Temas
- Something Magic
- Skating on Thin Ice
- The Mark of the Claw
- Strangers in Space
- The Worm Menace ; Occupation ; Enervation ;
Expectancy ; Battle ; Regeneration ; Epilogue ]
- Wizard Man [bonus track]
- Backgammon [bonus track]
Integrantes
- Gary Brooker: voz, piano, piano electrico
- Mick Grabham: guitarras
- Pete Solley: organo, sintetizadores
- Chris Copping: bajo
- B. J. Wilson: bateria, percusion
- Keith Reid: letras
Para su disco de despedida, PH retoma el esplendor sinfonico que se habia
ido perdiendo en sus dos discos anteriores: el tema homonimo de entrada y la
delicada balada en tiempo de vals ‘Skating on Thin Ice’ dan prueba de ello.
El primero esta estructurado a partir de un motivo de corte neo-clasico,
acompañado en la entrada por una masiva orquestacion romantica: mientras va
avanzando el tema, nos damos cuenta de que los arreglos orquestales estan
manejados con un impecable sentido de la oportunidad, siendo asi que las
cuerdas, maderas y bronces explotan en ciertos pasajes, y en otros adoptan
un colorido delicadamente sutil. ‘Skating on Thin Ice’ deja de lado el
caracter descriptivo de ‘Something Magic’ y adopta un tono mas lamentoso,
tanto en las letras como en la partitura misma. Aqui la orquesta adopta una
linea de trabajo muy a lo Strauss, per o sin copiar el caracter exaltado de
sus valses mas celebres; mas bien el tono es desencantado, como si se
tratara de una banda sonora para un circo melancolico en clave de nocturno.
‘Skating...’ es una de mis piezas favoritas de toda la historia de PH: su
autocompasiva languidez se me hace bastante magica. Hay que tener en cuenta
a Pete Solley, el nuevo ingresante, a la hora de valorar este disco. La
presencia de un teclista solvente y academicamente educado como es Solley
(lo cual llevo a Copping a retomar su labor de bajista en exclusiva,
aprovechando la partida de Alan Cartwright) ayuda a recapturar esa magia
sinfoncia especial originalmente infundida por Matthew Fisher, que en esta
etapa de la carrera de PH ya quedaba como una memoria de tiempos añejos: es
verdad que la contribucion compositiva de Solley es nula, pero ciertamente
su estilo performativo funciona como un recurso valioso a la hora de
recuperar esa faceta progresiva que he venido mencionando. Otro punto alto
esta en la otra balada, tambien muy inspirada aunque mas eterea e intimista,
titulada ‘Strangers in Space’. La balada esta basada en una clave soul,
marcada por los sencillos acordes de piano electrico que Brooker va
desplegando con su clase de siempre: los efectos de sintetizador y guitarra
slide ayudan a mantener un aire cosmico al asunto a traves de sus seis
minutos de duracion, formando asi un paisaje adecuado para el emotivo canto
de Brooker (otro de sus recurrentes puntos fuertes). El lado rockero del
grupo se expresa en ‘The Mark of the Claw’, una pieza bien armada y pegadiza
de autoria de Grabham. En mi opinon, no llega a ser gran cosa en lineas
generales, pero sirve como un intermedio de soltura entre ‘Skating...’ y
‘Strangers in Space’: ademas, el solo de sintetizador que Solley arma en el
intermedio es efectivo y llamativo.
Algo que hay que comentar especialmente es la extensa suite ‘The Worm & the
Tree’, que ocupaba todo el lado B del vinilo. Dicha suite tiene la virtud de
exhibir melodias inspiradas una tras otra, ensambladas de forma fluida en
una ilacion elegante y coherente. El problema esta en la interpretacion
vocal, que se basa exclusivamente en recitaciones sobre las mismas
secuencias melodicas, lo cual distrae al oyente de la belleza de los motivos
basicos y arreglos orquestales, y, lo que es mas grave, sabotea
irremediablemente el producto final, pues da la impresion de estar
escuchando un cuento para niños en vez de lo que se suponia que iba a ser,
una magna obra conceptual progresiva sinfonica. Si la opcion de Brooker en
su rol de vocalista hubiera sido otra, esta suite hubiese significado un
broche de oro para la despedida de esta primera etapa musical de PH: tal vez
hallando un espacio para las partes cantadas, o añadiendo nuevos motivos
intercalados para alli introducir los cantos.... o tal vez dejando que la
cosa quedara en algo instrumental, permitiendo asi que surjan solos de
guitarra, sintetizador y organo en vez de recitaciones. Pero esto es tan
solo ficcion historica, lo cual solo sirve para imaginar un mundo con
“mejores detalles”, alternativo al unico que existe. Los pasajes de piano
son realmente hermosos, y marcan la clave para la envolvente belleza que se
va sucediendo a lo largo de la suite, pero tal como señale antes, la
aplicacion de logica de la recitacion destruye la seriedad y contradice la
fastuosidad que eran inherentes a esta composicion.
Hay dos bonus tracks en la edicion de CD: ‘Wizard Man’ (que aparecio en el
vinilo norteamericano), una pieza simpatica de corte pop, muy a lo Traffic y
con palmas incluidas, y el instrumental ‘Backgammon’, que me recuerda a un
simpatico fondo para una escena de una pelicula de accion. Ninguno de estos
temas añade algo sustancial a lo ofrecido en el repertorio oficial.
Concluyendo, “Something Magic” es un disco que tiene sus mayores meritos en
la primera mitad, los mismos que tienden a diluirse por culpa de los
despropositos ocasionados en la ejecucion de la ambiciosa pieza final. Con
todo, mi balance general es positivo, y recomiendo la compra de este item a
cualquier convencido amante del buen prog sinfonico.
Cesar Mendoza
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