Temas

1. Simple Sister
2. Broken Barricades
3. Memorial Drive
4. Luskus Delph
5. Power Failure
6. Song for a Dreamer
7. Playmate of the Mouth
8. Poor Mohammed

Integrantes

• Gary Brooker: piano, voz
• Robbie Trower: guitarras, voz
• Chris Copping: bajo, organo, sintetizador ARP
• B. J. Wilson: bateria, percusion
• Keith Reid: letras

El quinto disco de los Procol Harum, “Broken Barricades”, ocupa un lugar crucial dentro de la primera fase de la historia discografica del grupo en cuestion. Para empezar, se trata del ultimo trabajo de PH con el guitarrista Trower en sus filas, y siendo asi que a estas alturas este hendrixiano confeso se habia convertido en una pieza vital para la amalgama sonora de la banda, y ademas, aportaba bastante material como compositor, quedaba claro que las cosas no serian exactamente iguales en cuanto al estilo del futuro repertorio. En efecto, quedando Brooker como compositor exclusivo, la linea estilizada con claras tendencias esquematicas habra de ocupar el 100 % del material posterior. Pero eso es materia de otras reseñas. Un segundo factor que se tiene claro al escuchar este disco es que la faceta hard rock (una huella propia de Trower) y la faceta art-rock estan polarizadas, y a la vez, estableciendo una mutua compatibilidad a lo largo del repertorio de este disco. Tambien se nota que el ahora cuarteto de musicos esta mas integrado que en el disco anterior “Home” (el primero sin el estupendo organista Matthew Fisher); mas aun, “Broken Barricades” de alguna manera logra conjugar fluidamente la linea rockera que ya estaba expandiendose en “Home” y la tendencia multicolor y mas ambiciosa que se habia estado desarrollandose a traves de los tres primeros discos. Antes de su inminente partida, Trower sin duda lego a PH algunos de sus mejores solos y riffs. Otro factor musical a destacar es, como siempre, la labor percusiva del baterista B. J. Wilson, quien opera con su precision y sensibilidad de costumbre (?no deberia este señor ser mas mencionado en los foros y e-zines progresivos?)

El disco comienza precisamente con un llamativo riff de Trower, el cual permite al oyente engancharse a “Simple Sister” – composicion de Brooker, a proposito – . Ya bien entrado el tema, Trower nos ofrece un explosivo solo durante el interludio, el mismo que es seguido por una secuencia guiada por efectistas progresiones de acordes de piano sazonadas con arreglos de cuerdas. Durante la ultima seccion, los metales se suman a las cuerdas para darle un añadido tono epico a fin de estilizar el climax rockero. El tema homonimo que sigue a continuacion esta elaborado sobre un compas de 6/8, lo que nos remite al sinfonismo de raiz netamente academica. Los arpegios de piano vienen complementados por efectivos contrapuntos creados por los arpegios de ARP (primera aparicion de un sintetizador en un disco de PH): los ornamentos de bateria que Wilson vierte en la coda son simplemente magnificos. Basicamente, con estos dos temas tenemos una indicacion de las dos vertientes estilisticas que solidamente conviven en “Broken Barricades”. La vena rockeramente pletorica se extiende hasta ‘Memorial Drive’, ‘Poor Mohammed’ y ‘Power Failure’. El segundo de los temas recien mencionados incluye el debut de la guitarra pedal steel dentro del bagaje sonoro de PH, mientras que el ultimo coquetea con el R’n’B e incluye una pegadiza seccion percusiva en el intermedio. Por su parte, la linea sinfonica es continuada en ‘Luskus delph’, con la elegancia acostumbrada en estas situaciones – hay un interesante contraste entre la evocacion romantica de los arreglos orquestales en conjuncion con las pautas armonicas armadas por el piano y las osadas alusiones eroticas vertidas en la letra. Aunque, sin duda, la mayor dosis de osadia erotica esta contenida en ‘Playmate of the Mouth’, un blues-rock estilizado donde Brooker canta con distincion los eventos de una velada orgiastica: una vez mas hay que hacer una mencion especial a Trower, quien se luce en un estupendo solo durante el interludio. Tal vez sea la sombriamente eterea ‘Song for a Dreamer’ la cancion mas peculiar del disco: se trata de una composicion de Brooker en memoria de su idolo Jimi Hendrix, quien por entonces no llevaba mucho tiempo de fallecido. La guitarra asume el protagonismo total, creando constantes tensiones psicodelicas con sus fraseos y efectos ornamentales, como creando un puente entre “Electric Lady Land” y “Ummagumma”: mientras tanto, Wilson sostiene un compas languido bastante hipnotico, incluso con una cierta cadencia exotica, lo cual va muy acorde con el tenor elegiaco del tema.

Solo me queda concluir que este trabajo es uno de los mas solidos y consistentes dentro de la carrera de Procol Harum, y como tal, me parece adecuado considerarlo como un item recomendable para cualquier buena coleccion progresiva.

Cesar Mendoza