Temas
- Golden Promises
- Losing Faith in Words
- The Jargon King
- Fogwalking
- The Spirit
- In Slow Time
- The Wipe
- Flight [a. Flying Blind b. The White Cane Fandango c. Control d.
Cockpit e. Silk-Worm Wings f. Nothing is Nothing g. A Black Box]
Peter Hammill: voz, coros, guitarras, teclados, sintetizadores, bateria,
bajo, efectos, programaciones
Colaboradores – David Jackson (saxos, flauta), David Ferguson
(sintetizadores, pandereta)
Con este disco Peter Hammill cerro su trilogia iniciada con ‘The Future Now’
y continuada con ‘PH7’, en la cual el genio de Bath se enfoco en combinar
las tendencias de la vanguardia pop-rock de fines de los 70s con una
investigacion de las posibilidades expresivas de los primeros sintetizadores
digitales y efectos sonoros de edicion y produccion. El detalle peculiar de
‘A Black Box’ reside en el uso de una mayor dosis de agresividad rockera en
comparacion con los dos albumes precedentes, aunque en general sigue la
misma tonica estetica. Como siempre, Hammill alterna lineas melodicas
sencillas y otras composiciones mas complejas y ambiciosas, abordandolas con
una misma actitud de osadia vocal.
El disco comienza con ‘Golden Promises’, una cancion no muy larga pero
bastante efectiva en tanto que posee un gancho atractivo y una fuerza
rockera llamativa; ligeramente mas sofisticada, pero construida bajo
semejantes coordenadas, continua el segundo tema ‘Losing Faith in Words’,
que al igual que su predecesor, asume una postura desencantada no exenta de
cierta agresividad emocional. ‘The Spirit’ es un tema con una base folk
acustica (al modo de las canciones de protesta “tipicas”) que no tarda en
adoptar una actitud mas fiera gracias a la presencia de unos cortantes riffs
y energicos punteos de guitarra: en esta cancion Hammill celebra el desafio
a la moral que encarno Wilde como literato y como ser humano, reivindicando
el lado positivo de ser autentico a pesar de sufrir los embates del
moralismo institucionalizado.
Tambien tenemos en este disco algunas piezas y pasajes diseñados para
desafiar frontalmente los canones tipicos del rock y del formato de cancion:
los mas notorios ejemplos de esto estan encarnados en ‘The Jargon King’ (una
especie de alucinado rap-mezclado-con-ritual esoterico, desplegado sobre una
parafernalia electronica deconstructiva) y ‘The Wipe’ (un simulacro
sintetizado del rugir de unas helices). Estas dos piezas son unas de las
piezas mas valiosas del disco debido a que su actitud experimental da pie a
Hammill para romper esquemas y desafiar al oyente. El espiritu de
experimentacion musical continua en ‘Fogwalking’ y ‘In Slow Time’, aunque de
forma mas atenuada: en estos temas se trabaja mas bien con ambientes
tenuemente sombrios, sobre la base de capas oscuras de sintetizador y
cortinas eterea de guitarra. ‘Fogwalking’ me suena a algo que se esta
gestando con discreto sigilo en un ambiente de peligro latente (de hecho, se
dice que la letra versa sobre Jack el Destripador, una de las figuras mas
macabras de la historia del crimen), mientras que ‘In Slow Time’ parece una
especie de sortilegio invocado desde un lugar inescrutable y superior, con
un tono un tanto solemne. El talento y talante de Hammill para motivar estos
tipos de imagenes mentales en el oyente sin crear melodias enrevesadas y
limitandose a plantear liricas elusivas (a diferencia de sus verborreas mas
explicitas de otras ocasiones); es un testimonio permanente de su casi
inagotable genio creativo.
Es obvio que la pieza diseñada para ser la mas saltante de este repertorio
es la suite de 20 minutos repartidos en siete secciones, titulada ‘Flight’.
Introducida por las helices de ‘The Wipe’, ‘Flight’ expone el relato de un
vuelo dramatico dirigido por un piloto que oscila entre la mas absoluta
autodeterminacion que le inspira el estar situado libre en los cielos desde
su cabina, y el contacto con otros (simbolizado por las referencias a los
agentes de control), siempre en busca de la conquista mas coherente de su
libertad. La redencion final reside en la comprension de que no hay que
dejarse atrapar por los fantasmas del pasado, sino que hay que mirar hacia
el mañana con una posicion clara respecto al lugar donde uno esta en el
presente: el mensaje de la seccion final (titulada como el disco) es
“definitivo”. En cuanto a su estructura, pero sobre todo por su tematica,
‘Flight’ me recuerda a ‘A Plague of Lighthouse Keepers’, esa delirante suite
que se consituyo en uno de los pilares mas notables de la carrera de Van der
Graaf Generator. En lo que se refiere a los climas emocionales y lineas
melodicas, mas bien ‘Flight’ resulta menos explosivo y contrastado, aunque
de todos modos, mantiene un estimulante nivel de osadia musical. El piano es
el instrumento protagonista, y son varios los pasajes en los que solo
parecen la voz y el piano. En otros momentos, el piano marca la pauta
introductoria para las secciones mas rockeras de la suite. Tambien
encontramos momentos psicodelicos de color semi-exotico (The White Cane
Fandango), asi como orquestaciones y corales solemnes (A Black Box).
En resumen, un disco muy bueno y con un nivel muy parejo de calidad, con
bastantes sorpresas agradables tanto en lo compositivo como en los
experimentos, y que sirve como una despedida grandiosa a la decada de los
70s.
Cesar Mendoza
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