Temas
- Pulsar
- Apaisement
- Puzzle / Omen
- Le Cheval de Syllogie
- Pollen
Integrantes
- Victor Bosch: batería, percusión
- Gilbert Gandil: guitarras, voz
- Roland Richard: flauta, sintetizador
- Jacques Roman: teclados, sintetizadores
- Philippe Roman: bajo, voz
Colaboradora – Carmel Williams (recitación en 3)
Tenemos aquí el disco debut del ensamble francés Pulsar, una de las bandas
más relevantes e influyentes dentro de su propio país, especialmente en lo
que se refiere al manejo áspero de las vibraciones melódicas de guitarra
eléctrica y el dominio preciso entre climas cósmicos y otros bucólicos
dentro del progresivo de vertiente espacial. Éste es el disco que los hizo
acreedores del apodo de “Pink Floyd francés” por parte de la crítica musical
de su país, un apodo que puede servir para indicar algunos rasgos precisos
de su música pero que no se debe tampoco tomar al pie de la letra. El estilo
de Pulsar posee unos matices muy propios, enraizados evidentemente en el
espíritu del sinfonismo francés, siendo así que su emparentamiento
estilístico con Carpe Diem y Atoll resulta una clave más acertada para
entender y degustar la propuesta de Pulsar. A pesar de no contar con la
magistral delicadeza exhibida que habrá de llenar de especial dinamismo a
sus obras maestras próximas “The Strands of the Future” y “Halloween”, el
hecho es que “Pulsar” resulta ser un disco bastante efectivo y coherente
dentro de su propuesta: los arreglos de las composiciones no sufren el mismo
desnivel de fineza del que adolecen los discos debut de otras bandas
importantes del progresivo, pero definitivamente la ingeniería de sonido
todavía se siente muy rústica en las secciones más relajadas del disco.
En fin, vayamos al repertorio mismo. La pieza que se titula al igual que el
nombre de la banda irrumpe como un vuelo astral pletórico de pasión, con una
constante pulsación que queda eficazmente condensada en un plazo de tres
minutos clavados. Acto seguido, ‘Apaisement’ apela a una alternativa a la
expansión mental, la de la de la retrospección. No solo el canto del
guitarrista Gandil en esta pieza tremendamente lánguida, sino también la
manera en que las cortinas de teclado se amalgaman y los efluvios de flauta
emergentes en la segunda mitad portan la patente huella de la melancolía,
una melancolía que emana desde la dejadez que asume una especie de fatalidad
inevitable. Luego sigue una de las piezas más complejas del disco, ‘Puzzle /
Omen’. Ésta comienza con una fanfarria progresiva liderada por la potente
guitarra de Gandil, majestuosa y cósmica, seguida luego por un motivo en 5/4
donde la cadencia jazzera entra por el lado de la sección rítmica. Los
coloridos vertidos por los teclados, la guitarra y la flauta terminan
aterrizando en una sección lenta y ceremoniosa, apropiada para que la
invitada Carmel Williams exprese la profecía del título. Una vez concluida
esta sección, el tema termina con un reprise de la fanfarria inicial.
La segunda mitad del disco, que es donde se concentra el aura más enigmática
del mismo, comienza con ‘Le Cheval de Syllogie’, una pieza marcada por una
ambientación misteriosa y sombría que explota con intensa energía la
esencial tendencia cósmica del grupo. Esta ambientación queda realzada por
la distorsión de la recitación, la cual suena como un híbrido entre un robot
y un brujo alucinado. La pieza homónima con la cual termina el disco es
también la más larga, con sus 13 minutos de duración. Se trata de una
hermosa balada progresiva extensa, deudora de la ambientación del tema 2,
provista del mismo romanticismo austero e introspectivo. Debido a la
particular extensión del tema, el grupo se hace cargo de usar efectivos
ornamentos de sintetizador, flauta y guitarra líder de tal manera que
conserven la línea de la pieza sin hacerlo anodino y, efectivamente, la
banda logra conservar la atención del oyente de una manera sutil, y a la
vez, imponente. El final de efectos sintetizados que emulan golpes de olas
sobre rocas es una oportuna extensión del carácter contemplativo de esta
canción, y definitivamente, un cierre excelente para un muy buen disco.
“Pollen” es un exquisito ítem de colección.
César Mendoza
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