Temas
- Hidrofobia
- Paralexis
- Acuático
- Superastor
- Las Cuatro Estaciones
- Aquatalan
- La Nave Nodriza
- Tantra
- Mantra
Integrantes
- Martín Rodríguez: bajo
- Hernán Miceli: guitarra
- Santiago Rúa: guitarra
- Walter Broide: batería
Colaborador – Pablo Catania (teclados en 6 y 9)
Poseidótica es una de las bandas más activas y admiradas dentro de la escena
underground psicodélica de su país, Argentina: no realmente es de extrañar,
pues según el testimonio reflejado en su disco debut “Intramundo”, su
propuesta musical refleja una comunión de energía incandescente y atmósferas
flotantes con un 100% de solidez y prestancia. En su sonido encontramos una
confluencia de psicodelia de vieja escuela y psicodelia contemporánea de
vertiente stoner, con innegables elementos del crimsonismo y el space-rock.
Los recursos que emplean las dos guitarristas al manejar sus fraseos,
rasgueos y riffs, ya sea en alternancia o directa complementación,
determinan los desarrollos y variantes que tienen lugar en las piezas; dado
que la dupla rítmica muestra solvencia e inventiva, el grupo logra operar de
manera contundente en sus diversos viajes instrumentales. “Intramundo” es un
disco conceptual que gira en torno al rol del elemento agua dentro del
esquema de la realidad. El agua se retrata como el hogar para el ser más
puro del hombre y su posibilidad de redención en medio de un mundo que cada
vez crea más destrucción, enajenamiento y sinsentido en su seno; el agua
también opera como cobijo en tiempos apocalípticos en espera de un nuevo
tiempo de resurrección y reformulación. Dado este ideario, se puede señalar
que la manifestación de electrizante energía en los vuelos instrumentales de
Poseidótica es un correlato de la catarsis que inunda al alma humana en su
pugna por no dejarse vencer por las polivalentes fuerzas destructivas de la
sociedad moderna. Los créditos del disco incluyen una dedicatoria a Ignacio
Belej, baterista original y fundador del grupo.
‘Hidrofobia’ abre de frente con el ensamble en pleno desplegando ambientes
flotantes, antes de que emerja una persistente erupción de sonoridades
metálicas, generando así una variante interesante dentro del paisaje
general. Para la sección final, el grupo apela a sonoridades etéreas sobre
un esquema rítmico entre lo tribal y el blues-rock. ‘Paralexis’ exhibe una
confluencia de rock metálico y el legado de Hendrix, con algunos ciertos
destellos del Guru Guru clásico, gestándola con oficio y fluidez – se trata
de un pico del disco. ‘Acuático’ cambia de registro, apelando a ambientes
amables, casi hipnóticos, con fraseos sencillos que tienden un puente con el
post-rock, aunque la sonoridad sigue bien enclavada en la tipología stoner.
‘Superastor’ nos engancha de entrada con unos riffs tan efectivos como
llamativos, y con los solos duales de guitarra el colorido de la pieza
cumple con una plenitud bien organizada: la inclusión de una cita de Ástor
Piazzolla es manejada con suficiente tacto como para conservar la fluidez
estructural de la pieza a través de este peculiar viraje. ‘Las Cuatro
Estaciones’ es la composición más versátil del disco, comenzando con un
swing juguetón en clave de jazz al viejo estilo, para luego pasar a una
atmósfera más contenida y misteriosa, que no es sino un puente hacia una
sección energéticamente ácida; la sección final arrastra la idea general de
la inmediatamente anterior, llevándola hacia un esquema más grácil, aunque
sin perder la compostura propia de la psicodelia aguerrida a lo Poseidótica.
‘Aquatalan’ empieza recogiendo la dimensión etérea y contemplativa del tema
3 y la traduce en un juego de sonoridades más explícitas, las cuales
articulan un inteligente progreso hacia el entusiasta clímax conclusivo. Los
solos de guitarra irradian una especie de optimismo emocional que no es muy
recurrente en un disco tan denso como éste. ‘Aquatalan’ es otro pico
decisivo del disco. ‘La Nave Nodriza’, al igual que la pieza inmediatamente
anterior, también se entrega con especial fruición a la faceta más etérea de
la esencia musical del grupo en su sección introductoria, para luego
articular su cuerpo central a través de variados diálogos entre las dos
guitarras y el bajo ágilmente sostenidos sobre una cadencia rítmica que
maneja sólidamente los diversos ambientes que se van sucediendo. ‘Tantra’
nos muestra de frente, sin tapujos, la faceta más serena del grupo: esta
pieza no está exenta de despliegues de energía, pero el sentido de control y
el predominio de la alusión sobre la afirmación manejan las redes que las
dos guitarras entretejen en sus diálogos. Este esquema operativo convierte a
la pieza en el adecuado preludio a la magnífica pieza de cierre ‘Mantra’.
Este número persiste en la línea plenamente serena en un inicio, aunque por
la estructura rítmica más cerrada podemos sospechar que no tardará en venir
un vendaval rockero, y en efecto, éste llega gestado por la gradual
edificación de un clímax que aterriza en un explosivo jam basado en un
compás de 4/4 con 7/8 – un broche de oro para un disco incandescente y
excitante, digno heredero del mejor legado de la psicodelia rockera.
Poseidótica demuestra con este disco que aún cabe esperar más aportes
musicales esplendorosos de parte suya en el futuro.
César Mendoza
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