Temas
- Doppelgänger (3:54)
- Anna (5:33)
- Pluto (5:39)
- Acid Rain (7:36)
Integrantes
- Junzo Tateiwa: batería, percusión
- Kazuo Ogino: piano, teclados, flauta dulce, kokin
- Shigekazu Kuwahara: bajo
- Akihisa Tsuboy: violines eléctrico y acústico
El poderoso y bizarro ensamble japonés Pochakaite Malko persiste con su
formación y sonido del fabuloso segundo disco “Laya” para este potente EP
titulado “Doppelgänger”, aunque cabe señalar que en esta ocasión hay un
desarrollo más árido del bloque sonoro esencial de la banda. Con esto quiero
decir que el grupo llega a establecer una cercanía mayor que antes a los
aspectos pulsátil y vibrante del estándar zheul originario, de manera similar a
lo que hallamos en discos de One Shot y Guapo, por ejemplo.
El tema homónimo, el más corto, abre con un despliegue de gancho y fuerza
apropiado para abrir el disco de una forma frontalmente llamativa: el bajo tan
agresivo y destacado, la batería tan compacta y el tratamiento tan visceral de
las partes de teclado y violín se aúnan en una amalgama sonora cautivante y
arrolladora. ‘Anna’ apunta hacia un esquema más ecléctico, combinando la faceta
más aguerrida del zheul con elementos cadenciosos del jazz-rock (bien
agresivo), más algunos breves interludios bucólicos de inspiración renacentista
en clave fusión y con una presencia destacada de la flauta dulce. ‘Pluto’
comienza con campaneos de iglesia y un juego de cadencias minimalistas
marciales, bastante amenazadoras en verdad. Hay una suerte de terror muy
reminiscente del Univers Zero del “Heresie”, pero se nota en el juego de
pulsaciones que el referente más esencial está señalando hacia el estereotipo
de Magma (etapa “Kohntarkosz”). Hay un pasaje ulterior que brinda una
magnificencia más explícita, muy apropiada para el explosivo cierre de la
pieza, pero ciertamente la aureola de terror cósmico no se va nunca: este tema
es todo un homenaje a la oscuridad del Submundo donde reina Plutón. ‘Acid Rain’
cierra el disco con una aureola densa muy emparentada con la del primer tema,
aunque bien pronto incluye ciertos quiebres falsamente caóticos que bien nos
pueden hacer recordar a la banda compatriota Koenji Hyakkei; también hay un
groove que nos remite a la dimensión más jazzeada del chamber-rock. Tsuboy
brilla en todo el disco pues tiene sensibilidad y precisión técnica a raudales,
pero lo que hace aquí va muchas veces más allá de lo que el lenguaje puede
nombrar. Los 7 ½ minutos que dura esta pieza pasan volando dado el altísimo
nivel de ingenio exhibido en los motivos centrales de esta composición. Los
efluvios de piano que inundan buena parte de las cadencias rítmicas cuales olas
agitadas por un fuerte viento otoñal también son de destacar dentro del
desarrollo instrumental. En fin, el pasaje final refleja un frenesí casi
sobrehumano.
Este EP vuelve a dejar en claro que la escena japonesa actual tiene cosas
infinitamente importantes que aportar a la vigencia y revitalización de varias
modalidades del género progresivo, en este caso, la línea vanguardista del
zheul. Pochakaite Malko es un ítem infaltable en cualquier colección de un
melómano que guste de recibir bizarros desafíos y no mera complacencia del arte
musical.
César Mendoza
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