
obligado!
César Mendoza
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