Temas
- Between The Lines (7:15)
- The Puzzle (7:52)
- Sundancer (8:45)
- Of Grand Design (12:04)
- One Perfect Moment (5:17)
- All In All (8:10)
- No End To Begin (12:27)
Integrantes
- Kurdt Vanderhoof: guitarras
- Ronny Munroe: voz
- Bill Raymond: batería, percusión
- Kerry Shacklett: teclados
- Bobby Ferkovich: bajo
En esta ocasión se trae a colación al quinteto estadounidense Presto Ballet y
su reciente tercer disco "Invisible Places". Este nuevo disco reafirma y
reitera el tipo de trabajo y creatividad musical generado en los dos discos
anteriores, "Peace Among The Ruins" y "The Lost Art Of Time Travel", o sea, una
devoción por los legados sinfónicos de Yes, Kansas y ELP, además de referencias
al AOR estadounidense en sus facetas más sofisticadas. La formación que toca en
este álbum tiene a Vanderhoof como único miembro en común respecto a la que
grabó el disco anterior, aunque para nada ha supuesto la reformación casi
completa de la banda un giro artístico notorio ni nada por el estilo; en el
caso del nuevo vocalista Ronny Munroe, cabe notar que tiene un registro similar
al de Geoff Tate (Queensr=FFche).
'Between The Lines' abre el disco con una actitud bombástica donde el esplendor
de las más explosivas expresiones del Kansas y Yes clásicos se combinan con la
agilidad cálida de unos Styx pre-80erosy unos Journey pre-Steve Perry. La
muscular solidez del baterista permite que los contundentes guitarreos puedan
asentarse a sus anchas de manera fluida: por su parte, las intervenciones de
los teclados se dividen entre completar la fuerza rockera (en el órgano
Hammond) y explorar sonoridades etéreas de cariz netamente sinfónico (en los
sintetizadores). El disco sigue con 'The Puzzle', pieza que desarrolla mayores
dosis de glamur progresivo en tanto que el lirismo inherente al motivo central
está minuciosamente explotado y los teclados asumen un rol más protagónico: el
solo de sintetizador y las entusiastas escalas de piano que se imponen durante
el último minuto y medio posibilitan un epílogo convenientemente majestuoso.
Hay en esta canción muchas afinidades con Spock's Beard (el de su valiosa etapa
con Neil Morse como líder) y K2, y lo mismo vale para la canción que sigue a
continuación, 'Sundancer', la misma que lleva el boato sinfónico a un nivel más
alto de sofisticación musical. La variedad de ambientes y matices es más
notoria, así como los sorprendentes usos de compases inusuales ensartados entre
los pasajes asentados en 4/4. La cuarta canción es la primera del álbum en
durar más de 10 minutos, pocos segundos por encima de los 12, para ser más
exactos. 'Of Grand Design' es su título, y tiene un engañoso comienzo reposado
marcado por sonidos ambientales agrestes y flotantes arpegios de guitarra
acústica, pero pronto el ensamble se implica en un desenvolvimiento sonoro
potente, aunque esta vez se usa para desarrollar melodías evocativas y
atmósferas ceremoniosas, logrando así gestar no tanto una suite sino una
extensa semi-balada sinfónica. El empleo de una calculada gama de adornos
melódicos (que pueden tal vez sonar un poco inspirados en ciertas sonoridades
que Wakeman utilizó en su "No Earthly Connection") y algunos breves interludios
más veloces permite a 'Of Grand Design' mantener un interés musical
consistentemente. 'One Perfect Moment' entra tallar acto seguido para
reinstaurar una estilizada polenta rockera muy semejante a la que anteriormente
había signado el primer tema 'Between The Lines', aunque cabe notar que la
complejidad formal del interludio instrumental (muy a lo Kansas) le acerca más
a las canciones 2 y 3. 'All In All' no supone un cambio muy significativo en el
transcurso de las cosas: de muchas maneras condensa los espíritus centrales de
las 3 primeras canciones, más un breve interludio lánguido que establece nexos
con el aura reflexiva de la cuarta canción. 'No End To Begin', la otra canción
de largo aliento, se encarga de cerrar el disco. Su espacio de casi 12 BD
minutos le permite explorar el atractivo de los motivos melódicos y atmósferas
estilizadas con un peculiar empeño: los recursos de expansión para los pasajes
dirigidos por la guitarra acústica o por el piano permiten al grupo explayarse
en su faceta más contemplativa, pero a diferencia de la otra pieza larga, ésta
otorga un lugar relevante a ambientes cálidos y optimistas, a veces marcados
por una exquisita polenta rockera, otras veces marcados por una delicadeza
sinfónica a lo Yes/Starcastle.
Con "Invisible Places" demuestra Presto Ballet ser una banda de genuino interés
para todos los fans y coleccionistas progresivos del mundo que eternamente
añoran la etapa dorada de la vertiente sinfónica. Ellos mismos verán en este
grupo a un ensamble que puede insuflarle una vitalidad renovada a esta
modalidad de trabajo y creación musical.
César Mendoza
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