Primer disco en solitario de Hammill que coincide con un parentesis en la
carrera de VdGG que se alargaria hasta 1975 con la edicion del fabuloso
Godbluff. A mi entender (y por lo que conozco de la discografia de Hammill)
este es uno de los discos mas curiosos de su carrera con temas muy distintos
entre si y con estilos muy variados. Nos percatamos de cierta aproximacion a
terrenos comerciales, aunque en cierto modo es debido a la corta duracion de
los temas y al predominio de las partes vocales sin aquel en ocasiones
desenfrenado alargamineto de las partes instrumentales. Y tambien hay algun
tema como Candle con una estructura muy simple, que corrobora una vez mas
que la calidad no tiene porque ir siempre asociada a la experimentacion o al
virtuosismo.
Para este disco Hammill se hace acompanyar por musicos de lujo como sus
companyeros de VdGG, Hugh Banton, David Jakson, Guy Evans y Nick Potter, 2
miembros del grupo de folk-country-rock Lindisfarne, Rod Clements (bajo) y
Ray Jakson (harmonica y mandolina) , Robert Fripp (guitarra electrica) que
no necesita presentacion y un tal Martin Pottinger (bateria).
En el disco podemos encontrar temas que casi se podrian definir como cancion
a secas, cosa ciertamente infrequente en la siempre inquieta creacion
musical de Hammill, con una mandolina como protagonista, un instrumento que
creo que nunca vuelve a aparecer en una obra de Hammill. Un tema como Vision
en el que solo hay un piano y la expresiva y personal voz de Hammill seran
un tipo de creacion muy recurrido en la posterior obra de Hammill y sirve
para sentar un magnifico precedente. Hammill tambien ocupa el papel de
cantautor trangresor en el que su voz se erige como absoluta protagonista y
en el que solo necesita la ayuda de una guitarra acustica. Asi en I once
wrote some poems, en un principio casi nos susurra para acabar dejandose la
garganta (y los dedos rascando salvajemente las cuerdas de la guitarra). Una
autentica pequenya joya. Otros temas tienen un estilo mas curioso como
Happy, en el que Banton realiza un trabajo sobervio con el organo o la
esplendida Re-Awakening. El coro repitiendo Re-Awakening le da un aire
majestuoso increible y Banton acompanyando con su organo a las mil
maravillas. Destacar la parte final del tema con el organo de Banton
brillando a gran altura. Realmente sensacional. Otro tema de una gran
belleza es Child, en que la guitarra electrica de Fripp aporta su granito de
arena para convertir esta pieza en una obra de arte. Muy destacable es
tambien la flauta del casi siempre inconmensurable David Jakson. Otro de mis
temas preferidos de Hammill es The birds, con Banton exhibiendose al piano y
con Fripp aportando otro granito de arena para convertir este tema en una
delicada joya llena de sensibilidad. Otros temas destacados son Solitude o
Viking en el que me gustaria destacar la aportacion de la harmonica de Ray
Jakson que aportan a la musica de Hammill un toque distinto.
Asi pues, execelente disco que no obstante tendria muy dignos sucesores.
Jordi Boix
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